¿Cómo definiría el momento actual que está viviendo el Pacto Mundial? ¿Qué retos supone vuestra nueva estrategia?
El Pacto Mundial ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos años, llegando a 8.000 empresas de 145 países. Al mismo tiempo, hemos expulsado a más de 4.000 empresas por no informar sobre su progreso. Ello ha propiciado retos estratégicos, incluyendo la manera de inspirar a las empresas avanzadas en la demostración del liderazgo en Sostenibilidad, al tiempo que garantizamos que las compañías no tan avanzadas también reciben una orientación correcta. El Programa de Liderazgo en la Sostenibilidad Corporativa y el Modelo de Gestión del Pacto Mundial de las Naciones Unidas se han desarrollado para satisfacer las necesidades y aspiraciones de ambos grupos.
¿Cuál es el valor añadido de ser firmante del Pacto Mundial?
El Pacto Mundial pone a disposición de las empresas un marco para la organización y el desarrollo de estrategias de sostenibilidad, al tiempo que ofrece una plataforma —sobre la base de principios universales— para favorecer las iniciativas innovadoras y las alianzas con la sociedad civil, los gobiernos y otros grupos de interés. Además, los participantes comparten las mejores prácticas y las últimas tendencias para avanzar en las soluciones prácticas a los desafíos comunes.
El Pacto Mundial ha introducido recientemente su nueva arquitectura de compromiso empresarial. ¿Cuáles son los componentes principales y el objetivo final de esta nueva política?
La arquitectura de compromiso empresarial del Pacto Mundial se ha diseñado para dirigir y aumentar las acciones corporativas de cara a contribuir al desarrollo de la agenda post 2015. Esta arquitectura incluye las claves para mejorar la sostenibilidad corporativa de cara a convertirse en una contribución eficaz al desarrollo sostenible, creando valor tanto para el negocio como para la sociedad. El objetivo es convertir a las empresas en una fuerza realmente transformadora en la era post 2015.
Las compañías, gobiernos, inversores, escuelas de negocio, sociedad civil, sindicatos y consumidores desempeñan un papel para contribuir al aumento de la acción empresarial y todos y cada uno de los grupos de interés deberían ser capaces de identificar áreas en las que pueden hacer más.
¿Cómo valora el trabajo de la Red Española del Pacto Mundial? ¿Y en Latinoamérica?
La Red Española del Pacto Mundial ha crecido de manera considerable hasta convertirse en una de las redes más grandes en el mundo, con 2.500 participantes a fecha de diciembre de 2013. Esta red asiste a todo tipo de empresas, desde pymes a corporaciones multinacionales, en el avance de su impacto positivo en la sociedad.
En América Latina, el compromiso con el desarrollo sostenible está avanzando tanto a nivel de participación como del abanico de temas que se están tratando. Los líderes están aumentando la profundidad y la ambición tanto de sus proyectos individuales como de sus alianzas multistakeholders, así como su impacto sobre las políticas públicas. En particular, han aumentado las buenas prácticas sobre derechos humanos y comunidades de bajos ingresos. Además, se ha puesto un énfasis renovado sobre el entorno, como quedó demostrado en el gran número de empresas regionales comprometidas con la conferencia Río+20.
¿Cuáles son los principales retos de la RSE? ¿Cómo pueden los gobiernos ayudar a empresas a lograr estos desafíos?
Aunque miles de empresas ya incorporan temas ambientales y sociales en sus agendas, es necesario aumentar el impacto de la sostenibilidad corporativa.
Los gobiernos juegan un papel crítico para ayudar estimular prácticas más sostenibles de negocio. Pueden proporcionar incentivos, a través de los impuestos o premios. Además, las organizaciones públicas deben liderar este proceso dando ejemplo en la adopción de principios y prácticas sostenibles. Sin embargo, uno de los motores más importantes de la sostenibilidad corporativa es el buen gobierno: son necesarias unas reglas de juego que eliminen la corrupción y promuevan un comercio libre y abierto.