María Garnica, directora de Comunicación y RSC de Weleda, ha hablado con Corresponsables sobre las bases de las políticas ESG de la marca de cosmética, su apuesta por el abastecimiento ético y sostenible, y el futuro de la responsabilidad social y la sostenibilidad, en su sector y en su empresa.
¿Cuáles son los pilares de sus políticas ESG?
El compromiso de Weleda con la sostenibilidad está en el centro de todo lo que hacemos. Somos una marca de cosmética natural y bio, con más de 100 años de historia, la sostenibilidad es nuestra forma de hacer las cosas, no es una moda ni un compromiso que hayamos adquirido recientemente, sino que así es como trabajamos desde siempre.
Todos nuestros productos están formulados con ingredientes naturales, además, nos comprometemos a que estos ingredientes provengan de fuentes sostenibles y se cultiven, o recolecten, de la forma más respetuosa posible con el medioambiente. Nuestro compromiso con la sostenibilidad ha tenido siempre tres vertientes: sostenibilidad medioambiental, sostenibilidad social y sostenibilidad económica.
En cuanto a la sostenibilidad medioambiental, todos nuestros ingredientes son de origen 100% natural, y el 84% de ellos están cultivados de forma biológica, es decir, sin utilizar pesticidas ni herbicidas, respetando lo máximo posible la naturaleza. Es un porcentaje altísimo, que nos proponemos que continúe creciendo año tras año.
Buscamos también minimizar nuestro impacto en el medio ambiente a través de la reducción de residuos, el uso cada vez más eficiente de los recursos naturales, y la utilización de energías renovables. En Weleda controlamos todos nuestros procesos de producción, desde el cultivo y la cosecha hasta el producto terminado, por lo que podemos mantener esa seguridad y solvencia en toda la cadena.
Respecto a nuestra responsabilidad social, nuestros ingredientes son joyas valiosas que provienen de todas las partes del mundo, desde el sésamo de México, o el sándalo de Sri Lanka, a la ratania de Perú. Casi todos ellos provienen de proyectos de comercio justo, donde garantizamos unas condiciones de trabajo estables para las comunidades locales, aseguramos acuerdos de trabajo a largo plazo, y salarios estables. Además, apoyamos a estas comunidades, de todos los rincones del mundo, con formación y dando respaldo a proyectos sociales que contribuyan a su desarrollo sostenible.
En cuanto a nuestra sostenibilidad económica, en Weleda siempre hemos tenido un fortísimo compromiso con la transparencia. Toda nuestra cadena de abastecimiento está auditada, de principio a fin. Sabemos con exactitud de dónde proceden todos nuestros ingredientes, cómo han sido recolectados, las prácticas éticas usadas en su procesamiento, si hay áreas donde se está haciendo un excesivo uso de los recursos, incluso el riesgo de deforestación. Tenemos transparencia y trazabilidad de todos nuestros ingredientes en toda la cadena.
Siempre hemos hecho las cosas de forma ética, conforme a nuestros valores. Todas nuestras decisiones las tomamos de manera responsable, considerando el impacto que tienen a largo plazo, tanto en el medio ambiente como en la sociedad y en la economía. Por poner un ejemplo, uno de nuestros segmentos de producto más populares son las cremas para el bebé, y uno de los productos que más unidades mueven en este mercado son las toallitas para limpiar la zona del pañal. En Weleda hemos renunciado a comercializar y a desarrollar toallitas, por muy biodegradables o desechables que sean. Porque no sería coherente con nuestra forma de hacer las cosas, con nuestros valores, aunque sea una atractiva fuente de negocio. Así que, como se puede ver, hay un compromiso integral en todas nuestras operaciones y en todas nuestras actividades comerciales.
Weleda quiere demostrar que se puede dar una producción y un abastecimiento ético y sostenible dentro de la industria ¿Qué medidas toman para lograrlo?
Todos nuestros ingredientes proceden de la naturaleza, no solamente los aceites vegetales y los extractos botánicos, también los más funcionales, como activos, emolientes, y espesantes. Todos esos ingredientes secundarios también los elaboramos a través de materias primas naturales. Para nosotros es fundamental hacerlo de la forma más respetuosa posible, y cuidando la biodiversidad, porque va en ello nuestro futuro.
En 2011, Weleda fue una de las primeras empresas de cosmética natural del mundo en convertirse en miembro de UEBT (Union for Ethical Biotrade ), una organización para el comercio ético de materiales bio. Nuestro compromiso con el abastecimiento ético es muy claro, lo que garantiza UEBT es que allí donde recolectamos o cultivamos nuestros ingredientes, preservamos la biodiversidad. Que, durante todo el cultivo, la cosecha y el procesamiento de materias primas, existe una absoluta transparencia y trazabilidad sobre la procedencia de todos los ingredientes. Y que todas las personas que trabajan en estos proyectos han sido tratados de forma ética y pagados justamente. Pero es que, además, consideramos todos los ecosistemas, por lo que toda la biodiversidad, las especies autóctonas, y los insectos que habitan en el suelo, son considerados de una forma respetuosa. Por eso, estamos certificados con este sello que garantiza el “sourcing with respect”, un abastecimiento de forma respetuosa.
Somos la empresa de cosmética más antigua del mundo, llevamos 100 años haciendo así las cosas. Tenemos los jardines de plantas medicinales más grandes de Europa, con más de mil especies de plantas diferentes. Como decía, más del 84% de todos nuestros ingredientes son de calidad bio y toda nuestra cadena es completamente transparente. Realmente creemos que hay una forma de hacer las cosas, no solamente es el qué hacemos, sino también poner mucho cuidado en cómo lo hacemos.
Su compañía está rediseñando sus envases para reducir su impacto ecológico ¿Qué avances han logrado hasta ahora?
Como todos nuestros ingredientes son naturales y no utilizamos conservantes sintéticos, nuestro embalaje para nosotros es súper importante porque tiene que actuar como un protector de nuestras fórmulas, para evitar el contacto con el aire y con la luz, que es lo que hace que los ingredientes se oxiden.
Nuestro objetivo era que el 58% de nuestros envases fuesen reciclados en 2023, y es un hito que hemos logrado. Esto representa un paso gigante, ya que es un 13% más que el año anterior. El fin a largo plazo es lograr cero residuos, para nosotros el material ideal es 100% compostable, y debe proteger nuestras delicadas fórmulas. Pero, claro, esto hoy en día todavía es un sueño, lamentablemente.
El 75% de todos nuestros envases son reciclables, pero nuestra meta es que en 2030 lo sean el 100%. Ya estamos avanzando, todos nuestros nuevos lanzamientos son productos que utilizan solamente recycled PET, y nuestros tubos de aluminio se están convirtiendo en tubos reciclados.
Actualmente, aproximadamente el 60% de nuestros envases son de vidrio, que es un material muy fácil de reciclar, y con muchísimas ventajas, pero también con algunos inconvenientes. Por ejemplo, no podemos utilizarlos en zonas de baño donde puedan caerse y astillarse, además, es un material más pesado, que genera una mayor huella de carbono en su transporte. El 15% de nuestros envases son de aluminio, un material que utilizamos desde hace años y nos parece muy interesante, pero es verdad que el uso de energía para su extracción es muy intensivo, por eso estamos derivando a aluminio reciclado. Y el resto de los envases que utilizamos están compuestos por diferentes plásticos, generalmente usamos PET, que es 100% reciclable.
Estamos en la búsqueda de nuevas alternativas de packaging, pero la solución hasta ahora no es perfecta. Seguimos investigando y somos miembros de Recycling Forum (Fórum de Reciclaje), una organización donde hemos unido fuerzas con otras empresas para investigar cómo se pueden reciclar los plásticos de residuos domésticos, y convertirlos de forma segura en envases de alimentos y cosméticos. Creo que es algo en lo que todavía quedan muchos esfuerzos por hacer, pero hemos logrado grandes cambios.
Algunos de nuestros best seller, como el tarro de Skin Food Body Butter, fue lanzado en plástico PET, pero hace unos años lo cambiamos por un envase de vidrio verde reciclado. Un material que usamos siempre que es posible, ya que es mucho más sostenible. Nuestro último lanzamiento, que es la línea facial antioxidante de granada, también se ha transformado a envases de vidrio verde. Y otro de nuestros productos más vendidos, el aceite para bebé, viene en un frasco hecho con un 97% de plástico reciclado. Estamos dando enormes pasos, y es uno de los retos en los que más se va a avanzar en el futuro para encontrar esos envases que sean ideales para todas las categorías, y también seguros para estar cerca de los bebés, y se puedan usar en todas las áreas.
¿Qué acciones han puesto en marcha en Weleda para la protección y recuperación de la biodiversidad?
Buscamos proyectos globales que tengan un impacto positivo en la protección del clima y de la biodiversidad, pero nos interesan especialmente aquellos proyectos que mejoran la salud del suelo. Para nosotros, que cultivamos todos nuestros ingredientes, el suelo es fundamental, necesitamos suelos fértiles, ricos en humus, que sean capaces de darnos plantas llenas de vitalidad y de propiedades que después incorporamos a nuestros productos. Además, el suelo es capaz de absorber grandes cantidades de CO2, por eso creemos que, como empresa que se dedica, sobre todo, al cultivo de ingredientes, es algo en lo que tenemos que poner especial foco.
En Brasil tenemos grandes iniciativas para para prevenir la deforestación de la selva tropical. Y, después, tenemos pequeños gestos, aquí y allá, que van sumando grandes impactos. En Australia, por ejemplo, estamos haciendo proyectos de apoyo a más de 60 agricultores que están haciendo una transición ecológica hacia la agricultura regenerativa. En Italia, hemos plantado más de 2000 árboles frutales en campos que eran puros de monocultivo de cereal y, gracias a estas nuevas variedades, están trabajando la fertilidad del suelo. En Alemania, estamos trabajando en proyectos de rehumidificación de micro paramos, y en Suiza apoyamos el fondo de fertilidad del suelo.
En España, el año pasado hicimos un match funding para cofinanciar dos proyectos contra la desertificación. Uno de ellos se enfocaba en la recuperación de una finca de olivos milenarios, que estaban casi en peligro de extinción, en Granada. Y el otro, fue en una finca de la Vega del Jarama, en Madrid, que estaba muy deteriorada por el monocultivo de cereal, y en el que una pequeña comunidad de agricultores está trabajando para la regeneración de ese suelo con prácticas ecológicas. El suelo para nosotros es uno de nuestros grandes puntos de enfoque, porque también creemos que contribuye de forma muy notable a luchar contra el cambio climático.
Desde octubre de 2022 todos los productos de Weleda son neutros en carbono ¿qué pasos han dado para alcanzar esta meta?
Estamos muy orgullosos de haber alcanzado este hito, pero también consideramos que compensar nuestra huella de carbono por sí solo no representa un cambio positivo en la industria. Somos muy conscientes de que la vía es la reducción al máximo de todas nuestras emisiones, a través de procesos más eficientes, del uso de energías renovables, de la reducción del transporte al máximo, y de los envases reciclados.
Han sido todas las medidas que hemos ido poniendo en práctica durante muchos años las que han reducido nuestra huella de carbono. Por ejemplo, hemos aumentado muchísimo nuestra proporción de energías renovables; en Suiza y en Alemania, que es donde están nuestras plantas de producción, hemos ido cambiando a biogás, incluso para procesos que utilizan de forma intensiva la energía. Varias de nuestras filiales en el mundo ya utilizan exclusivamente un 100% de energía procedente de fuentes renovables.
Hoy en día el 93% de toda nuestra energía procede de fuentes renovables, esto nos deja una cantidad casi residual que tenemos que compensar con proyectos de CO2. Y lo estamos haciendo, sobre todo, a través de una cooperación con la granja SEKEM, en Egipto, que cultiva en el desierto, entre otras muchas cosas, plantas de jojoba para muchos de nuestros productos. Ahora están plantando más árboles en estas plantaciones para reverdecer el desierto, atrapar CO2 y nutrir el suelo. Como se puede ver, ha sido una estrategia que lleva muchos años consolidándose y con la que hemos alcanzado este hito tan maravilloso.
Weleda es una empresa B Corp ¿por qué decidieron unirse a este movimiento?
Nuestro compromiso es más que plausible desde hace más de un siglo. Unirnos a B Corp ha sido una forma de hacerlo más visible, y de que alguien nos avale y nos respalde en esta forma de hacer las cosas.
B Corp es una comunidad global de empresas que comparten nuestra misma visión, esto nos une a otras compañías amigas con las que podemos compartir retos o mejores prácticas y discutir ideas. Además, adherirse a B Cop es el compromiso de someterse a una evaluación de impacto en todo tipo de áreas: el medioambiente, los empleados, las comunidades, los clientes…Esto nos permite identificar aquellos ámbitos donde lo estamos haciendo muy bien, y otros donde todavía tenemos margen de mejora.
Esta unión a B Corp te compromete a llevar a cabo una mejora continua en tus notas de evaluación, el sello debe recertificarse cada tres años y tiene que haber una mejora respecto al año anterior. Para Weleda fue una forma muy natural de formalizar nuestro compromiso con el medio ambiente, y también de alinearnos con empresas que comparten nuestros valores y están tan comprometidas como nosotros.
¿Cómo ve el futuro de la sostenibilidad en su sector y en Weleda?
Creo que el futuro de la cosmética natural es muy prometedor. Los consumidores piden cada vez más a las industrias que seamos más responsables, y se dan más cuenta de que sus decisiones de compra tienen un impacto real en el medioambiente y en el planeta. Nos van a empujar a mejorar y eso es muy bueno para el sector, además, trabajando juntos podemos encontrar áreas de mejora. Por ejemplo, una serían los envases recargables, con los que creo que el consumidor no está muy comprometido o concienciado. Tenemos que hacer una labor de educación y ponérselo muy fácil, porque si tuviésemos al alcance de nuestra mano un sitio donde poder rellenar nuestro gel favorito, y no tener que comprar un envase nuevo, sería fantástico. Otro ejemplo es la cosmética sólida, todavía cuesta romper viejos hábitos, pero me parece muy interesante, porque al no contener agua tiene un menor impacto ambiental, requiere menos embalaje y menores costes de transporte.
Considero que se van a dar pasos de gigante en el ámbito de los envases, entre todos vamos a avanzar para lograr packaging más sostenibles, con materiales reciclables y biodegradables. Pero tenemos que ser honestos, como industria debemos ser transparentes porque el greenwashing es malo para todos. El 73% de los ciudadanos cree que las empresas usan slogans sin un compromiso real. Si esto que estamos construyendo es tan positivo para el ser humano y para el planeta, tiene que ser auténtico y honesto, si no lo hacemos vamos a perder la confianza del consumidor.
Animo a todas las empresas a que se unan a prácticas más sostenibles. Por pequeño que sea su granito de arena, todo contribuye, y realmente hay una exigencia por parte de los consumidores para que las compañías hagamos las cosas cada vez mejor.