Para Philips Foundation, 2024 es un año histórico que conmemora 10 años de esfuerzos por reducir las desigualdades en la atención sanitaria de las comunidades más desfavorecidas de todo el mundo. A lo largo de la última década, la Fundación ha forjado alianzas, se ha asociado con emprendedores sociales innovadores y ha aprovechado las tecnologías de Philips para mejorar la accesibilidad a una asistencia sanitaria de calidad.
Philips Foundation se creó en 2014 con la convicción de que la innovación y la colaboración pueden resolver algunos de los retos más difíciles del mundo y tener un impacto duradero en la vida de las personas. Durante la última década, la Fundación ha trabajado para mejorar la accesibilidad a la atención sanitaria mediante la colaboración con socios de interés común para hacer frente a las necesidades sanitarias en todo el mundo. Solo en 2023, la Fundación y sus socios proporcionaron acceso a la atención sanitaria a más de 28 millones de personas en comunidades desatendidas, con el objetivo de proporcionar acceso a la atención sanitaria a 100 millones de personas en 2030.
Hemos hablado con Margot Cooijmans, Directora de la Philips Foundation desde diciembre de 2016, para que reflexione sobre los retos y los éxitos de los proyectos y las inversiones que han llevado el acceso a la atención sanitaria de calidad a comunidades desatendidas en la última década.
¿Cómo ha sido la evolución de la Philips Foundation desde su creación en 2014?
La Philips Foundation comenzó su andadura en julio de 2014. Al principio, nuestros esfuerzos consistían sobre todo en hacer donaciones a organizaciones no gubernamentales (ONG) dirigidas a comunidades desatendidas. Tras los primeros años, nos dimos cuenta de que queríamos centrarnos más en el impacto que podíamos tener. Queríamos impulsar el acceso a la sanidad y conocer los resultados de nuestros esfuerzos. Tuvimos que ser más inteligentes con nuestra estrategia y fijar un objetivo para mejorar la accesibilidad de la atención sanitaria de las comunidades desatendidas.
Este objetivo, proporcionar servicios sanitarios de calidad a 100 millones de personas al año de aquí a 2030, ha dado forma al funcionamiento actual de la Fundación. En él se basan nuestras asociaciones con organizaciones sanitarias e instituciones académicas, y nuestras inversiones en iniciativas de emprendedores sociales con tecnologías y formas de trabajar innovadoras que pueden mejorar la accesibilidad de la atención sanitaria. También tenemos la suerte de disfrutar de una profunda conexión con Philips y sus empleados, que trabajan a diario para mejorar la asistencia sanitaria. Podemos aprovechar las capacidades de la empresa, como la tecnología, las soluciones y servicios digitales, los voluntarios y la experiencia en diversos campos. Y esa conexión es uno de nuestros activos más valiosos: el talento y la pasión por mejorar el acceso a la asistencia sanitaria.
¿Qué retos han resultado más difíciles de abordar en lo que respecta a la accesibilidad de la sanidad?
Algunos de los retos a los que nos hemos enfrentado en la última década suelen estar relacionados con entender primero las comunidades locales y el contexto en el que existen. Nuestro objetivo es abordar cada comunidad de forma holística, lo que incluye un conocimiento profundo de las necesidades locales y de cómo funciona o falla el sistema sanitario local. Tenemos que hacernos preguntas como ¿Cuál es la carga sanitaria local más pesada y si la gente es consciente de ello? ¿Hay personal médico disponible a nivel local? ¿Cuáles son sus capacidades y si se dispone de formación y educación? Si la innovación puede aportar ayuda, ¿se sienten cómodos el personal y los pacientes con las soluciones y los servicios digitales? ¿Pueden acceder a los servicios a través del teléfono móvil? ¿Hay conexión a Internet?
Las respuestas a estas preguntas indican lo que podemos hacer, principalmente en el ámbito de la atención primaria, a menudo como primer punto de contacto con el personal médico, situado lo más cerca posible de la comunidad o el lugar de trabajo del paciente. Para lograr un impacto significativo, nos basamos en colaboraciones con empresarios sociales y organizaciones sin ánimo de lucro arraigadas localmente. Estas colaboraciones son esenciales para llegar a las comunidades y sensibilizarlas eficazmente.
En Kenia, por ejemplo, vimos la oportunidad de mejorar el acceso de las embarazadas a las ecografías aprovechando el colectivo de comadronas que ya prestan servicios prenatales, están en paro o trabajan en otros ámbitos ajenos a la atención sanitaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que toda mujer embarazada debe someterse a una ecografía en las primeras 24 semanas de gestación. Sin embargo, las ecografías suelen ser inaccesibles o inexistentes, sobre todo en las zonas rurales y remotas. Además, muchas clínicas de atención primaria que prestan atención prenatal a la mayoría de las embarazadas suelen carecer de personal sanitario cualificado y certificado en diagnóstico por imagen. Era lógico reforzar la capacidad de las matronas y formarlas para que pudieran prestar servicios de ecografía.
Comprender los sistemas sanitarios locales y los flujos de trabajo clínicos, así como los comportamientos de búsqueda de atención sanitaria de las mujeres embarazadas de estas comunidades es fundamental. Nuestros esfuerzos debían respetar las prácticas existentes y ofrecer una mejora -no una sustitución- de sus métodos establecidos. Nos asociamos con la Universidad Aga Khan y la Universidad Internacional Amref para formar a las matronas en la realización de ecografías, que luego interpreta un radiólogo cualificado, ya sea localmente o, si no está disponible, a distancia. Las enseñanzas extraídas de esta fructífera colaboración han sido decisivas para cambiar la política de Kenia y permitir que las matronas reciban formación para realizar ecografías, aumentando así el acceso a una atención de calidad durante el embarazo en los centros de atención primaria.
¿Qué papel han desempeñado las asociaciones en el éxito de la Fundación?
Creemos que la asistencia sanitaria debe ser accesible a todos. Las comunidades desatendidas se enfrentan a menudo a retos particulares, como la falta de accesibilidad económica, la distancia y las infraestructuras inadecuadas, que pueden dificultar los desplazamientos en busca de atención sanitaria. Por eso es fundamental establecer alianzas para mejorar todo el sistema, desde la concienciación en los centros de atención primaria hasta garantizar que todas las comunidades tengan acceso a tecnologías que puedan mejorar los resultados sanitarios de los pacientes. Colaborar con ONGs o emprendedores sociales que conozcan las condiciones locales es importante porque pueden relacionarse directamente con la gente de esas comunidades.
Estas colaboraciones locales pueden introducir enfoques innovadores y de bajo coste en comunidades desatendidas que salvan vidas y mejoran la capacidad del personal sanitario para atender a los pacientes. En la India, nos hemos asociado con Save the Children India, la empresa social local ZMQ Development y Philips India para mejorar el diagnóstico y la gestión de la neumonía infantil con un dispositivo fácil de usar, asequible y portátil que puede medir la frecuencia respiratoria en bebés pequeños para prevenir la neumonía, una de las causas de muchas muertes prematuras.
Este dispositivo -denominado ChARM– cuesta aproximadamente 50 $ y se creó para facilitar su uso en bebés y niños pequeños que son activos, incluso en épocas de enfermedad y fiebre. El personal sanitario y los miembros de la comunidad local pueden realizar estos controles ellos mismos y derivar a tiempo a un médico para que administre el tratamiento, lo que puede salvar vidas y mejorar la concienciación de la comunidad.
Inspirados por el éxito de ChARM en la India, reconocimos el potencial de apoyar innovaciones similares trabajando con empresas sociales. Este apoyo es posible gracias a Philips Foundation Impact Investments, una entidad independiente de la Fundación que concede préstamos y participaciones a empresas sociales con métodos y tecnologías innovadores que permiten el acceso a la asistencia sanitaria. Incluso en zonas desatendidas, la asistencia sanitaria requiere financiación para garantizar que sea sostenible y tenga un efecto duradero en el bienestar de los pacientes. La asequibilidad desempeña un papel fundamental. Aunque la asistencia sanitaria sigue siendo un sector difícil, nuestras inversiones en estas empresas están diseñadas para apoyar el objetivo de llevar una asistencia accesible a más personas.
Un ejemplo de estas inversiones es Rology, una plataforma de teleradiología. En muchos entornos de bajos recursos, el acceso a los radiólogos es limitado o demasiado caro, lo que hace que los pacientes esperen días o incluso semanas para recibir un diagnóstico. Rology resuelve esta carencia conectando los centros sanitarios con una red de radiólogos a distancia que ofrecen interpretaciones puntuales y precisas de imágenes médicas, como radiografías y TACs. Rology garantiza la asequibilidad a través de un modelo de pago por exploración, sin costes de instalación y reduciendo la dependencia de los radiólogos in situ, lo que hace que los servicios de diagnóstico de alta calidad sean accesibles para los centros sanitarios de zonas desatendidas.
¿Dónde centrará sus esfuerzos la Fundación al iniciar su segunda década?
Hay oportunidades en todo el mundo para ampliar el acceso a la asistencia sanitaria. Estamos estudiando oportunidades en Latinoamérica, India y Filipinas, así como posibilidades de crecimiento en África. Además, debemos ayudar a las poblaciones que tienen dificultades para acceder a una asistencia sanitaria de calidad, como los pueblos indígenas de América. También hay un potencial significativo para ampliar el impacto de los emprendedores sociales y las colaboraciones eficaces con organizaciones que tienen capacidades «sobre el terreno». Estas colaboraciones incluyen centros especializados, como el Centro para el Control de Enfermedades Crónicas, y nuestro nuevo programa en la India, diseñado para acercar conocimientos, equipos y soluciones de eficiencia digital a las poblaciones locales que se beneficiarán directamente.
¿Cómo mantiene la motivación en su dedicación a impulsar el cambio en el acceso sanitario mundial?
En Philips Foundation, lo que nos mantiene en marcha es la convicción de que el sufrimiento de una persona en cualquier parte del mundo representa el sufrimiento de todos nosotros. El sentimiento de justicia y la necesidad de luchar contra las disparidades también está muy dentro de mí. Todo el mundo tiene derecho a una buena supervivencia, a vivir con bienestar y a acceder a una buena asistencia sanitaria, independientemente de su situación económica o de su procedencia.
Me enorgullece ver el creciente número de emprendedores sociales y otras partes con las que trabajamos que comparten esta visión, lo que a su vez aumenta el número de personas a las que estamos empoderando. Cada día, Philips Foundation aprovecha la oportunidad de ser un modelo a seguir para otros inversores o partes que desean influir en el acceso a la atención sanitaria en apoyo de las comunidades desfavorecidas.
¿Qué mensaje quiere transmitir a los socios de la Fundación sobre su papel a la hora de impulsar la misión en la próxima década?
Mi mensaje es muy sencillo: si un día no sientes que estás mejorando el mundo, pregúntate por qué lo haces. Si no estás convencido de que lo que haces tiene sentido para el mundo, deja de hacerlo. Mi convicción personal es que todos podemos contribuir. Combinar nuestros esfuerzos puede ser poderoso, pero necesitamos valor, resistencia y empuje para hacerlo realidad. Juntos podemos ser una fuerza de cambio, y la contribución de Philips Foundation es unir a la gente y trabajar por el objetivo común de mejorar el acceso a la atención sanitaria en todo el mundo.