En el marco del evento Sustainable Brands Madrid 2023 hemos hablado con Sandra Pina, Directora de Quiero y SB Madrid 2023 que ha destacado que en esta edición se ha querido poner sobre la mesa el concepto de marcas de impacto donde se ha mostrado grandes ejemplos de organizaciones que aborden la sostenibilidad desde una visión sistémica y realista.
¿Qué opinas de esta edición de Sustainable Brands Madrid 2023? ¿En qué medida contribuye a impulsar la sostenibilidad?
La misión de SB 23 es impulsar, acelerar y retarnos a todos para hacer que esta transición coja mayor velocidad. El reto no es el qué sino la velocidad que estamos empleando, que aún es escasa, pobre y todavía insuficiente.
En esta ocasión, lo que hemos querido poner en la mesa, considerando todo el contexto que tenemos alrededor (evolución de los aspectos ESG, Impact Investment, percepción del ciudadano acerca del greenwashing) y los propósitos no activados que se han quedado en buenas intenciones, pero poco tangibles y reales, el concepto de marcas de impacto donde hemos intentado mostrar grandes ejemplos de marcas y organizaciones. Este impacto se traslada a seis dimensiones muy concretas de las marcas de impacto y algunos líderes a nivel global ya lo están haciendo real.
¿Cuáles son los próximos retos en materia de ESG que tiene SB en Madrid? ¿Considera que están alineados con la demanda de la sociedad?
De los muchos que hay, señalo tres retos concretos. En primer lugar, abordar todo desde una visión mucho más sistémica y realista. Al final, parece que creamos soluciones intentando poner tiritas en cosas que no funcionan o que no están bien. El tener una visión más holística y sistémica de la problemática donde una empresa no es la protagonista, sino que lo es todo el sistema que está alrededor de la empresa, como pueden ser otras empresas competidoras, instituciones, gobiernos, administración o tercer sector. Está claro que la solución viene de todos los lados, y que para que realmente se haga tangible, tiene que tener esa visión holística.
Por otro lado, el reto que siempre nos acompaña y que se hace más patente que nunca cuando hablamos del impacto es la medición. Hablamos de medir, no solamente a corto plazo los resultados/satisfacción, sino también medir y buscar los KPIs para ver qué estamos transformando exactamente, y de qué somos capaces.
Otro reto es ser capaces de cambiar el chip, el mindset, que supone abordar la visión regenerativa. Dejar de pensar en cómo hacemos menos daño, y empezar a pensar en cómo podemos aportar en positivo. Hay muchas herramientas para hacerlo, cada vez son más, pero muchas veces lo que nos falta es el cambio de mindset para querer hacerlo. Esto va acompañado de una gobernanza corporativa que ayude, de unas historias y voces poderosas que nos lo sepan vender tanto dentro como fuera de las empresas.
El ciudadano ve por primera vez, de manera tangible, la crisis que tenemos a nivel sistema, más allá de lo que es en sí la sostenibilidad, ve que el contexto y la vida que nos hemos montado se desmorona y que existen grandes problemas. Nunca ha habido unos índices tan grandes de miedo y preocupación en torno a temas como la libertad, la salud o el cambio climático, entre otros. El ciudadano ve a las empresas como un ente que puede ser vital para solucionar esos problemas que nos ocupan como sociedad, y que están provocando que se ponga en peligro la forma de vida que tenemos. El ciudadano busca soluciones en las empresas, y el mundo actual pide soluciones disruptivas.
La implicación de los líderes corporativos es esencial para el avance de la sostenibilidad y los valores ASG de las organizaciones. ¿Cómo se pueden educar y concienciar a estos líderes?
Existe una cosa muy clara, y es que los mismos líderes reconocían, en diversos estudios, la carencia de conocimiento en torno a los temas relacionados con la gestión social, ambiental y de gobernanza, en todo lo que tiene que ver con sostenibilidad. Está claro que los boards se tienen que equipar mirando y pensando en el futuro que nos viene.
La gobernanza es una palanca clave. Aquellos líderes que sean más visionarios, y capaces de presentar en un board agentes más activistas, y tener un board con conocimientos e inquietudes en torno a este tema, que sean capaces de dejar de mirar al pasado y hacia delante.
Aquellos que sean capaces de hacerlo van a marcar la diferencia en la transición de las organizaciones. Uno de los ponentes de SB Madrid, el CEO de la empresa CHEP en España, Vicente Mollá, expuso cómo no solamente los directivos de alto nivel podían hacer engagement con los empleados, sino cómo los empleados hacían engagement con los líderes de sus organizaciones. Es clave que los líderes sepan del negocio, y tengan influencia para hacer que esto pase.
Se trata de una doble dirección. Si los líderes son capaces de formar un equipo con experiencia, seniority, conocimiento e influencia en la organización para que las cosas pasen, el equipo también va a hacer ese engagement de Top Level Management.
¿Cómo pueden las empresas avanzar hacia un futuro más justo y sostenible? ¿Cómo se puede producir el cambio de paradigma a las empresas que generen valor?
Hemos querido en esta edición del Sustainable Brands Madrid 2023 poner en la mesa el modelo de impacto donde hay seis dimensiones que son interesantes. Lo que hemos visto durante este evento sostenible, es que hay muchas personas que están haciendo la transición en estas seis dimensiones como es la medición, visión sistémica y visión regenerativa.
También está el propósito activado donde los stakeholders reconocen el camino que las organizaciones están haciendo. La clave está en cómo traspasamos ese propósito, esa frase bonita donde nos sentimos identificados, a unos indicadores de impacto tangibles y una acción real.
Otra dimensión es el impacto en el centro del producto y en el servicio. Está muy bien mirar a nuestro alrededor y hacer mejor las cosas, pero si nuestro servicio/producto fundamental no es capaz de acabar trasladando esta idea de “una compra no es un voto, pero es el mundo que quiero”, da igual lo que hagamos alrededor.
Por último, la más importante es la coherencia. Coherencia en tiempo, recursos, entre el ser, hacer y decir. Para mí es la más difícil.
A veces tenemos empresas muy grandes donde hay 40.000-50.000 empleados con presencia global y multinacional. Claro que estamos haciendo ese esfuerzo de transición y claro que lo queremos hacer, pero es muy difícil a veces hacer llegar la coherencia a cada rincón del mundo. Cuando existen esas incoherencias, el ciudadano no se lo cree y piensa automáticamente: greenwashing y socialwashing. No solamente hay que ser bueno, también hay que parecerlo. Este es el mayor reto.
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