¿Qué valoración hace de la conferencia Río+20?
Es muy importante que por primera vez en la historia hayamos hablado a nivel internacional de los fundamentos de nuestra economía. En Río se ha debatido en torno a dos posturas principales: por un lado están los que simplemente quieren ‘reverdecer’ el capitalismo y, por otro, los que buscan un cambio fundamental de todo nuestro sistema económico. Hacer que nuestra economía sea una poco más verde es más fácil y el cambio de sistema es mucho más complejo. Latinoamérica está muy a favor de este último posicionamiento.
¿Cuál es la postura de Northern Alliance for Sustainability (ANPED)?
Estamos trabajando en un cambio fundamental de la economía, es decir, no solamente abordar la eficiencia o el ahorro energético sino la justicia ambiental. Debemos tener una visión justa del uso de los recursos naturales.
¿Cuál cree que es el nivel de desarrollo de la economía verde en el mundo?
Creo que los países ricos están usando demasiados recursos naturales. Tienen que cambiar su economía y su cultura basadas demasiado en el consumo y el bienestar. Este cambio es muy importante para que se puedan ahorrar recursos y energía y, de este modo, los países pobres podrán desarrollar sus necesidades básicas. Sin embargo, los países desarrollados no están dispuestos a renunciar a su estilo de vida, pero la realidad es que no pueden mantenerlo.
Para los países en desarrollo, la economía verde significará una transferencia tecnológica y eso supondrá poder utilizar tecnología más nueva para su desarrollo.
¿Cree que EEUU y Europa están aprovechando todo el potencial que ofrece la sostenibilidad para salir de la crisis?
Al contrario, creo que estos países más bien están defendiendo sus economías porque están en crisis. Además, se puede ver cómo se da más preferencia a los bancos que a la sociedad, y eso no es justo.
¿Qué influencia está teniendo el impulso de la Responsabilidad Social Empresarial en el comportamiento ambiental de las empresas durante los últimos años?
Hay algunas empresas que están cambiando su actitud, aunque no todas. Eso se debe a que los consumidores así lo están exigiendo, pero también porque la nueva generación de directivos son padres de familia y están bastante más preocupados por el futuro de sus hijos.
Las empresas están cada vez más a favor de unas leyes sociales y medioambientales internacionales para tener todos unas mismas reglas del juego y saber que pueden operar en diferentes territorios bajo unas mismas directrices. Por último, la sociedad civil exige no solamente responsabilidad sino también rendición de cuentas. Por ejemplo, cuando una empresa ocasiona un daño medioambiental, la sociedad exige que se señale a los responsables y se haga justicia.
¿En qué consiste el proyecto SPREAD Sustainable Lifestyles 2050?
Es una plataforma europea para desarrollar una visión de los estilos de vida sostenibles en el año 2050 a través de las ideas y propuestas de los ciudadanos. Ahora estamos en pleno proceso de elaboración de una hoja de ruta que haremos llegar a la Comunidad Europea.
¿Cree que la crisis está afectando a los niveles de concienciación ambiental de los ciudadanos?
Creo que los ciudadanos ven que todo el dinero que hay va a parar a los bancos y no es para renovar o reestructurar el sistema.
La gente se da cuenta de todo eso y ve que esas cosas no son lo más importante en la vida, sino que hay otras cuestiones mucho más importantes que de verdad sí se necesitan. Aún así, creo que hay un cambio bastante radical de la sociedad. Por ejemplo, estamos viendo cómo en Holanda y Grecia ha crecido la extrema derecha. Eso es porque se está produciendo una polarización a nivel político, se va o hacia la extrema derecha o hacia la extrema izquierda. Y esto sucede porque hay que elegir: vamos a recortar los aspectos sociales (sanidad, educación, medio ambiente…) o a reclamar más impuestos, no a la gente que no tiene dinero, sino a las empresas y a los ricos, que pagan más por su condición social.