En esta entrevista a Salomé Suárez, Directora de Relaciones Corporativas de Multiópticas y Responsable de Fundación Multiópticas, se profundiza sobre proyectos de la Fundación como “¿Qué quieres ser de pequeño?” sobre la adultización de los niños. Suárez también comenta el objetivo a cinco años para ayudar a niños en situación de acogida, la focalización en la infancia y la evolución de la Fundación Multiópticas durante 15 años de labor solidaria. “Queremos atender a 20.000 niños en situación de acogida en los próximos cinco años”, avanza Salomé Suárez sobre el objetivo de la Fundación.
¿Cómo surge la campaña “¿Qué quieres ser de pequeño?”? ¿Con qué objetivo nace?
Nace con el objetivo de sensibilizar en la sociedad o el poner en evidencia un problema que detectamos. Todos cuando vemos a un niño, tenemos la tentación de preguntar: ¿y tú bonito qué quieres ser de mayor? Es una pregunta recurrente, que está en el imaginario colectivo y que parece inocente. Pero si lo analizas, te das cuenta de que esconde una verdad un poco inquietante. Y es que intentamos inculcar a los niños roles que no son propios de su edad, intentamos que crezcan demasiado rápido y eso es adultización: una aceleración de la infancia. Les intentamos, a través de actividades extraescolares, llenar las agendas de los niños para que tengan todo el tiempo ocupado como tienen los adultos.
Todos sabemos que una de las maneras de aprender es a través del juego, el problema es que cuando el juego no es el objetivo, sino que el objetivo sea el aprendizaje única y exclusivamente. Cuando a un niño de 3 años, que todavía no sabe leer, le regalas un libro con dibujos, pero le pones las palabras en inglés ¿qué estás intentando? ¿Qué se entretengan, se diviertan o que aprenda otro idioma? Aquí no tratamos de culpabilizar a nadie, sino de poner en evidencia determinados comportamientos que pueden llegar a causar problemas en los niños. Hemos estado trabajando con una psicóloga especializada en temas infantiles, que se llama Alicia Bandera, y ponía esto de manifiesto. Esto acaba creando ansiedad en los niños, depresión, problemas que no son propio de la infancia, sino de la edad adulta. El objetivo era poner en evidencia esta situación o esta problemática social.
Para esto habéis hecho un video y un libro solidario con esta temática. ¿Qué acogida está teniendo esta publicación?
La campaña está formada por un video experimento. Nos rodeamos del entorno más cercano del niño que motiva esa adultización. Les llevamos a una nave y, en todo momento guiadas por la psicóloga Alicia Banderas, le hacíamos preguntas como: ¿le has preguntado a tu niño alguna vez qué quiere ser de mayor?; ¿le has preguntado si tiene novia o novio?; ¿cuántas veces le das a tu hijo juegos para niños con más edad de la que tiene?; ¿crees que tu hijo es más maduro de lo que es? Luego finalizaba el video haciéndole la pregunta inversa: ¿cuántas veces le has preguntado a tu hijo qué quiere ser de pequeño?
Las reacciones eran realmente emotivas. Yo recomiendo a todo el mundo que le eche un vistazo. Incluso hacíamos la pregunta al niño también de ¿cuántas veces te han dicho qué quieres ser de pequeño? Los niños decían: “nunca, yo hago lo que mi padre dice”. Pero en ningún momento es un mensaje de culpabilizar, sino de poner en evidencia una serie de comportamientos y actitudes que pueden desencadenar en problemas.
La acción también consta de un libro, que decimos que es un libro mágico, que tiene dos lecturas. Por un lado, una lectura a simple vista que pone en evidencia esos comportamientos y actitudes que forman esta adultización de la infancia. Y por otro lado, una lectura en la que necesitas unas gafas 3D, más dirigida a los niños. Cuando se ponen las gafas se focaliza en juegos en los que deberían estar los niños. Decimos que es un libro mágico porque es un libro solidario.
Todos los beneficios que conseguimos con la venta del libro van destinados a una asociación, Soñar Despierto que trabaja en hogares y residencias de acogida. Nos hemos dado cuenta de que hay muchos niños que, por desgracia, no tienen la suerte de que nadie les pregunte ni qué quieren ser de mayores y mucho menos qué quieren ser de pequeños. En este caso, no se está hablando de adultización, sino de una madurez impuesta que les convierten en adulto antes de tiempo por las circunstancias. En cuanto a la acogida, estamos súper contentos. A nivel de medios la repercusión ha sido muy importante. Los libros se están vendiendo en las ópticas, en los 540 establecimientos repartidos por el territorio nacional, y a través de la página web. Estamos empezando a hacer una edición más porque se están agotando.
¿Crees que se han agudizado esta situación de adultización en la sociedad por la alta competitividad o por las ganas de que se tenga éxito económico? ¿Por qué existe esa tendencia?
El video iba acompañado con un estudio. Realizamos encuestas a nivel nacional y ponían de manifiesto datos muy significativos. El 73% de la sociedad son conscientes de esta adultización y que no es positiva para los niños. El 85% de las personas encuestadas dicen que uno de los motivos es el uso de la tecnología, las redes sociales, los medios tecnológicos que están acompañando a los niños y a veces, sin culpabilizar a nadie, se le están dando a los niños en una edad demasiado temprana. Por un lado, viene porque la sociedad está digitalizada y te obliga a que todos tengamos las últimas herramientas si queremos que nuestro niño tenga un futuro. Pero el problema es que estamos pensando en el futuro y no estamos disfrutando del momento, de la infancia, que tiene que ser el momento más feliz de los niños.
Leyendo el libro que habla con esos dos niños: una niña que pretende jugar y no tener ninguna carga y el niño que se le acaba premiando qué bien se porta, qué adulto se ve… En esa visión, ¿tendríamos que dejar que los niños sean más niños?
Se están utilizando expresiones que refuerzan como positivo ese crecimiento tempranero. Cuando le dices a un niño “¡estás siendo un hombrecito!” o “¡te estás haciendo una señorita!”, le estás diciendo que ser mayor es bueno y que se tiene que comportar de esa manera. Como visten los niños… Un niño tiene que ir cómodo y lo que hacemos es convertir en clones de sus padres cuando un niño de 4 o 5 años tienen que saltar, correr, mancharse… Los que tengan hijos se darán cuenta de que la infancia que están viviendo sus hijos es diferente en la que hemos vivido nosotros. Sin decir cual es mejor o peor, pero diferente desde luego.
¿Nos puedes explicar ese foco en la infancia de Multiópticas?
Desde que surgió la fundación teníamos claro que queríamos ayudar a personas o comunidades en situación de vulnerabilidad apoyándolos en salud visual. Así hemos estado desde 2006 hasta ahora. Hemos estado en 36 ciudades españolas; hemos estado en Senegal, Nepal…; hemos atendido a más de 15.000 personas y donado 160.000 en gafas. Teníamos claro que queríamos seguir cuidando de la salud visual porque es lo que sabemos hacer. Queríamos seguir las miradas del futuro, pensamos en la infancia porque son las miradas que van a conformar el futuro. Surgió el relato “Protegiendo las miradas del futuro” donde Multiópticas defiende el derecho de todos los niños y niñas a disfrutar de su infancia con plenitud. Nos hemos puesto un objetivo altruista. Si antes queríamos que la gente viera bien, ahora queremos que también vean un mundo mejor. Para ello hay que empezar a educar en valores a la infancia: el bienestar infantil como motor de ese cambio social.
¿Cuál es la misión de la Fundación Multiópticas y cuál ha sido su evolución desde que empezara su andadura hace 15 años?
La Fundación Multiópticas nace con la misión de cuidar de la salud visual de personas en situación de vulnerabilidad. Ese es nuestro objetivo tanto ahora como en el futuro. La evolución en la fundación ha sido natural. En primer momento, como es una fundación vinculada a una empresa, surge para reforzar la marca. Hay que ser sinceros.En aquella época estaba de moda crear fundaciones. En España hay casi 9000 fundaciones, según los datos de la Asociación Española de Fundaciones. Como empresa se creía que había que crear una fundación no solo para aportar valor a la empresa, sino también a la sociedad. Estuvimos unos años que no sabíamos muy bien a dónde ir. Pero sabíamos que había que ayudar a la gente con lo que sabíamos hacer: graduar y donar gafas.
En los próximos cinco años nos vamos a centrar en el territorio nacional, enfocados en la infancia. En España, existen 50.000 niños que viven en hogares de acogida. Recuerdo que cuando me dijeron la cifra, repetí ¿50.000 niños en España viviendo en casas de acogida? Existen 50.000 niños que no son niños problemáticos, que es lo que piensa todo el mundo, sino que problemáticas son las situaciones que están viviendo. Son niños como tus hijos. Son niños como cualquier otro niño que están viviendo unas circunstancias mucho más complicadas y difíciles.
Con la Fundación Multiópticas pensamos dedicarnos los próximos 5 años, junto con Soñar Despiertos, Aldeas Infantiles y Mensajeros de la Paz, a atender a 20.000 niños que viven en esta situación. Evaluándoles la vista, cuidando su salud visual y regalando gafas a los niños que lo necesiten. Ese es el recorrido que tenemos pensado en los próximos años.
¿Algo más que vayáis a trabajar en los próximos años o que le gustaría tratar dentro de la fundación?
Con la Fundación Multiópticas seguimos con los proyectos que teníamos y tenemos a través de la cooperativa. Seguimos trabajando en el reciclaje de gafas. Tenemos 540 puntos de reciclaje, cualquier persona con gafas que ya no le sirven puede depositarla en unos buzones que tenemos en las ópticas. Esas gafas se recuperan, se tratan y son donadas al Club de los Leones que las destinan a países en vías de desarrollo para darles una segunda vida.
Seguimos trabajando con la educación y el fin de la pobreza. Ahora mismo, el proyecto es querer llegar a 20.000 niños en los próximos 5 años. Ayudar a esos niños en acogida, llegar a ellos a través de Aldeas Infantiles, de Soñar Despierto y de Mensajeros de la Paz. Tenemos una gran tarea por delante.
¿Hay alguna iniciativa en estos últimos 15 años que fuera especialmente relevante para vosotros y quieras destacar aquí?
Si me tengo que quedar con algo, yo me quedo con las experiencias que he tocado. Las que he vivido más de cerca. Cualquier experiencia vivida en las campañas de Miradas Solidarias con la que hemos recorrido toda España. De todas esas 30 ciudades que hemos recorrido te llevas grandes experiencias y cosas que te ponen los pelos de punta, te sientes orgulloso de trabajar con una fundación y trabajar para una compañía como Multiópticas que tiene esta preocupación por la sociedad.