Entrevista con Mar Mateo Gallego, Directora de Comunicación del Hospital Virgen del Alcázar, para hablar sobre la política de responsabilidad social corporativa y sostenibilidad de su organziación.
¿Puedes hablar de la responsabilidad social de tu organización? ¿Cómo ha evolucionado en estos años y cuáles son las principales áreas estratégicas en las que estáis trabajando ahora mismo?
En el Hospital Virgen del Alcázar se ha trabajado desde siempre la responsabilidad social corporativa, pero ocurría como en muchas organizaciones y empresas, aunque se hacían muchas cosas no se englobaban dentro del área de la responsabilidad social.
A partir del año 2000, comenzamos a trabajar un modelo de mejora continua a través de un sistema de gestión de calidad basado en objetivos. Este modelo hizo que se empezara a medir la satisfacción, por ejemplo, de los usuarios y del personal. De forma que empezamos a entrar en contacto con nuestros grupos de interés y a saber lo que ellos nos pedían y a evolucionar en base a esos objetivos.
A nivel ambiental, en el año 2006 conseguimos la ISO 14001, desarrollando el modelo de mejora continua también en este ámbito. La parte medioambiental es, probablemente, una de las patas más fuertes de la responsabilidad social de este hospital, ya que no nos quedamos en la ISO 14001 y en lo que nos pedía la norma, sino que fuimos evolucionando. En 2016 entramos en el registro EMAS de la Región de Murcia, un sistema voluntario que lleva los indicadores un poco más allá que la 14001. Estamos muy contentos con los resultados y gracias a la gran labor del responsable de medioambiente y a este trabajo en el sistema EMAS tenemos muy claros nuestros objetivos en esta área.
En definitiva, hemos tenido muy claro cómo evolucionar en nuestro sistema de RSC gracias a los indicadores, al fin y al cabo cualquier sistema de gestión se basa en eso, en poder medir y continuar. En establecer unos objetivos e ir evolucionando.
¿Qué iniciativas o proyectos puedes compartir de vuestra estrategia de responsabilidad social? ¿Cuáles son los principales beneficios y beneficiarios?
Tenemos proyectos a nivel económico, medioambiental y social, que son las tres áreas en las que estructuramos la política de responsabilidad social.
A nivel económico, por ejemplo, estamos centrándonos mucho en el grupo de interés de proveedores. Estamos llevando a cabo una coordinación empresarial con ellos a nivel de ética y de medio ambiente. Tenemos una comunicación fluida a través de correo electrónico de forma que les informamos en cuanto empiezan a trabajar con nosotros de que entran a formar parte de nuestro sistema de gestión.
Esto quiere decir que no solamente tienen que responder como proveedores a nivel comercial, como se ha hecho siempre, sino que tienen que cumplir una serie de requisitos a nivel medioambiental, social y económico. Esto permite que la responsabilidad social traspase la frontera de nuestra empresa y que llegue también a las empresas con las que nosotros trabajamos. De esta forma nos aseguramos de que no solo nosotros hacemos las cosas bien sino que también la gente con la que trabajamos las hace bien. A ese nivel estamos contentos y estamos aprendiendo mucho.
A nivel medioambiental tenemos en marcha muchísimos proyectos. Colaboramos como patrocinadores en el Festival de cortometrajes La Luciérnaga Encendida de Murcia. Lo organizan los alumnos de comunicación audiovisual de la UCAM y como requisito el corto tiene que tener una temática ecologista. Participamos el año pasado por primera vez y este año también queríamos hacerlo, pero se ha cancelado por la crisis provocada por el coronavirus. No obstante, continuaremos colaborando con ellos porque son los jóvenes los que tienen en su mano el destino del planeta y es importante que se conciencien.
El año pasado creamos un premio del hospital para alumnos de bachillerato de investigación. Se llama I Premio de Investigación: Ideas para la salud y una de las bases del concurso establecía que se podía utilizar la temática de innovación en productos y servicios para un mundo saludable. Muchos de los trabajos de los alumnos fueron sobre ese tema y, la verdad, es que fue otra iniciativa de la que nos sentimos orgullosos y con la que vamos a continuar en cuanto podamos.
Por último, a nivel social, estamos muy enfocados hacia el deporte así como hacia todas las organizaciones y asociaciones sanitarias, puesto que somos un hospital y es salud lo que nosotros vendemos. Este año pasado, aunamos estos dos objetivos en el evento la Costa Cálida Nada por la ELA, fue un evento por la esclerosis lateral amiotrófica. Consistía en una travesía a nado, desde Cartagena hasta Águilas, del nadador donostiarra Jaime Caballero. Él tuvo un tío que sufrió esta enfermedad y desde entonces se implica en travesías a nado destinadas a recaudar dinero para la investigación de la ELA. Lo que hicimos fue asociarnos con él, que realizó la travesía a nado hasta Águilas, concluyendo el evento con una cena solidaria, en la que participaron ciudadanos y empresas de la región, y con una subasta de cuadros solidarios de artistas que donaron las obras. Se recaudaron 15.000 euros con los que ayudamos a cuatro familias afectadas por la esclerosis con la entrega de dos grúas de transferencia, que son muy importantes para el cuidado del paciente, y dos equipos Irisbond de lector de iris con los que se pueden comunicar.
¿Qué importancia tienen para tu entidad la comunicación de la responsabilidad social y cómo trabajáis este aspecto?
Como directora de comunicación no te puedo decir otra cosa que la famosa frase “lo que no se comunica, no existe”. Estamos hartos de escucharla, pero es verdad y más ahora en el mundo de la redes sociales.
Nosotros tenemos dos tipos de comunicación. A nivel diario, cada vez que hay un evento lo comunicamos en las redes sociales, en la página web del hospital y a través de notas de prensa. Y, por otra parte, tenemos estructurada una comunicación anual desde el área de responsabilidad social corporativa a nuestros grupos de interés.
En el año 2013, comenzamos a hacer memorias de RSC en base a los informes de progreso del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que eran el paso previo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las estuvimos haciendo varios años aunque no estaban tan basadas en indicadores sino que era un sistema más abierto.
En el año 2017, hicimos por primera vez un tipo de memoria GRI, mucho más basada en indicadores, que permiten ir midiendo los resultados de un año para otro y, por tanto, ver la evolución. Actualmente estamos evolucionando de esa memoria a una que englobe los indicadores GRI con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que los ODS los que conoce todo el mundo y en responsabilidad social creo que debemos tener un lenguaje universal, común a todas las empresas y los gobiernos para que todos vayamos a una. De esta forma podemos compararnos, ver qué hacen otras organizaciones y mantener un lenguaje universal en materia de responsabilidad social.
¿Cuál consideras que es la situación actual de la responsabilidad social en España? ¿Y cuáles son las barreras y desafíos que tiene?
La responsabilidad social en nuestro país ha evolucionado mucho. Hace 10 años era un concepto que estaba en Internet, en los libros y del que alguien hablaba en alguna conferencia y poco más. Actualmente está en muchas organizaciones e instituciones.
La administración pública también ha avanzado mucho en esta materia y creo que eso ha sido un paso importante también. Lo que debemos tener claro, tanto las empresas como las instituciones, es que la política de responsabilidad social de una empresa no puede estar basada en acciones esporádicas que tengan un carácter caritativo, sino que tiene que estar planificada. Tiene que ser más parecida a un sistema gestión, tiene que estar de hecho integrada en el sistema de gestión de la empresa y que los objetivos no sean diferentes. El principal reto es ese, que la empresa lo asuma como algo que está dentro de su alma, de su gestión.
Un desafío importante que tenemos ahora mismo todas las empresas y las instituciones es mantener ese nivel de mejora continua y ese enfoque hacia la responsabilidad social que habíamos conseguido. Porque parece ser que debido al COVID-19, ahora viene una crisis grande y, como ocurre con la publicidad, las empresas pueden tener miedo y dejar de comunicar. Lo que hay que hacer es buscar nuevas oportunidades. Una crisis puede traer también oportunidades de colaboración. No me refiero a oportunidades económicas ni mucho menos, sino a que algunos sectores van a necesitar ayuda y, probablemente, una empresa que no lo esté pasando tan mal puede colaborar con otras. Hay que buscar esas alianzas y no dejar que caiga en saco roto el trabajo de estos últimos 10 años.
¿Cuáles son los retos y desafíos del Hospital Virgen del Alcázar en esta materia de la responsabilidad social?
Nosotros tenemos un plan de responsabilidad social con muchos proyectos en marcha, desde el mes pasado por la situación provocada por el COVID-19, algunos de ellos están parados y hay otros nuevos que se han incorporado.
Nuestro principal reto ahora mismo es modificar día a día nuestro plan de responsabilidad social para que no se quede estancado. Es decir, conseguir que este año 2020 ese plan que teníamos estructurado siga adelante con las transformaciones necesarias. Al fin y al cabo, como decía, el plan de responsabilidad social está relacionado con el de gestión y no se puede parar el plan de gestión. Por lo tanto, se tendrá que ir transformando y buscando las nuevas oportunidades de colaboración.
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