¿Qué importancia tiene para vuestra organización formar parte de Empresas por la Movilidad Sostenible?
Desde Schneider Electric estamos totalmente comprometidos con el objetivo de conseguir un mundo descarbonizado y verde. En este sentido, la movilidad eléctrica, junto con la descarbonización, la descentralización y la digitalización de la energía, es clave para alcanzar este futuro.
Desde 2019 hemos acelerado nuestra estrategia climática, marcándonos varios objetivos como alcanzar la neutralidad de carbono en nuestro propio ecosistema en 2025 y las cero emisiones en 2030, para contribuir al objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Pensamos que las compañías juegan un papel muy importante. Uniéndonos a iniciativas como la EV100 de The Climate Group, queremos demostrar que la sostenibilidad y el transporte van de la mano.
¿De qué forma está vuestra organización apostando por la movilidad sostenible? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad?
La sostenibilidad siempre ha estado en el centro de nuestra estrategia empresarial, sin embargo, desde 2017 formamos parte de varias iniciativas de The Climate Group que suponen transformaciones a nivel empresarial y que implican una mejora en el impacto climático.
Por un lado, formamos parte de la iniciativa EP100, que supone doblar la productividad de la energía para 2030, tomando como referencia una línea base de 2005, fijando el ambicioso objetivo de doblar el resultado económico de cada unidad de energía consumida. También participamos en la iniciativa RE100, que se centra en usar el 100% de electricidad renovable en 2030 con un objetivo intermedio del 80% en 2020. El progreso se mide de forma periódica en nuestro informe de Impacto de Sostenibilidad (SSI).
Además, desde 2019 hemos hecho una apuesta mucho mayor para acelerar nuestra estrategia climática y, actualmente, formamos parte de la iniciativa EV100, que persigue el objetivo de instaurar el transporte eléctrico como alternativa a las estructuras de movilidad tradicional para 2030. Para ello, desde Schneider Electric nos hemos comprometido para reemplazar 14.000 coches de empresa en más de 50 países por vehículos eléctricos. Además, también se instalarán infraestructuras de carga en nuestras principales oficinas y fábricas, con instalaciones insignia que mostrarán la innovadora arquitectura de movilidad eléctrica de la plataforma EcoStruxure con tecnologías microgrid, gestión de activos y nuevos sistemas de gestión de la energía.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Desde Schneider Electric pensamos que la crisis climática requiere la implicación y compromiso integral de todos los actores de la industria y de todos los eslabones de la cadena. La misión principal es descarbonizar las operaciones del día a día de las empresas y crear productos y soluciones sostenibles para nuestros clientes que, les permitan avanzar hacia un futuro con energía limpia.
Como hemos mencionado anteriormente, las iniciativas concretas de las que formamos parte son la EP100, que supone doblar la productividad de la energía para 2030, y la RE100, que se centra en usar el 100% de electricidad renovable en 2030 con un objetivo intermedio del 80% en 2020. En cuanto a movilidad sostenible, formamos parte de la iniciativa EV100, que persigue el objetivo de instaurar el transporte eléctrico como alternativa a las estructuras de movilidad tradicional para 2030.
Además, contamos también con buenas prácticas a nivel interno: al contar con soluciones de carga desarrolladas desde hace algunos años y disponibles en muchas instalaciones de todo el mundo, nuestros empleados han sido de los primeros en adoptar la movilidad eléctrica. Por ejemplo, en Alemania, hemos ayudado a transformar el EUREF Campus en un escaparate para la energía baja en CO2 y la movilidad, lo que ha permitido alcanzar el objetivo libre de carbono FUTURE 2050 de Alemania 30 años antes de lo previsto. Nuestros empleados que trabajan en el campus EUREF forman parte de las 150 empresas e instalaciones dedicadas a la investigación que se benefician de esta infraestructura preparada para el futuro.
Además, en países como Noruega ya hemos dado el paso y hemos empezado a ofrecer a nuestros trabajadores el poder utilizar vehículos eléctricos para sus necesidades profesionales. Esta transformación, que se llevará a cabo en más de 50 países en los próximos 10 años, obviamente cambiará los hábitos de muchos nuevos empleados.
Además de la transición eléctrica de nuestra propia flota de vehículos, también ayudamos a otras compañías a hacer esa transición invirtiendo y colaborando con startups como eIQ Mobility, que ofrece servicios de consultoría y software centrados en la electrificación de flotas, y DST, que proporciona logística como servicio con flotas eléctricas y cuenta con más de 16.000 vehículos eléctricos. Además, también somos inversores y partner de Volta, cuyo innovador modelo de negocio hace posible la carga gratis de vehículos eléctricos para propietarios de inmuebles y conductores a cambio de publicidad.
¿Cuál es la situación actual de la movilidad sostenible y sus principales barreras y obstáculos?
La movilidad sostenible, si bien ofrece un alto potencial para alcanzar la descarbonización en 2050, es un sector en el que todavía hay mucho camino por recorrer, especialmente por parte de las administraciones y órganos legislativos. Si tenemos en cuenta que el sector del transporte produce un cuarto de las emisiones de CO2 del país, el apostar por que los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos no destinados a usos comerciales sean 0 emisiones no más tarde de 2040, la Ley deja fuera de juego los vehículos de combustión y abre totalmente las puertas a los eléctricos.
En la misma línea, la Ley de Cambio Climático insta a las gasolineras a instalar puntos de recarga, impone zonas de bajas emisiones para 2023 en municipios de más de 50.000 habitantes e incluye planes específicos de movilidad para fomentar los vehículos eléctricos. Sin embargo, todavía hay que esperar a tener el texto definitivo para valorar su auténtico alcance.
Por otra parte, la recarga vinculada, especialmente para el entorno residencial, pasa por que el vehículo eléctrico sea accesible al público en general y no sólo a las empresas que renuevan su parque de vehículos. Es importante tener ofertas competitivas por parte de los fabricantes, así como ayudas gubernamentales que hagan asequible estos vehículos a todos los ciudadanos.
Además, el vehículo eléctrico está encontrando dificultades para despegar en el mercado español, y una de ellas es la limitada red de carga pública a escala nacional. Según datos de Anfac (Asociación Nacional de Fabricantes de Coches y Camiones), en España hay alrededor de 2.900 conectores públicos de más de 11 KW —esta potencia permite cargar un turismo al 80% en aproximadamente seis horas—. Cerca de la mitad están en Madrid y Barcelona, si bien existen carreteras en otras partes del país con trayectos de más de 150 km en los que no hay ni un solo punto de carga.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización en materia de movilidad sostenible?
Los expertos aseguran que España está a la cola de Europa en movilidad eléctrica y que hace falta un plan de infraestructura de puntos de recarga que estén interconectados, con el fin de facilitar que el usuario pueda moverse con libertad con un vehículo eléctrico por todo el país. Por eso, desde Schneider Electric hemos puesto en marcha una alianza con ChargeGuru, la empresa líder en la instalación de soluciones de carga para vehículos eléctricos en Francia, para impulsar el negocio de las energías renovables y hacer frente al problema del avance de la movilidad eléctrica en el mercado español.
A través de nuestras iniciativas y políticas de sostenibilidad buscamos hacer frente al cambio climático y fomentar la movilidad sostenible mediante la descarbonización y las soluciones eléctricas.