¿Qué significa para Boehringer Ingelheim obtener ambos reconocimientos? ¿Qué medidas han sido necesarias implantar para su consecución?
Para nosotros, recibir la certificación de neutralidad de carbono y el reconocimiento de la AEGFA por la Certificación Europa de Movilidad Sostenible pone en valor nuestro compromiso con la lucha contra el cambio climático. Nos satisface enormemente ver que se reconocen nuestros esfuerzos como empresa para seguir transformando la vida de las generaciones presentes y futuras, desde una mirada ética y sostenible.
Todas las medidas que hemos implementado en nuestra sede, situada en Sant Cugat del Vallès, están recogidas en nuestra estrategia de sostenibilidad ‘Desarrollo sostenible para las generaciones’. Entre ellas, podemos destacar que el uso de nuestra energía eléctrica procede de fuentes 100% renovables y certificadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) desde el año 2014. También hemos impulsado proyectos de reducción de consumo energético, iniciativas de Ecodiseño y programas de fomento de movilidad sostenible, entre otros. Asimismo, hemos instalado placas fotovoltaicas y cargadores eléctricos en los aparcamientos del site, lo que ha comportado una reducción significativa de emisiones de CO2 a la atmósfera. Concretamente, hemos generado con energía fotovoltaica la electricidad equivalente a 29 toneladas de CO2.
Es todo un logro lograr la neutralidad en carbono a nivel nacional, ¿cómo lleva Boehringer Ingelheim este tema en otros países?
A nivel global, Boehringer Ingelheim ha desarrollado su propia hoja de ruta para la próxima década. La iniciativa “Huella de Carbono” tiene el objetivo de conseguir la reducción del 50% de la huella de carbono y gases de efecto invernadero (GEI), en nuestras operaciones de alcance 1 y 2, desde el año 2020 hasta el año 2030.
En todos los países en los que opera la compañía se han introducido medidas en diferentes ámbitos para reducir las emisiones de carbono, como por ejemplo el cambio a soluciones energéticas ecológicas, la electrificación de vehículos y la puesta en marcha de proyectos de eficiencia energética. En Gainesville (Georgia/Estados Unidos), como también se hemos hecho en Sant Cugat del Vallès, se han equipado con paneles solares los aparcamientos. Aunque esta acción, en un principio, supone un mayor coste, a largo plazo compensa porque la electricidad se genera a partir de una fuente renovable y puede utilizarse directamente in situ.
Además, las luces LED de bajo consumo y los sensores de ocupación en los edificios se han convertido en una norma y se está fomentando la movilidad eléctrica mediante la instalación de estaciones de carga para los vehículos eléctricos que utilizan los empleados para desplazarse. Además, Gainesville va a ser, junto con la sede alemana de Dortmund y Sant Cugat, una de las primeras sedes en lograr la neutralidad de carbono en sus operaciones.
¿Cuál es su opinión sobre la Agenda2030 y los ODS? ¿De qué forma están implantados en Boehringer Ingelheim?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que contempla la Agenda 2030 son ambiciosos, pero también alcanzables. Además, están diseñados para ser universales, integradores y transformadores. Se trata de una iniciativa crucial para lograr un mundo más justo, equitativo y sostenible para todos. De hecho, nuestra estrategia ‘Desarrollo sostenible para las generaciones’ está completamente alineada con los ODS. A través de todas iniciativas, ponemos el desarrollo sostenible en el centro del negocio: los recursos, el entorno, los profesionales que formamos parte del equipo y las sociedades donde actuamos.
Al final, Boehringer Ingelheim trabaja para satisfacer las necesidades de la salud humana y animal. Así, nuestra posición como empresa es única a la hora de hacer frente a retos de desarrollo sostenible interrelacionados. Nuestra organización lleva muchos años comprometida con la gestión estratégica de los impactos no financieros: el medio ambiente, los profesionales de la organización y la comunidad en la que desarrolla su actividad; además de la relación con otros grupos de interés como pacientes, proveedores y administración pública. Queremos seguir avanzando en materia de sostenibilidad, ya que todavía queda mucho camino por recorrer, y ahora es nuestro momento.
¿Cómo ve el sector de la RSC en España? ¿Qué tiene que mejorar?
España ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años en materia de responsabilidad social corporativa. Muchas empresas españolas han adoptado prácticas sostenibles y han implementado programas de RSC en áreas como el medio ambiente, la igualdad de género o el bienestar laboral. Durante la pandemia, especialmente, vimos a muchas empresas buscar fórmulas novedosas para contribuir a detener la emergencia sanitaria, económica y social, cada una desde su sector y su expertise.
Sin embargo, todavía hay margen de mejora en algunos aspectos. En primer lugar, el cambio de cultura es imprescindible para tener una actividad empresarial socialmente responsable. Las organizaciones no deben ser sostenibles simplemente por una obligación moral y ética, sino que se trata de una necesidad real para ser resilientes y solventes a medio y largo plazo. La sostenibilidad les va a suponer un retorno positivo en un futuro próximo en forma de aumento de volumen de negocio.
Todavía existe la creencia de que la responsabilidad social de las empresas es algo que se practica como un elemento tangencial, fuera del modelo de negocio. En muchas ocasiones, se lleva a cabo a través de departamentos especializados o de fundaciones, sin demasiada conexión con el core de la compañía. En muchas ocasiones, se cae en el greenwashing o el socialwashing, sin que las acciones tengan un impacto real en las compañías. Es verdad que la mayoría de grandes empresas están en mayor o menor medida haciendo avances sobre cómo puede mejorar en el campo de la responsabilidad social, pero en las pequeñas y medianas empresas aún falta concienciación. Algunas siguen sin ver que operar de forma transparentemente responsable puede acabar siendo una ventaja competitiva.
En Boehringer Ingelheim lo tenemos claro y hemos integrado nuestra estrategia de “Desarrollo Sostenible para las generaciones” en el centro de nuestro negocio: recursos, entorno, profesionales de la salud y las sociedades donde actuamos. De modo que los equipos están sensibilizados con este asunto.
También pienso que la creciente popularización de los ODS entre consumidores, hará que cada vez más empresas los adopten de forma proactiva para guiar sus políticas de responsabilidad social. La implicación de la ciudadanía en muchas causas sociales hará que sea relativamente sencillo que las empresas más importantes puedan poner en marcha, con relativa solvencia, programas de voluntariado corporativo de alto impacto.
Por último, ¿qué retos de futuro tiene Boehringer Ingelheim en materia de sostenibilidad?
Boehringer Ingelheim está intensificando sus ambiciones para hacer frente a los desafíos mundiales relacionados no solo con la salud, sino con el medio ambiente. La empresa invierte en proyectos verdes estratégicos que contribuyen a los compromisos medioambientales. Ya que, como compañía centrada en mejorar la salud de las personas y los animales, sabemos que el medio ambiente influye directamente en su bienestar, así que seguiremos trabajando activamente para preservarlo.
En este sentido, destacaría tres líneas de trabajo o “3 retos” fundamentales que se nos plantean en los próximos años. El primero sería continuar con el trabajo realizado respecto a la Neutralización en Carbono, añadiendo también el Alcance 3. Esta iniciativa de Responsible Value Chain, juntamente con la integración a toda la cadena de valor, es sin duda el gran reto que vamos a trabajar este año. Más del 80% de las emisiones totales son producidas por el impacto indirecto que genera nuestra actividad (compras de materiales, servicios, inversiones, gestión residuos, etc.). Así pues, es fundamental conseguir un compromiso de nuestros proveedores y trabajar juntamente con ellos para minimizar sus emisiones tanto como se pueda.
La otra gran línea para seguir desarrollado es reducir nuestra “Huella Hídrica” y favorecer cada vez más la reutilización. De hecho, ya hemos utilizado 10.700 m3 de agua recuperados. Pero no queremos solo conseguir una reducción de nuestro consumo en términos cuantitativos, sino que queremos asegurar el concepto de aguas residuales limpias. Por último, queremos seguir avanzando en los criterios de economía circular y rebajar el impacto de nuestros productos desde un punto de vista de ciclo de vida.
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