La Fundación Tomillo ha publicado su Memoria de 2019 en la que se plasma los últimos proyectos que han realizado, gracias a la colaboración de muchas entidades públicas y privadas. Estas colaboraciones son de financiamiento, de formación compartida, prácticas en empresas y voluntariado.
Hay que echar la vista atrás en marzo cuando se produce esta pandemia y el confinamiento general de la población. A pesar de trabajar durante más de 36 años en contextos de población vulnerable y aunque el tercer sector podía preveer estas brechas sociales, laborales, académicas…. siempre habíamos hablado de una brecha digital. Nos habíamos planteado qué pasaría en una situación que nunca íbamos a imaginar como la que se produjo para miles de jóvenes y sus familias que atendemos cada año. La brecha digital se transformó en un apagón digital en toda regla. Más del 50% de las familias y jóvenes que estaban en una situación clara de exclusión, desaparecieron. No hubo forma de contactar con ellos porque no tenian ni siquiera un móvil al que poder preguntarles. El que tenía móvil empezó a no tener datos y las necesidades derivadas de esta situación de probreza se fueron sumando. Todo esto influyó mucho más en las necesidades básicas, personales, familiares etc… Los que tenemos hijos vemos como nuestro día a día se ha visto alterado. Hemos vivido con nuestros hijos en casa esta situación, pensando cómo conciliar la vida laboral y familliar y atender las rutinas básicas. Imaginemos esta misma situación en una vivienda de 12 personas que viven en 40 m2 y que no tienen ninguna rutina social etc… y se han visto absolutamente desbordados. Las primeras necesidades de estas familias, a parte de las básicas de alimentación e higiene, fue pedir ayuda para conciliar la vida de casa, es decir a que sus hijos llevaran una vida saludable con los horarios etc… Lo que ocurrió con la pandemia en estos hogares fue mucho más que un “apagón digital”. Fue una situación de exclusión total y absoluta donde nos tuvimos que reinventar empezando por lo urgente e ir retomando una situación que necesitaba una actuación diferente. La Fundación Tomillo sabe qué hacer cuando tiene a las familias y jóvenes delante, ya que estos necesitan mucha motivicación, apoyo y cariño. Y esto con la crisis sanitaria lo hemos tenido que sustituir por el “roce digital” a través de la pantalla. Es una situación muy complicada y dificil de manejar. Nuestros educadores han tenido que aprender a diseñar las intervenciones socioeducativas en el mundo digital.
Esto, que es una dificulad con la que nace, es también una oportunidad. Esta situación de pandemia acabrá algún día pero tenemos que romper esa brecha digital. La pandemia nos ha traido la intención de romper esta brecha y de diseñar nuestras intervenciones en cualquier escenario. La tecnología nos va a dar como herramienta un plus en nuestra intervención con nuestros jóvenes y familias que no habíamos imaginado antes. Fundación Tomillo, durante este tiempo, ha diseñado esta intervención y adaptarla a cualquier escenario.
Cuando llegó el verano, la mayor parate de estos jóvenes que estaban en situación de necesidad y de socilaizar, se encuentran con que los colegios no se abren y terminan en digital en función de los recursos y de los profesores. Los chicos que estaban desmotivados antes de marzo terminan en una desmotivación mayor en periodo de confinamiento. Nuestro objetivo es reactivar la motivación de estos jóvenes para que cuando llegara septiembre estuvieran con disponibilidad de empezar de nuevo, de no abandonar y seguir en el sistema. Imaginamos una escuela de verano que duró tdoo el mes de julio y en la que estuvieron chicas y chicos de todas las edades entre 12 y 18 años con un diseño de experiencias vitales y significativas en el que además de la lengua, matemáticas e inglés, lo más importante era recuperar animicamente a todos estos jóvenes.
Proponemos el desarrollo de una intervención socioeducativa para tratar de recuperar a estos chicos y chicas. Terminamos muy cansados en el mes de julio porque la situación no nos permitía hacer todo lo que nosotros queríamos ni llegar de igual manera a todos los chicos y chicas y nos encontramos en el mes de septiembre en una situación tan o más delicada que la que terminamos en julio porque la pandemia continúa. Desde el punto de vista laboral, las familias de nuestros jóvenes se ven en una situación muy desesperada. Aunque nosotros en septiembre, el 80% de nuestras famiias estaban ya conectados a través de teléfono, datos, tablets y ordenadores, la colaboración y la resuesta a Tomillo desde muchas entidades privadas y públicas fue admirable. Una cosa es tener un ordenador y otra es tener las habilidades y la herramientas para poder trabajar así. La siguiente fase fue trabajar las competencias básicas digitales para que nuestros jóvenes y sus familias saquen provecho al móvil, a una sesión de classroom, a la herramienta tecnológica para no estar apagados como en meses anteriores.
Iniciamos el curso con una esperanza de que esta adaptación a cualquier tipo de situación: especial, híbrida o que llegara el momento de que fuera de total confinamiento no nos sorprendiera como lo hizo en marzo.
¿Qué otras buenas prácticas o acciones en materia de RSC y sostenibilidad puede compartir con nosotros de Fundación Tomillo? (igualdad, políticas laborales, voluntariado…)
Esto es fundamental en la acción integral de Tomillo. La fundación es una entidad que mira al jóven y al “yo” con una clara visión de “yo con los demás” y “yo con el mundo”. Nuestra responsabilidad de cambio o de acompañar en el proyecto vital de las personas está enfocado a que las personas cambien el proyecto vital de los que tienen a su alrededor y pongan su granito de arena en los que le rodean: barrio, entorno… Uno de los elementos fundamentales es todo el tema del voluntariado. Más de 300 empresas colaboran en la actualidad con Tomillo, y en el que una de las partes más relevantes de todos los programas y proyectos están en el voluntariado. Y más en este momento en el que se necesita tener un voluntario por joven o por familia para poderles atender exclusivamente, y diseñar un proyecto o camino individual para cada uno de ellos/as. El voluntariado para nosotros ha cobrado una importancia mucho mayor. Ya veremos las cifras al final de año y contemos todos estos recursos que hemos tenido. Creo que la parte del voluntariado es la parte de la Fundación que más se ha incrementado durante este año, y poner de relieve la doble labor que un voluntario tiene: por un parte dedicar parte de su tiempo a una situación que lo necesita, y por otro lo que estos niñas y niños enseñan al que hace la labor del voluntariado, lo que le va a aportar. Es mucho lo que aprendendes de estos jóvenes, y lo que nos enseñan las familias. Está otra parte del voluntariado que a veces no se ve que es lo que realmente transforma la vida de los voluntarios. Todos nuestros proyectos y grandes programas están ligados a una parte fundamental y está presente. Tiene que tener una parte clara de voluntariado coorporativo o instutional. Este es uno de los aportes más relevantes e importantes que hay.
¿Qué relevancia tiene para Fundación Tomillo la comunicación de la RSC y la sostenibilidad?
Las acción de Tomillo no es para Tomillo. Tomillo está en este momento en un proceso de transformación y de cambio para conseguir un Tomillo mas flexible, integral y fluido. La visibilidad es fundamental. Nos tenemos que preguntar cuál es el impacto que estamos provocando en la sociedad. Ese es uno de los elementos fundamentales para que las entidades entiendan que tienen valor y relevancia en su trabajo y en su intervención. La Comunicación externa y el dar a otros buenas prácticas y trabajar en red con otros, el pertenecer a grupos relevantes con los que poder compartir todo esto, es fundamental. Tenemos experiencias de lograr éxitos en las personas que no habríamos podido nunca imaginar si la acción de Tomillo fuera unicamente de Tomillo. Trabajar en red hoy en día es prioritario y visibilizar la acción es fundamental.
¿Cuáles son los planes de futuro de la organización en esta materia?
Son muchos planes. Es una gran alegría compartir como una entidad en situaciones tan complicadas como las que estamos viviendo, sin embargo sigue empeñada en cambiar y transformarse porque todos estos jóvenes y personas a los que acompaña pueden soñar con un futuro digno.
Por un parte, hay unos objetivos dedicados a la propia transformación de la entidad y por otra parte hacia el cambio de nuestra intervención socioeductiva. Estamos trabajando en un modelo de intervención social y educativa diferente; en el que la tecnología forma una parte relevante e importante que acompañe en la formación todo el tema de comptencias digitales básicas a nuestros jóvenes y a las familias porque hará que desde el punto de vista de la búsqueda de un empleo digno sea algo absolutamente básico. Crear modelos no solo de intervención social sino educativa. Tenemos dos programas: uno el “Itinerario Plus” en el que se está trabajando en la formación profesional reglada en el nivel de cualificación más bajo, la FP más básica, que a mi modo de entender es donde están los desesperados del sistema educativo. Ese reducto de jóvenes que en los primeros años de la Educación Secundaria Obligatoria empiezan a decir que yo aquí no tengo nada que hacer y me voy. Hay un camino en la FPBásica en el que acuden estos chicos y chicas cuya mente está más en el abandono que en el continuar estudiando. Aquí es donde centramos nuestra acción. Estamos intentando, a través de este proyecto, un modelo diferente de intervención en la FP básica que permita estos itinerarios personalizados de la educación y el aprendizaje con mucho acompañamiento, mentoring y emprendimiento con muchos voluntarios que nos apoyan con esta intervención a través de la naturaleza, tecnología, música, arte, la Educación Físca, la salud… que forme parte del curriculum de manera integral y no una clase de un día. Hemos iniciado la “Escuela de musicalidad”. Incluir la “Escuela de musicalidad” en un curriculum de la FP Básica nos pueden decir que estamos mirando para otro lado, con chicos de pisos de tutela, con otros de la reglada junto con otros chicos que no están en la reglada. Va influir en que las ganas y el ánimo de trabajar sea mayor. Esto influye tambien en la lengua y en las matemáticas porque influye en la predisposición de los chicos y chicas para aprender de otra manera. Y por otra parte, está la “Escuela de Oportunidades” en la que toda la intervención social y educativa que la Fundación Tomillo hace no formal tiene un camino parecido al de Itinerario Plus, integral y diseñado de manera que la tecnología está presente y que en un momento determinado en el que integra lo formal y lo no formal. Es necesario que la educación formal y no formal se den la mano y no parezca que lo único importante es lo que ocurre dentro del aula. La educación no formal puede hacer mucho por la educación formal, y al revés.
Aquí puedes escuchar la entrevista completa a Angel Serrano, Director General de Fundación Tomillo