¿Qué importancia tiene para vuestra organización formar parte del Proyecto LIBERA y qué beneficios creéis que aporta a las organizaciones adheridas?
MATER, la última gran bonitera vasca de madera, se transforma en Barco Museo Ecoactivo y hoy día es un centro innovador de educación ambiental, enfocado en impulsar la acción de personas y comunidades hacia formas de vida más respetuosas con la naturaleza. Un instrumento único de unión y transformación para sensibilizar e implicar a la sociedad en la conservación de nuestro medio ambiente con dos líneas de acción: museo singular con un amplio programa durante todo el año en Pasaia (Gipuzkoa); y proyectos de divulgación, formación e investigación marina.
Para MATER el Proyecto LIBERA aporta un marco de unión para las distintas organizaciones que trabajamos en la lucha contra la basuraleza. En el País Vasco, desde el Barco Museo Ecoactivo MATER desarrollamos una labor de educación ambiental innovadora bajo el paraguas que aporta esta alianza.
Formar parte del Proyecto LIBERA nos permite por un lado, visibilizar con un alcance mayor del que tendríamos por nuestros propios medios, la problemática de la naturaleza y en concreto la de las basuras marinas. A su vez, la adhesión a la iniciativa nos permite organizar actividades abiertas al público con las que incidir directamente en la conservación del medio natural y a su vez conseguir inculcar nuevos hábitos en la comunidad que participa en las mismas. Y a esto, queda sumarle la gran familia que conformamos las diferentes asociaciones y entidades que formamos parte del proyecto, que vemos como las relaciones se van afianzando con el fin de ser cada vez más eficiente en la divulgación y la lucha contra la basuraleza.
¿De qué forma está vuestra organización apostando por la conservación de la biodiversidad? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad?
Desde MATER intentamos mostrar la biodiversidad como un tesoro incomprendido que nos protege y nos regala las condiciones de vida para nuestra propia especie. Una compleja red de especies sabias, adaptadas a condiciones de vida únicas, que han podido conseguir ese grado de precisión gracias a la conexión entre unas y otras. Una conexión mágica pero también frágil, como si de un castillo de naipes se tratara, donde cada especie tiene su importancia para que la vida en la Tierra fluya.
Desde el 2003 en MATER realizamos un seguimiento del estado ambiental de la costa oriental del País Vasco, concretamente en el área protegida de la Red Natura 2000 de Jaizkibel-Ulia entre San Sebastián y Fuenterrabía. La metodología utilizada está basada en la ciencia ciudadana donde los datos tanto del impacto ambiental como de la diversidad de especies son recogidos por voluntariado para hacerles protagonistas de su conservación. A lo largo de estos casi 20 años hemos sido testigos del deterioro de esta costa y de la pérdida de biodiversidad, por lo que en 2016 quisimos focalizar nuestro esfuerzo en empoderar a la sociedad en general de su cuidado y pintamos el arcoiris en la proa de nuestro barco como símbolo de esperanza para reconectarnos con la naturaleza.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Creemos firmemente en el poder de las personas para construir un mundo mejor, por lo que trabajamos con colectivos concretos en co-creación de metodologías y dinámicas donde puedan ser protagonistas del cuidado de su medio ambiente. Buscamos trabajar en comunidades locales e impulsar hábitos sostenibles con una fuerte base de compromiso ecosocial.
El Reto de las basuras marinas como unidad didáctica impartida durante 4 cursos consecutivos a más de 1100 alumn@s que crean proyectos de sensibilización para sus comunidades; Ecopatrullas ciudadanas con programas estables de educación ambiental desde y para sus comunidades; o la Red de vigilancia marina conformada por agentes marítimos para dar voz de alarma de su estado ambiental, son algunos de los proyectos que desarrollamos en este ámbito.
Además, obviamente de la continua labor de sensibilización que desarrollamos durante todo el año en nuestro singular museo ecoactivo en Pasaia con ecoactividades como salidas de pesca de basuras a bordo o análisis de microplásticos y un sinfín de actividades de ciencia ciudadana.
En el periodo estival, durante estos 4 años de alianza con LIBERA hemos venido desarrollando la campaña ZERO ZABOR URETAN (cero residuos en el agua, en euskera) a bordo del Barco Museo ecoactivo MATER por todo el litoral vasco bajo el lema “el mejor residuo es el que no se genera”.
Una campaña que quiere remover conciencias implicando a agentes locales en la R más importante, la de reducir, donde todas las personas podemos aportar nuestro granito de arena buscando alternativas a los hábitos destructivos y contaminantes de “usar y tirar”. Somos una generación que debemos levantarnos del sofá, decir no a la comodidad que está destruyendo nuestro único hogar en el universo y ponernos en acción creando nuevas formas de vivir. Una era plena de desafíos pero también de oportunidades que debemos encarar para que las siguientes generaciones tengan también su oportunidad.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización en materia de gestión socialmente responsable del medio natural?
Implicar a la sociedad en general en el cuidado del medio ambiente es un reto enorme en sí mismo. Sufrimos de una enfermedad brutal de hastío y pasotismo en la que hemos perdido la consciencia de la importancia de nuestros pequeños actos. Es hora ya de crear ciudadanía ecoactiva que pueda y quiera cambiar el rumbo de este planeta. Olvidarnos ya de tanto criticar y pasar a la acción siendo ejemplo con gestos y acciones propias. Larga travesía nos espera, pero por lo menos ya hemos puesto el rumbo, ¿te subes a bordo?
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Proyecto Libera