¿Cómo ha evolucionado la Responsabilidad Social en los últimos años?¿Cuál es su visión al respecto?
El tema de la Responsabilidad Social no es un tema muy antiguo. Escasamente tendrá 15 años desde que empezó a convertirse en un tema central, primero conceptualmente y luego como una realidad para las empresas. La razón de fondo es la problemática social global, particularmente la de América Latina y África y Asia; y por otro lado, la concentración del gran capital. Nació fruto de una visión de futuro pensando en el enorme potencial que tiene la empresa como institución transformadora de la realidad. No sólo por el dinero, si no por el impacto que tiene en la vida de la personas. Si la empresa adopta una visión socialmente responsable más allá de los bienes y servicios que produce, y se ubica como ciudadano corporativo que puede colaborar para la construcción de un bien público mejor, creo que se abre una oportunidad de mejorar el mundo en el que vivimos. Y esto ha ocurrido en los últimos 15 años.
De comenzar con una visión teórica, conceptual, se ha convertido en una realidad de las empresas, acompañada de la necesidad de construir alianzas intersectoriales. La teoría era que la empresa pagase impuestos para encargarle a los gobiernos que se ocuparan de lo público, pero los recursos que se pagan por impuestos no son suficientes. Esta visión de alianzas entre gobierno, empresa y sociedad civil va emparejada con el concepto de RSE.
¿Y cómo ha ido creciendo Cemefi en paralelo a esa evolución de la RSE?
En Cemefi comenzamos pensando en la importancia que tiene el fortalecimiento del sector de organizaciones de la sociedad civil. Nos dimos cuenta de que la empresa tiene un rol importante en las alianzas con estas organizaciones. Las alianzas entre gobierno y empresas siempre han existido. Lo que resulta novedoso son las alianzas entre gobierno y sociedad civil y entre empresa y sociedad civil. Actualmente, es una realidad que el sector empresarial y los liderazgos más importantes están convencidos de que la empresa tiene que ir más allá de las obligaciones tradicionales de crear empleo y pagar impuestos.
¿En qué actividades se ha concretado esa filosofía que subyace detrás de la organización?
Cemefi es una organización que nace en el año 1988 y comienza con su programa de Responsabilidad Social en el 1998 con una investigación sobre el comportamiento de las empresas en relación con la filantropía corporativa. Poco a poco evolucionamos junto con otros grupos en América Latina. Hasta que en el 2000 detonamos con el reconocimiento a las mejores prácticas de RSE y el diagnóstico para otorgar un distintivo a las empresas que alcanzan ciertos estándares. Hoy en día llevamos 11 años con este proceso. En la última edición alcanzaron el reconocimiento 572 empresas con la novedad que en los últimos dos años ha ido creciendo el número de pymes. Nos parece que ahí está el reto futuro. Debemos favorecer alianzas entre organizaciones de la sociedad civil y empresas.
¿Cómo se puede involucrar más a las pymes? ¿Tienen que ser las grandes empresas a través de sus políticas de difusión de RSE? ¿Cómo se está haciendo en México?
En México, el 90% o más son micro y pequeñas empresas, muchas familiares. Si reconocemos que una empresa socialmente responsable posee un valor agregado y la RSE no supone para ella un costo, tendríamos que decir en congruencia que sería un bien para la pyme también. Sin embargo, las prácticas de Responsabilidad Social comienzan una vez que se han cumplido las obligaciones legales y muchas pymes se ven en la encrucijada de que no pueden cumplir con la legalidad establecida, particularmente, en muchos países, en lo que concierne a obligaciones laborales. Probablemente haya muchas causas, entre ellas la Ley. Pero también se produce porque las reglas fundamentales para contratar a una pyme como proveedora se cimientan en dos criterios: mejor precio y mayor calidad. Si nada más se manejan esas dos variables, las pymes que quieren ser contratadas y sabiendo que el componente principal del precio de un producto es el costo de la mano de obra, van a tener difícil ir más allá de la Ley. Por ello, hay que incidir en toda la cadena de producción.
Si queremos realmente influir en la sociedad con la nueva estrategia de negocios que es la Responsabilidad Social, tendríamos que revisar nuestros criterios de contratación de proveedores porque es lo que nos vincula con la mayor parte de las empresas. Recientemente he escuchado una conferencia en la que nos decían que prácticamente todos somos clientes o proveedores. Las grandes empresas dependen de muchos, son clientes de muchos proveedores. Tu actitud como cliente también influye en la RSE.
¿En qué situación se encuentra la Responsabilidad Social de las empresas mexicanas?
Llevamos con el programa 11 años. Hemos tenido un crecimiento sostenido casi geométrico a partir del tercer año, que ya empezamos a duplicar el número de empresas participantes. Sabemos que este tipo de herramientas llegan a una cúspide, se estabilizan y probablemente decrezcan. Nosotros no lo vemos así. El programa sigue siendo atractivo tanto para la gran empresa y ahora para las pymes. Y las dos estrategias son: trabajar con socios y aliados regionales y fortalecer la cadena de valor de la que hablamos anteriormente.
Las reglas generales que establecimos para el programa siguen siendo válidas. En primer lugar, la empresa actúa por reglas de mercado: si el ser más socialmente responsable te da el premio de los clientes, vas a ser estimulado para ser más socialmente responsable. Segundo, que la empresa no es un ente estático, sino dinámico en una situación permanentemente cambiante. La Responsabilidad Social no es una meta que se alcanza rápidamente, es un proceso de mejora continua en la que siempre hay retos por delante. Las empresas que llevan más años en esto, seguramente tengan mucho por recorrer en la creación de valor compartido con todos los grupos de interés.