Como líneas principales de negocio, Mediterránea es una empresa dedicada a la restauración colectiva a nivel nacional e internacional. La compañía abarca diferentes ámbitos de la restauración colectiva, desde la gestión integral de cafeterías, comedores, restaurantes corporativos y servicios de vending, en hospitales, colegios y empresas; hasta el diseño y ejecución de reformas de estos espacios de restauración o el desarrollo de servicios de facility management.
¿Cómo se trabaja el aspecto medioambiental dentro de la estrategia de Responsabilidad Social de Mediterránea?
Llevamos muchos años trabajando el aspecto medioambiental y de sostenibilidad de la compañía. Lo focalizamos según la línea de negocio, ya que no es lo mismo alimentar en un colegio que en una empresa o en un hospital. Así, en cada uno de estos espacios atajamos la cuestión medioambiental desde diferentes perspectivas.
Para Mediterránea uno de los pilares fundamentales a la hora de hablar de RSE son los proveedores. Somos una empresa que apuesta por los productos locales y, por tanto, reforzamos la figura del proveedor de cercanía y kilómetro cero. Además, evaluamos a nuestros proveedores con controles de seguridad y calidad alimentaria.
También trabajamos los formatos a granel y la compra en grandes envases, lo que reduce significativamente el uso de recipientes de plástico y de cartón. Desde hace años, antes incluso de entrar la ley sobre los plásticos de un solo uso, ya estábamos cambiando muchas referencias en la utilización de envases para emplear recipientes menos contaminantes.
Por otra parte, la generación de residuos es uno de nuestros retos principales, tanto por la parte de desperdicios alimentarios como por parte de residuos en general, inherente a nuestra actividad. Para hacer frente a este conflicto, llevamos a cabo diferentes iniciativas. Por una parte, colaboramos con organizaciones como Too Good to Go para minimizar el desperdicio y, al mismo tiempo, hemos implantado planes de control y minimización de desperdicio que han sido certificados por Bureau Veritas en varios centros en los que trabajamos. Además, en numerosos centros de nuestros clientes corporativos existe una plataforma interna de take away para minimizar ese desperdicio. Por tanto, nuestro trabajo para reducir el desperdicio alimentario es constante y está en permanente evolución.
Por último, y en la misma línea relacionada con el aprovechamiento de materias primas, hemos realizado proyectos de compostaje y de reciclaje de aceite usado, ya que todo nuestro aceite vegetal usado se destina a biodiésel de tercera generación.
¿Cómo ha evolucionado esta Sostenibilidad y Responsabilidad Social en los últimos años hasta la actualidad? A parte del foco importante que es el parte medio ambiental, ¿cuáles son las principales áreas estratégicas?
Todo lo relativo a la sostenibilidad ha evolucionado más allá de ser una cuestión puramente medioambiental, ahora engloba un todo. Los cambios que llevamos aplicando desde hace años, han evolucionado en el enfoque. Además, desde el departamento que dirijo también llevo el equipo de prevención, desde donde podemos valorar aspectos como que hay ciertas áreas en las que es más fácil trabajar y marcar una estrategia común para toda la compañía.
Podríamos asegurar que tenemos tres áreas de interés. En primer lugar, los empleados, que forman parte fundamental de la empresa y con quienes estamos empezando a promover iniciativas que les benefician -con la pandemia esto ha dado un salto importante- relacionadas con la salud, la conciliación y el teletrabajo. Estamos mirándonos a nosotros mismos para ver de qué manera podemos mejorar todo lo relativo a la plantilla.
Por otra parte, nuestros colaboradores y proveedores son otra parte muy relevante para nosotros. El trabajo con proveedores ha cogido mucha fuerza y su papel en la compañía es fundamental.
Por último, otra área estratégica son nuestros clientes. Somos una empresa de servicios, es algo inherente en nuestro día a día, por lo que estamos creando constantemente sinergias con los clientes y defendemos un modelo de actuación basado en un compromiso firme.
Queremos que nuestra actividad revierta de manera positiva en la sociedad, intentando afianzar todas estas iniciativas, dándoles continuidad y apostando por un plan a largo plazo para ser más responsables, en todos los retos que nos hemos marcado.
¿Podrías compartir otras iniciativas o proyectos que sean de interés? ¿Cuáles son los principales beneficios o beneficiarios de estos proyectos?
Desde la incorporación de mi compañera Mariana Gasca, una persona de mi equipo que está en exclusiva para asuntos de sostenibilidad, estamos focalizándonos en áreas que nos resultan interesantes para empezar a abordar más proyectos y poder tratar la diferencia entre segmentos.
En el sector corporativo tenemos mayor libertad para la puesta en marcha de iniciativas. Por ejemplo, recientemente hemos iniciado el piloto con una empresa de tápers, como alternativa a los envases de un solo uso. Para nosotros es muy interesante eliminar todo lo desechable y los residuos de los comedores.
Otro de los aspectos que queremos potenciar es el modelo de restaurante que defendemos y en los que trabajamos. Por ello, hemos desarrollamos un modelo de restaurante sostenible de la mano de EcoCook. Es una empresa que se dedica a asesorar a restaurantes y colectivos para llevar a cabo medidas de 360 grados en el servicio. Se evalúa el impacto del consumo, gestión de residuos, tipos de menú, tipos de productos que se ofrecen… gracias a esta colaboración hemos obtenido la certificación de comedor sostenible en cuatro comedores de empresas, lo que es muy positivo para poder replicarlo en otros centros.
Desde una perspectiva interna, estamos muy volcados con la huella ambiental. En estos momentos estamos calculando la huella de carbono e hídrica de Mediterránea con el objetivo de poder ofrecer ese servicio a terceros y ayudarles a implementar mejoras en lo relacionado con la huella.
Por otra parte, en el sector de la alimentación en comedores escolares, estamos trabajando con el departamento de nutrición y dietética en un programa que se llama Greentastic. Es nuestra apuesta por un nuevo modelo de alimentación orientado a reforzar hábitos de comida saludables y reducir el impacto medioambiental de la alimentación en el medio ambiente a través de una elección responsable de alimentos. Es un aspecto que no podemos dejar de lado, ya que la concienciación a nuestros alumnos forma parte de nuestro trabajo.
¿Cómo habéis abordado la pandemia desde la organización y en términos de Responsabilidad Social? ¿Habéis llevado alguna iniciativa a cabo o alguna relación con grupos de interés para mejorar algunos aspectos?
Para nosotros la pandemia supuso un gran reto, ya que al dar servicios a hospitales el nivel de tensión fue muy importante. Tuvimos que dar servicio en hospitales, residencias y hoteles medicalizados, por lo que el trabajo de la compañía fue fundamental para el buen funcionamiento de estos centros.
En el marco de la crisis sanitaria, desde Mediterránea pudimos prestar nuestra ayuda a varios grupos que lo necesitaban. Aportando logística y alimentación saludable, la empresa colaboró con diferentes empresas y ONGs a través de acciones como donar café y bebidas calientes al personal de 19 hospitales donde prestamos servicio de vending, la donación de 100 menús diarios a Cruz Roja y la donación de 1.000 kilos de comida a la ONG Remar, así como la colaboración con Vodafone para donar 600 menús diarios en Madrid y colaboración con la patronal Interfresa para donar 2.500 kilos de fruta en hospitales andaluces.
¿Cómo afrontáis o qué importancia tiene para vosotros la comunicación de la Responsabilidad Social a nivel interno y externo?
La llevamos trabajando mucho tiempo, ya que el departamento de Comunicación siempre está dispuesto a ayudar de manera transversal al resto de áreas. Tenemos un pequeño Dream Team donde está: comunicación, RSC y Recursos Humanos como principales integrantes, donde aterrizamos acciones y vemos de qué manera puede potenciarse su puesta en práctica.
Contamos con el apoyo de esta área para poder trasladar de la mejor manera posible todas las iniciativas que realizamos, tanto a nivel interno como externo. Así, aseguramos que tanto los mensajes como las iniciativas que llevamos a cabo llegan al público objetivo de la empresa: clientes, empleados y sociedad.
¿Cuál crees que es la situación actual general de la responsabilidad social en nuestro país y las principales barreras/desafíos a los que nos tenemos que enfrentar?
Está claro que la RSE es imparable. Todo el mundo es consciente de que hay que hacer cambios, mirar más allá de uno mismo y ampliar esas miras a 360 grados. Creo que es una cuestión que ya va mucho más allá de querer serlo o intentar parecerlo, es algo que tiene que estar en todas las empresas. En algunas cuesta más y en otras menos. Los cambios culturales no se consiguen de un día para otro, pero creo que ha habido una evolución muy importante a nivel nacional y que las grandes empresas están empujando mucho para que esto llegue a todos los estamentos. Cada uno en nuestro sitio y en nuestra posición podemos hacer muchas mejoras.
Creo que hay dos retos a los que hacer frente en el aspecto de la RSE y la capacidad del departamento para poder implementar los cambios deseados. Por una parte, en el aspecto legal, relativo a la normativa, cada vez ampara más nuestros proyectos, por lo que nos está ayudando a poder aplicar el cambio que queremos ver. No obstante, este aspecto conlleva un aprendizaje y un tiempo de adaptación. Por otra, el reto generacional, ya que cuando hay empresas que integran varias generaciones este cambio se convierte en un gran desafío.