En esta entrevista, Ana Robledo, Directora de Marketing y Comunicación de Pikolin, habla sobre la importancia de añadir un “ODS 18” a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, enfocado en garantizar una comunicación eficaz que movilice a la sociedad hacia estos objetivos globales. A través de su experiencia, Ana Robledo reflexiona sobre cómo la comunicación puede y debe jugar un papel central en la promoción del desarrollo sostenible y en la construcción de una sociedad bien informada.
¿Por qué es necesario un ODS 18?
Estamos en la «Década de la acción» como la definió la ONU en 2021, quedan solo seis años para cumplir los objetivos de la Agenda 2030 y ha habido cambios desde que se definieron que nos obligan a dar un acelerón y, ese acelerón, ese impulso, vendrá de la mano del ODS 18. Estamos trabajando en la transformación sostenible del mundo y el enunciado de lo que persigue este ODS contine ya la respuesta a la pregunta que me plantea, yo diría que es más que necesario, que es condición imprescindible, una exigencia ineludible “promover un diálogo abierto, ético y basado en hechos sobre desafíos globales, al tiempo que combatimos la desinformación y fomentamos la diversidad, la igualdad y la empatía”
¿Cómo puede promoverse un diálogo abierto y constructivo sobre desafíos globales, como el cambio climático y la reducción de la pobreza, a nivel internacional?
Iniciativas como la de este ODS 18 son un primer paso en la búsqueda de ese diálogo abierto y constructivo que ayude a cerrar la brecha que existe entre intención y acción, y que conciencie sobre la necesidad de más recursos y nuevas soluciones. A nivel empresarial, por ejemplo, existe ya un convencimiento generalizado de que la gestión integrada de los intangibles impacta en los negocios, tenemos que ser honestos y coherentes en la construcción de nuestro relato apostando por una comunicación responsable como en un elemento esencial para generar confianza. Tal y como señala el último informe de Approaching the Future elaborado por Corporate Excellence, impulsar un liderazgo responsable, que ponga en marcha acciones de cambio, se ha convertido en uno de los aspectos clave en la agenda empresarial.
¿Qué medidas concretas pueden tomarse para garantizar la libertad de opinión y prensa en un mundo cada vez más conectado digitalmente?
Tenemos que concienciarnos como sociedad, a todos los niveles, de la necesidad de luchar contra la desinformación. La tecnología ha propiciado la rápida circulación de información y ha traído consigo el fenómeno de las fake news, que no es más que desinformación y ruido. Es nuestro deber, el de todos, ciudadanos, empresas, organismos, instituciones defender una comunicación ética, que sea honesta, transparente, coherente, basada en hechos verificables. Y esto es un trabajo de todos, que todos tenemos que hacer sí de verdad queremos accionar las palancas del cambio.
¿Cuál es la estrategia más efectiva para combatir la difusión de noticias falsas (fake news) y la propaganda en línea?
Se está trabajando ya en algunas iniciativas como el desarrollo de un Código de Buenas Prácticas sobre algoritmos éticos y de privacidad o el establecimiento de indicadores de confianza para la lucha contra las fake news. La IA también puede ser de gran ayuda para que la autoría de los textos esté clara en cualquier medio o plataforma.
Las empresas también debemos aportar en esta lucha con la gestión que hacemos de nuestra comunicación. Comunicar e informar no es lo mismo, las empresas debemos tener clara la diferencia, cuando comunicamos estamos entablando una conversación, un diálogo con todos nuestros públicos objetivos, En ese diálogo nos jugamos nuestra credibilidad, tenemos que ser capaces de generar confianza, comunicando de forma honesta para tener una credibilidad que garantice nuestra reputación. La comunicación estratégica es una herramienta fundamental que permite la participación de los distintos grupos de interés; va más allá de informar, requiere la implicación y el diálogo para impactar en comportamientos y evidenciar el compromiso real de la organización. Por eso, como nos recuerda la guía elaborada por Woman Action Sustainability la comunicación de la sostenibilidad debe ir más allá de lo estrictamente necesario y obligatorio, comprometiéndose con la conexión y creación de valor diferencial compartido con los grupos de interés, algo que se convertirá en una ventaja competitiva y distintiva. Una reputación sólida es siempre la estrategia más efectiva.
¿Cómo podemos ayudar a las personas a que utilicen de manera responsable y ética los “poderes de comunicación” a través de las redes sociales?
La formación y la responsabilidad son claves, tiene que haber un compromiso social en el que participen instituciones, empresas, administraciones, gobiernos, todos los agentes sociales para que, por ejemplo, nuestros mensajes sean claros y sencillos, que nuestras páginas digitales sean accesibles a toda la población, tenemos que reducir la brecha digital, incrementar las habilidades digitales de la población, tener alternativas analógicas disponibles.
Las empresas debemos trabajar para impulsar liderazgos enfocados en la creación de valor y comprometidos con la ética y la integridad. La participación de los empleados en la comunicación de la sostenibilidad es irrenunciable para las empresas, quien mejor que un empleado puede hablar de lo que realmente ocurre en su compañía, que fuente es más fiable que esa. Tenemos que invertir en formación y sensibilización en este ámbito. En Pikolin tenemos claro que nuestros empleados tienen que sentir que son parte de una marca consciente, comprometida y responsable.
¿Cuál es el papel de la colaboración entre el sector público y privado en el apoyo al periodismo riguroso y de calidad?
La información de calidad es garantía para la libertad y la democracia. Tenemos la obligación de proteger el periodismo riguroso, el comprometido con la verdad, es este periodismo el que hace posible que los ciudadanos entendamos nuestro entorno, que siempre es el paso previo para la toma de decisiones. Si el periodismo es agente esencial para la transmisión de información veraz, ética y honesta, el sector público tiene que ser agente facilitador para construir una sociedad bien informada. La información de calidad es la mejor arma para defendernos de los bulos o la manipulación interesada. No se trata de apoyar el periodismo riguroso sino de protegerlo. La desinformación es una de las principales preocupaciones de nuestra sociedad y una amenaza real para las democracias, para la libertad y por supuesto para la consecución de los objetivos de la Agenda 2030.
¿Cómo se puede avanzar en la promoción de la diversidad y la igualdad de género en la industria de la comunicación y las relaciones públicas?
La industria de la comunicación y también la del marketing y la publicidad tienen un papel fundamental en cuanto que dan visibilidad, nos abren los ojos a realidades y problemáticas que si no son expuestas es como si no existieran. Tienen una labor de formación y de concienciación. Nosotros, por ejemplo, en Pikolin abordamos nuestras campañas de publicidad siempre desde nuestro propósito corporativo, así nuestras últimas campañas tratan de concienciar sobre la diversidad con el propósito de concienciar, visibilizar y cambiar percepciones. Dar visibilidad a una diversidad muy amplia abordada desde la diversidad de género, la de edad, o la social para generar cambios en la sociedad.
¿De qué manera podemos fomentar, a través de la comunicación, la empatía hacia aquellos que sufren hambre, pobreza, falta de oportunidades, guerra, migraciones forzadas y discriminación?
Con información veraz, honesta, contrastada y verificada que ponga ante los ojos de los ciudadanos esas realidades que existen, aunque no sean las suyas. El primer paso siempre es dar visibilidad de manera que se entienda, es el paso que nos lleva a la toma de conciencia, y de ahí a la acción.
Esta entrevista forma parte de la Revista Corresponsables 77: Especial ODS18.