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Marc Palahí es un referente internacional en bioeconomía circular, bosques y cambio climático, con más de dos décadas liderando iniciativas científicas y conectando ciencia, política y negocio. Fue director del Instituto Forestal Europeo, desde donde fortaleció el rol de la institución como plataforma de referencia paneuropea. Además, ha publicado más de 40 artículos científicos y actualmente es CEO de la Circular Bioeconomy Alliance, creada en 2020 por Su Majestad el Rey Carlos III. También desempeña el cargo de Chief Nature Officer en holistiQ Investment Partners, de Lombard Odier, el puesto más alto en materia de naturaleza en el grupo financiero suizo.
En esta entrevista con Corresponsables, Marc detalla en qué consiste este rol pionero, el impacto de conectar ciencia y finanzas, y la necesidad urgente de repensar el modelo económico actual, de un modelo extractivo a un modelo regenerativo, alineado con la naturaleza.
Entrevista a Marc Palahí, Chief Nature Officer en Lombard Odier Investment Managers
¿Qué implica ser Chief Nature Officer en un banco de inversión como Lombard Odier y por qué es importante este tipo de liderazgo en el sector financiero?
Ser Chief Nature Officer en un banco de inversiones significa dar voz a la naturaleza en las decisiones económicas. Se trata de recordar que la naturaleza es nuestra infraestructura clave: sostiene los procesos vitales del planeta y, por tanto, todas las actividades económicas. Pero como los árboles, las abejas o los ríos no nos envían facturas por los servicios que prestan, el sistema económico ha fallado en valorar lo que realmente importa.
Mi labor consiste en identificar los impactos económicos negativos sobre la naturaleza y diseñar soluciones para minimizarlos. Pero también —y esto es lo más innovador— generar actividades económicas que sean positivas para la naturaleza. Eso incluye crear fondos de inversión en torno a soluciones basadas en la naturaleza, como la gestión forestal sostenible o la agricultura regenerativa. La clave es movilizar capital para escalar estas soluciones.
Desde tu experiencia en el Instituto Forestal Europeo, ¿qué lecciones clave has aprendido sobre cómo conectar ciencia, política, empresa e inversión?
La ciencia sigue trabajando de forma muy aislada respecto al sector privado, y aún más respecto al financiero. No hay incentivos reales para que los científicos colaboren con empresas, y muchos proyectos caracterizan soluciones científicamente, pero no desde el punto de vista financiero.
Eso genera un vacío enorme. Y por eso es urgente reconectar todas las piezas del sistema económico: necesitamos que los bancos tengan científicos en sus equipos, especialistas en naturaleza y bioeconomía. No podemos esperar a que la ciencia toque la puerta de las finanzas, sino que las finanzas deben salir a buscar el conocimiento.
¿Qué papel juega la Circular Bioeconomy Alliance que lideras, impulsada por el rey Carlos III?
La Circular Bioeconomy Alliance es una plataforma creada en 2020 que conecta ciencia, empresas, ONGs y comunidades locales. Promovemos proyectos pilotos basados en ciencia aplicada que demuestren cómo la bioeconomía regenerativa es ya una realidad.
Un ejemplo es Giorgio Armani, que financió un proyecto en el sur de Italia para producir algodón regenerativo en sistemas agroforestales. Tras dos años de éxito, ahora se están fabricando camisetas con este algodón. ¿El siguiente paso? Escalar. Aquí es donde entra mi trabajo en Lombard Odier: convertir ese piloto en un fondo de inversión. La Alianza reduce riesgos; el banco moviliza capital.
¿Cuál es tu visión del papel de los bosques, el capital natural y nuevas tecnologías como la IA en la transición hacia modelos económicos sostenibles?
Estamos en una economía fósil, cerrada, que ha alterado la termodinámica del planeta. Liberamos energía y gases que sellan la atmósfera, y eso tiene consecuencias ecológicas y económicas. Las pérdidas aseguradas por cambio climático superan los 100.000 millones de dólares anuales.
Debemos volver a una economía abierta, basada en la energía solar y en procesos vivos. Eso es la bioeconomía: transformar energía solar en biomasa útil a través de la naturaleza. Tenemos tecnologías para reemplazar el hormigón con madera, el poliéster con biotextiles biodegradables. Pero necesitamos inversiones sostenibles y un cambio de mentalidad.
¿Cómo crees que puede evolucionar el rol de la banca en este nuevo paradigma?
La banca debe recuperar el espíritu del Renacimiento. Los banqueros de esa época, como los Medici, financiaron la creación de un nuevo mundo. Hoy necesitamos banqueros que hagan de polinizadores: conecten soluciones con necesidades y movilicen capital hacia una nueva economía regenerativa.
El gran reto no es de conocimiento ni de tecnología, sino de conciencia colectiva. Debemos entender que no poseemos la naturaleza, sino que formamos parte de ella. Economía y ecología vienen de la misma raíz: oikos, que significa hogar. La economía debe ser la ecología del planeta, no al revés.
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