El Proyecto Quellaveco es uno de los cinco yacimientos de cobre más grandes del mundo. Está localizado en la región Moquegua, al sur de Perú, y es la primera mina 100% digital que se construye en el Perú con una inversión de US$ 5,500 millones y que utilizará principalmente energía renovable. Está a cargo de la minera Anglo American, en sociedad con la Corporación Mitsubishi, las cuales vienen trabajando en una minería inteligente más segura y más eficiente.
Corresponsables conversó con Diego Ortega, Vicepresidente de Asuntos Corporativos, y Claudia Vivanco, Gerente de Comunicación Corporativa de Anglo American
¿Cuál es la trascendencia de la operación que está realizando Anglo American en Perú?
Diego Ortega: Definitivamente, es un hito fundamental para el desarrollo de la minería en el Perú. Lo que representa Quellaveco no solo es la oportunidad de desarrollar un gran yacimiento, sino hacerlo con la mejor tecnología que hay en el mundo y marcar hitos que se dan por primera vez en el país y dentro del grupo Anglo American como: el 100% de una flota autónoma, como un sistema integrado de digitalización, energía renovable al 100% -ningún proyecto de esa envergadura en Perú lo tiene-. Estamos marcando la pauta y un poco el camino del tipo de minería que queremos en un país como el nuestro, que tiene maravillosos recursos y que ahora puede demostrar que podemos tener la mina con la tecnología más avanzada del mundo, en el Perú.
¿Cuántos empleos está generando y cuántos empleos se piensa generar cuando entre en operaciones?
D.O.: Solo en construcción, ya hemos pasado la meta, llegamos a un pico de 29.000 empleos aproximadamente. Eso es realmente significativo, sobre todo, porque el Instituto Peruano de Economía (IPE) ha hecho un análisis de que por cada empleo minero existe un impacto en siete personas, es decir, se generan siete empleos indirectos. Si vemos la dimensión del impacto que esto ha generado, es impresionante. En la operación, nosotros vamos a tener un promedio de 2.500 trabajadores y esto sube o baja dependiendo de la etapa de mantenimiento y de la operación. Pero si vemos el impacto de cómo esto se multiplica por siete, es significativo.
Claudia Vivanco: Cuando uno ve los resultados de Moquegua, por ejemplo, producto de la pandemia en comparación con otras regiones, Moquegua es probablemente la región que tuvo menores impactos en términos de recesión, justamente por la dinamización de su economía generado por Quellaveco. Y lo reconocen los propios moqueguanos.
Cuéntenos sobre las acciones de Responsabilidad Social que realiza la empresa. ¿Qué tan importante es para la organización este tema?
D.O: Tengo 22 años en minería y es la primera vez que veo el peso que tiene el tema social dentro de un modelo de negocio como el de Quellaveco, es bastante grande. No solo porque tiene en el directorio o en el Comité Ejecutivo de la compañía una vicepresidencia que representa los temas sociales, sino porque en el acompañamiento de todos los frentes de trabajo durante la etapa de construcción, hemos tenido equipos sociales que van de la mano con el equipo de construcción, en el sentido de cuáles son los retos y riesgos. Tenemos en el equipo de relaciones comunitarias, gente aprendiendo de construcción y aprendiendo ingeniería. Y luego, a los ingenieros, con toda la fuerza laboral de construcción, entendiendo cómo tenemos que hacer las cosas. Al final, todos pueden tener un impacto muy positivo o negativo en la interacción con nuestro grupo de interés, desde trabajadores a la comunidad. Esa fortaleza viene de la cabeza (de la organización) y por eso es que remarco tanto el propósito de Anglo American. Cuando viene el equipo social o el de Asuntos Corporativos para posicionar algo que está directamente conectado con el propósito, siempre va a ser respaldado por la corporación.
¿Cuál es el propósito?
D.O: Reimaginar la minería para mejorar la vida de las personas.
En ese propósito, ¿cuáles son las acciones que han puesto en marcha y cuál es el avance del proyecto Quellaveco?
D.O: Podemos ver el alcance en dos niveles. Uno es el nivel estrictamente de la mina, que tiene un esquema hídrico absolutamente eficiente y con un impacto neto positivo. Construimos una presa de 60 millones de m3 que se llena de agua, de la cual alrededor de 4 millones serán para la operación y el resto será para desarrollar frontera agrícola o para compensar el agua que usaremos del río Titire y que no es apta para el consumo humano, ni ganadero, ni agrícola. La mayor parte del agua que usará la operación de Quellaveco proviene de ese río que tiene alto contenido de boro y arsénico, cosa que ya es positiva porque no estamos tomando agua que alguien está utilizando, sino que además la compensamos con agua limpia proveniente de la presa Vizcachas.
También, como parte de nuestro compromiso de la mesa de diálogo con Moquegua (2011-2012) construiremos un sistema de almacenamiento de agua de 2.5 millones de m3 que es estrictamente para Moquegua y la población. Cuando nos piden no utilizar el río Asana (afluente cercano a la zona de mina de Quellaveco), no solo no lo usamos, sino que nos aseguramos de que antes de empezar la construcción, esté alejado a la zona de mina a través de un túnel de casi ocho kilómetros, una mega infraestructura que realmente atraviesa montañas para asegurar que el agua no tenga contacto con la construcción y próxima operación. Eso es reimaginar las cosas y darle un peso al aspecto social porque, habiendo hecho un cambio en nuestro modelo de construcción, como consecuencia de este diálogo y entendiendo la preocupación por el agua, hemos incrementado nuestro capital en 400 millones de dólares en ese recrecimiento de la presa Vizcachas (de 28 millones a 60 millones de metros cúbicos de agua), en el desvío del río Asana o en el sistema de almacenamiento de agua de 2.5 millones de m3. Definitivamente, es parte de pensar en la sostenibilidad a largo plazo y decir: “esto será una inversión de 400 millones de dólares que me garantiza confianza y me garantiza la sostenibilidad de mi operación”.
Tienen en marcha el Moquegua Crece, ¿eso es parte de las acciones que se están realizando en la generación de la confianza?
D.O: Sí, es para la generación de la confianza y poniendo el desarrollo en el centro de la mesa y alrededor del gobierno regional. Muchas veces, en las regiones, la gente trabaja mucho en silos: las municipalidades por un lado y la región por el otro. “Moquegua Crece” permite centrarnos no en la mina sino en el desarrollo y ver cómo todos nosotros podemos ser actores importantes. Por otro lado, también tenemos el programa “Moquegua Emerge” que está dirigido al desarrollo de proveedores locales y a que los jóvenes puedan tener mucha más claridad en cuáles son los rubros y las áreas en las que deberían dedicarse desde el tema estudios, para que ellos mismos puedan entender qué tipo de carrera se pueden necesitar a nivel regional o a nivel nacional. Eso va de la mano con los aproximadamente 20 programas de capacitación que se han desarrollado y a donde pueden perfectamente participar los jóvenes en Moquegua. Desarrollamos capacidades para que los proveedores lleguen a los estándares más altos. Que no solo sean potenciales proveedores de Anglo American, sino que sea pensando en cómo esto le sirve para crecer en la región o en el país. No solo en el rubro minero, en cualquier rubro.
¿Cuál es la importancia de la comunicación de la Responsabilidad Social que ustedes realizan?
D.O: Es enorme porque no solo se trata de dar a conocer, sino que se trata de dar mucha información que permita que los diferentes grupos de interés tengan mucha más objetividad a la hora de sugerir, reclamar o preguntar. Yo sí creo que es fundamental seguir informando para que la gente tenga más herramientas sobre lo que hace el sector minero formal, sobre lo que hacen empresas con estándares como Anglo American con propósitos bien definidos sobre las personas. Poco a poco vamos a ir cambiando, no es fácil, tenemos un legado de 500 años por lo que no es fácil. Pero creo que si hay gente que tiene la convicción y que vive lo que estamos diciendo de cómo queremos transformar la minería en Perú. Yo creo que lo podemos hacer poco a poco.
¿Cómo funciona el “Quellaveco Móvil” y desde cuándo lo tienen activado?
C.V: El Quellaveco Móvil tiene más de un año. La pandemia nos hizo tratar de identificar formas de seguir llevando información cara a cara y de alguna manera crear un ambiente que le diera seguridad a todos, tanto a nosotros como a la población. Es un camión que inicialmente iba a dar información ambiental porque en época de lluvia siempre es necesario dar consejos sobre limpieza de acequias, cauces, etc. Empezó como un camión brandeado con una pantalla, nosotros nos acercamos a la gente y entregamos información oral e impresa y vamos cambiando cada vez de temática. La ventaja que nos da no es solo la cercanía, sino el recojo de percepciones y la orientación que nos da las inquietudes o curiosidades de las personas para ir adaptando el contenido a ellos. El año pasado y parte de este año, hemos atendido a unas 15.000 personas en toda la región. Hemos hecho 800 viajes por todo Moquegua y hemos atendido unas 40.000 inquietudes.
Con lo cual, se demuestra un interés real que se percibe por parte de las personas por la presencia de la empresa en la zona.
D.O: Y por lo nuevo, es parte de la innovación. A eso iba mi segundo tema. El primero es minería y el segundo cómo nos comunicamos, qué espacios buscamos, cómo pensamos diferente en desarrollo, cómo apostamos y arriesgamos por las personas que tienen menos acceso o cómo hacemos que los requerimientos laborales sean de más fácil acceso para la población. Esos procesos de cómo se transparentan y cómo se posicionan los procesos, es algo que hemos venido trabajando mucho.
C.V: Por ejemplo, estábamos hablando del túnel del río Asana, que es el río principal de la ciudad de Moquegua. Entonces, había, sobre todo en la mesa de diálogo, mucha sensibilidad por la protección de la cantidad y la calidad de esa agua. Nosotros explicamos el sistema de derivación del río, que es un túnel y una barrera que desvía el río. Nosotros a veces podemos creer que se entiende cómo es un proceso minero o una zona, lo que hemos hecho para explicar este tema es la carpa informativa que estamos teniendo ahora y que tiene forma de túnel con canales por las que discurre agua. En ese sentido, nos ha permitido explicar de mejor manera en qué consiste todo este proceso. La verdad que ha sido muy exitoso porque bajan las dudas con respecto al cuidado del agua y genera un mayor entendimiento.
Otra de las carpas que hemos empezado a llevarla a la mina para nuestros trabajadores, tiene forma de camión minero y allí hablamos de la autonomía, todos estos temores acerca de si va a haber mano de obra directa se aclaran ahí y, mientras construyen la mina, se van dando cuenta de que clase de mina están construyendo: digital, interconectada, autónoma, etc.
Son parte de las cosas que vamos ideando y que nos da esa cercanía, que se complementa además porque no solamente están quienes comunican esto, también están los equipos que hacen relacionamiento y es una forma de vincularlos con la base de la pirámide social, no solamente con los actores más relevantes.
¿Cuáles son los retos que tienen?
D.O: A corto plazo es lograr la licencia de operaciones para la mina, ya estamos terminando la construcción. Lo que viene ahora para poder empezar a operar en junio es terminar con todo el proceso de licencias de operaciones que el gobierno tiene que otorgar. Mientras más rápido logremos eso, significa más participación en la reactivación económica del país. Sería espectacular que aseguremos desde el lado de gobierno, la empresa y la región Moquegua, que para el 28 de julio podamos todos estar orgullosos de haber logrado poner en marcha una de las minas más importantes del mundo.
Mencionaste que quieres ser el hub de cobre en el Grupo.
D.O: Eso es un reto más peruano. Es un reto del equipo peruano de lograr que Anglo American Perú se convierta en el hub de cobre del Grupo Anglo American. Tenemos muy buenas oportunidades de lograrlo, en la medida de que Quellaveco logre la sostenibilidad que estamos buscando. Primero que entre en operaciones. Como hasta ahora, vamos avanzando, estamos demostrando de lo que somos capaces de hacer como peruanos con una mina y retribuir esa confianza de nuestra casa matriz por desarrollar y apostar por Perú. Tenemos operaciones en Chile, en Brasil y, definitivamente, el cobre se está convirtiendo en el metal más importante para lo que es el futuro de cuidades inteligentes, vehículos eléctricos, energía renovable, etc. Entonces, qué mejor que siendo un país con tantas oportunidades de cobre nos podamos convertir en eso y podamos seguir creciendo como Anglo América en Perú.
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