La Fundación de la Universidad Europea, promueve un año más Proyectos de Cooperación y Educación Internacional, donde estudiantes y profesores de distintas áreas de especialización colaboran con ONGs y asociaciones de cinco países para aplicar sobre el terreno en cada destino los conocimientos adquiridos durante el curso, a través de en distintos proyectos solidarios.
Recientemente ha aterrizado en Benín un grupo de estudiantes de fisioterapia, medicina y enfermería de la Universidad Europea entre otros grados, que se encuentran en este país africano desarrollando un proyecto de salud y educación en colaboración con la Fundación Fundebe. Así, trabajan en estimulación afectiva, física y psicológica de niños abandonados con discapacidad mental y física. En paralelo a estas actividades, también llevarán a cabo labores de educación para niños y jóvenes en vacaciones escolares, una formación al profesorado local y apoyo en el día a día del centro de salud y hospital donde además trabajarán para crear programas de higiene y formación sobre enfermedades como el SIDA o la malaria.
¿Cómo se decidió este destino de voluntariado? (Concepción Jara Maroto, profesora)
Este destino de voluntariado se decidió porque mi hija vino a hacer un voluntariado de Farmacia aquí a Benín. Ella me contó que había un hospital y un colegio, por lo que hablamos con el presidente de la Fundación Universidad Europea y presentamos este proyecto, donde colaboramos con Fundebe (Fundación para el Desarrollo de Benin). En este caso, se trata de un proyecto con carácter transversal, no solo pueden ir alumnos de educación y medicina, también de todas las titulaciones de la universidad.
¿Cómo se puede lograr los ODS desde una perspectiva local y a través de un voluntariado social? (Gabriela Luciano Betini, estudiante)
El proyecto de Fundebe está enfocado principalmente en tres Objetivos de Desarrollo Sostenible: salud, educación e igualdad.
En cuanto a la salud, la Fundación cuenta con un dispensario dentro del colegio para evitar que dolencias comunes desemboquen en dolencias más graves y lleguen al hospital, que ya está superando su capacidad. Desde un voluntariado social estamos trabajando cada año por un mejor funcionamiento y mantenimiento del dispensario y se está estudiando su conversión y ampliación a centro de salud. Los alumnos de la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud trabajamos tanto en el dispensario como en el hospital con los profesionales locales, aprendiendo y detectando necesidades para luego desarrollar proyectos que tengan que ver con este objetivo.
En lo relativo a la educación, cabe destacar que el colegio se hizo con el fin de acceder a una educación de calidad, en un país Benín en el que la tasa de escolarización sigue estando muy por debajo de la Agenda 2030 y en una zona en donde hay deficiencia de centros escolares. La mayoría de alumnos del colegio terminan sus estudios de bachillerato con una tasa próxima al 100% de aprobados en las pruebas de acceso a la universidad. En estas pruebas los profesores detectaron que les cuesta mucho la producción tanto escrita como oral, que es lo que estamos trabajando con los voluntarios. Estamos introduciendo metodologías más comunicativas, más interactivas y potenciando la creatividad en el aula. Además, la semana que viene empezamos la formación al profesorado para tener un impacto a largo plazo, con talleres sobre inteligencias múltiples, la taxonomía de Bloom, la creatividad o el aprendizaje colaborativo.
Por último, en lo que respecta a la igualdad, a través de la educación las niñas tienen poco a poco acceso a otros puestos y roles en la sociedad. La mayoría de niñas en bachillerato tienen planes de ir a la universidad y casarse y tener hijos una vez finalicen la educación superior. Es interesante que la tasa de chicos y chicas en el colegio es de 50/50, algo excepcional en el país, y la mayoría de chicos en el colegio apoya la educación de la mujer. Además, en las clases de edades más avanzadas han surgido debates importantes como el trabajo de la mujer, la poligamia, la ablación o el matrimonio forzoso. También estamos potenciando mucho la cultura creativa.
¿Cuál es, en tu opinión, la situación actual de estos temas, cuáles son sus principales barreras y obstáculos y cómo estos se pueden superar? (Gabriela Luciano Betini, estudiante)
A pesar de que ha habido buenos avances, todavía queda mucho por hacer. Por ejemplo, en el hospital faltan muchos medios y falta también una formación a la población local en temas de prevención.
En el colegio, la principal barrera es que los alumnos no se ven capaces de aplicar los conocimientos adquiridos en otros contextos y de acceder a otros puestos que no estén relacionados con la agricultura. Tampoco se ven capaces de mejorar su sistema agrícola. En el voluntariado de este verano estamos intentando introducir un cambio metodológico donde se estimule la creatividad y el empoderamiento. Además, también estamos intentando que los profesores nativos puedan incorporar este tipo de metodologías a medio plazo y mantener los cambios a largo plazo.
En líneas generales, los programas de cooperación que se podrían hacer a largo plazo tendrían que incluir ese cambio metodológico y de empoderamiento, además de una agricultura más sostenible, un programa de canalización de agua, una recogida de aguas fluviales y una negociación justa sobre el precio del algodón.
¿Qué importancia tiene la comunicación responsable y cuáles son las claves para lograr su éxito y que no se identifique con greenwasing y lavado de imagen? (Gabriela Luciano Betini, estudiante)
Nos parece fundamental no sólo para evitar estereotipos en occidente sino también en el propio terreno. Aún nos consideran superiores en inteligencia y no valoran sus propias soluciones e innovaciones. Tampoco valoran de igual manera sus aportaciones culturales, así como su bagaje y sus tradiciones.
Además, cuando volvemos y enseñamos fotos de nuestra experiencia, mucha gente opina que los niños allí no están tan mal, pues van bien vestidos y se muestran limpios y sonrientes. Lamentablemente, si no se muestra una miseria extrema y una desesperación parece que en Occidente no sentimos la necesidad o la responsabilidad social de cooperar.
¿Cómo lograr alianzas estables y duraderas entre el sector privado, el público y el no lucrativo? ¿Puede poner ejemplos? (Gabriela Luciano Betini, estudiante)
La verdad es que llevamos poco tiempo aquí y no es suficiente para hablar de todo el contexto con los tres actores principales, además, tampoco somos expertos en desarrollo. Sin embargo, sí que podemos dar una pequeña introducción al contexto basándonos en un encuentro con el alcalde que tuvimos el año pasado.
Desde la Fundación Fundebe se consiguen colaboraciones puntuales del sector privado español. La mayor parte de la financiación del colegio y del dispensario parte del sector no lucrativo con donaciones particulares la mayor parte, pues existen bastantes dificultades para acceder a ayudas del sector público, tanto español como internacional.
En Benín, el sector público cuenta con una inversión muy limitada, que hasta la fecha se ha centrado en crear un pozo de agua en cada centro de población, en intentar invertir en comunicaciones (que aún son muy escasas) y en hacer frente al problema de la baja recaudación.
El sector privado en Benín es muy escaso, la tierra se trabaja con minifundios familiares y la agricultura es básicamente de subsistencia. Además, los pequeños negocios locales que se dedican a vender el pequeño excedente de la cosecha ni si quiera son negocios oficiales o legalizados, por lo que la recaudación de impuestos es nula, de ahí la dificultad de crear alianzas entre los tres sectores clave.
¿Cuáles son los otros retos y desafíos a medio plazo en materia de Responsabilidad Social, Sostenibilidad y Agenda 2030? (Gabriela Luciano Betini, estudiante)
En Benín encontramos una infinidad de retos y desafíos. Creemos que es principal la creación de estructuras e infraestructuras. Sobre todo, porque sin infraestructuras no se pueden hacer programas de una mayor higiene, prevención en salud, y una recaudación de impuestos como ya se ha mencionado en la pregunta anterior. También es muy necesario una mejor gestión ambiental y una gestión de residuos, así como de agricultura. Futuros proyectos que pensamos que se pueden hacer en colaboración con la universidad y otros agentes.
¿Qué más pueden contar del proyecto? (Concepción Jara Maroto, profesora)
Queremos hacer hincapié en que, gracias a este voluntariado, han surgido algunos posibles futuros proyectos.
El primero de ellos ha surgido por parte de un alumno francés de Fisioterapia que ha participado en el voluntariado de este año y quiere hacer un proyecto con un centro de niños huérfanos de la ciudad de Ouidah.
También hemos pensado un proyecto en el que se involucren los compañeros del Language Centre, y donde se dieran clases online a alumnos y profesores del colegio en el que nos encontramos en Nikki. De hecho, hemos hablado con un ingeniero informático voluntario para valorar la viabilidad del proyecto y parece que los resultados son positivos.
Otro de los proyectos es hacer una granja de pollos que se sitúe dentro de las instalaciones del colegio, que tiene una superficie total de 12 hectáreas, para servir de sustento al comedor. La idea se está desarrollando como parte del Trabajo de Fin de Grado de una estudiante de Veterinaria.