Entrevistamos a María Viver, directora de la Fundación Randstad de las iniciativas que llevan a cabo y la gestión que hacen de la Responsabilidad Social en su organización.
Hablamos de la exposición “Yo también” una iniciativa de arte inclusivo que cumple su segunda edición ¿en qué consiste y cuál es el propósito de esta iniciativa?
El pasado 3 de julio inauguramos la exposición de arte Inclusivo “Yo también”. Por segundo año consecutivo, desde Fundación Randstad junto a la Fundación AON y al Grupo AMAS llevamos a cabo esta iniciativa, comisariada por la galerista Blanca Soto, que recoge un total de 44 piezas artísticas elaboradas por artistas con discapacidad.
A través de este proyecto se consigue visibilizar y normalizar la discapacidad, utilizando el arte como vía de expresión, con un objetivo: reforzar el mensaje de que ellos “también pueden”. En colaboración con AON y su Fundación hemos puesto el foco en conseguir la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad en el mercado laboral. Queremos visibilizar el talento de las personas con discapacidad y fomentar su participación activa en nuestra sociedad.
¿Cómo se enmarca esta iniciativa en la estrategia y gestión de Responsabilidad Social en su organización?
Desde la Fundación Randstad tenemos como misión la integración laboral de las personas con discapacidad. Para lograr esa integración necesitamos tener empresas inclusivas donde aprecien el potencial de valor de las personas con discapacidad.
Con este propósito de favorecer la inclusión en las empresas estamos desarrollando iniciativas para acercar la realidad de las personas con discapacidad y todo lo que son capaces de hacer. Porque creemos que es necesario darles oportunidades para que puedan manifestar su talento y así eliminar las barreras que dificultan esas oportunidades y que a veces vienen por la falta de conocimiento de lo que realmente son capaces de hacer.
La Fundación, consciente de la trasformación de las nuevas formas de trabajo y de la irrupción de la digitalización y de la automatización en los procesos de producción, ha revisado los itinerarios de inserción con los que ayudamos a las personas a mejorar su empleabilidad y encontrar un trabajo para evitar, de esta manera, otra brecha digital. Así hemos creado el Ability Campus de Fundación Randstad como un espacio donde las personas con discapacidad pueden acceder a recursos para mejorar su empleabilidad y encontrar el empleo deseado.
En esta línea, ¿qué otras iniciativas destacarían?
En este objetivo de lograr la igualdad de oportunidades desarrollamos programas formativos, orientados a la mejora de la empleabilidad, desarrollamos itinerarios de inserción socio laboral basados en la evaluación, asesoramiento, capacitación y formación, a través de nuestro Programa Integrados.
El punto clave que desde la Fundación estamos trabajando es elevar el nivel de empleabilidad de las personas con discapacidad para que puedan competir en el marcado de trabajo y alcanzar las mismas oportunidades que otras personas sin discapacidad. Contamos con varias iniciativas de apoyo a la formación, como por ejemplo el programa de becas en la Universidad para aquellos estudiantes que quieran avanzar con sus estudios universitarios, orientados a adquirir el conocimiento que está demandando el mercado y que están teniendo mucho éxito, especialmente, en las carreras de ámbito tecnológico.
Además, para niveles formativos de formación especializada, a través de la UNIR, tenemos los cursos Formación para el Empleo para profesionales con discapacidad, que abarcan diferentes temáticas: contabilidad, recursos humanos, marketing y comunicación, emprendimiento…
Y, para impulsar la formación profesional, contamos con los Certificados de Profesionalidad, un instrumento que pone a disposición el Ministerio de Trabajo para reconocer la experiencia y formación profesional de las personas que en su día no pudieron obtener una titulación oficial.
Y también ayudamos a las empresas en desarrollar su diversidad e inclusión. Entre las acciones que realizamos con empresas, destacan los proyectos de innovación social como Speed Job Dating, que permite conseguir la inclusión laboral a través de un espacio de encuentro entre el tejido empresarial y las personas en situación de exclusión social, que se encuentran en búsqueda de empleo.
Desarrollamos también programas colaborativos con empresas, entidades sociales y administraciones públicas, apoyándoles en el cumplimiento de la Ley General de Discapacidad, impulsando acciones de voluntariado corporativo o impulsando campañas específicas. Un ejemplo fue la realizada junto a Binter en 2018 en el marco del Día Mundial de la Discapacidad, en la que visibilizamos el apoyo a la discapacidad y entregamos más de 13.000 pulseras para unirse a nuestra causa que es a la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral. O la campaña con Atresmedia de talento sin barreras que lanzamos el pasado mes de abril.
¿Qué importancia tiene para su entidad la comunicación de sus iniciativas responsables y cómo la trabajan?
La conciencia social es un paso esencial para generar un ecosistema de empleabilidad en el que se incluya el talento de las personas con discapacidad en las organizaciones.
Por ello, el apoyo de la comunicación en este tipo de iniciativas es clave para poner de relieve que las personas con discapacidad son parte activa de la sociedad y es fundamental que se les reconozca como parte del mercado laboral.
Un ejemplo de ello son los Premios Fundación Randstad, que este año han celebrado su 14ª edición y tienen como finalidad visualizar y reconocer los proyectos de inclusión y diversidad que se están desarrollando en las empresas e instituciones para que se conozcan y para que se den oportunidades a las personas con discapacidad para lograr su inclusión real en la sociedad.
¿Cuáles son los próximos retos y desafíos de su organización en esta materia y cómo los piensan llevar a cabo?
Encontramos tres retos principales a los que debemos hacer frente: la transformación digitalización del empleo, el incremento del nivel formativo y el aumento de la tasa de actividad de las personas con discapacidad.
La tecnología está revolucionando nuestras vidas y con ella el concepto de trabajo y la manera de desarrollarlo.
En este sentido, los puestos poco especializados, repetitivos o mecánicos se considera que serán fácilmente sustituibles por la automatización o la robótica y estos son los que más desarrollan los colectivos más vulnerables de la sociedad.
Si atendemos a un estudio elaborado por Fundación Randstad sobre empleo y personas con discapacidad, en los próximos 10 años la incidencia de la digitalización en las 15 ocupaciones en las que más personas con discapacidad están contratadas, se presumió que afectará al 53% de los contratos.
Por ello es necesario que se ayude a dar respuesta a los nuevos debates éticos que plantean las nuevas tecnologías como la robótica o la inteligencia artificial, aportando soluciones que resuelvan estos problemas y no incrementen esta brecha en la inclusión laboral.
Por mi parte, confío en que el desarrollo tecnológico y las nuevas formas de trabajar facilitarán el trabajo de las personas que hoy lo tienen más complicado, como las personas con movilidad reducida, determinadas parálisis o distintos tipos de discapacidad física o sensorial. Y, con ello, avanzar en la construcción de un mundo con más oportunidades para todos.
Relacionado con esto nos encontramos con la necesidad de elevar el nivel formativo de las personas con discapacidad. Una de las situaciones que mayor afecta su empleo es la falta de formación que genera falta de oportunidades y merma en la calidad y pluralidad del empleo en estas personas. La tasa de abandono escolar sigue siendo muy alta. Resulta complicado su acceso mayoritario a los programas de formación profesional y, aún hoy, hay muy pocas personas con discapacidad que cursen estudios universitarios.
Por ello, el incremento del nivel formativo como he comentado antes, es la única vía para competir con más oportunidades en el mercado de trabajo y acceder a puestos que sean menos susceptibles de ser penalizados por la incidencia de la digitalización.
Por último, el aumento de la actividad debe venir apoyado desde el inicio en etapas tempranas, donde se apoye tanto a las personas como a sus familias y se trabaje el entorno de las escuelas e institutos acercando la realidad de estas personas y que se acepte su diversidad y visualicen sus talentos, con ejemplos de personas que están desarrollándolos profesionalmente.