¿Cómo ha sido la acogida de la versión punto uno del G3? ¿Cómo la han recibido las organizaciones?
No podemos decir con evidencias de hechos cómo se está acogiendo el G3.1, porque se lanzó a principios de este año y siempre tiene que pasar más de un año para poder ver qué empresas están utilizando el G3.1 y el G3. Desde GRI, vamos a reconocer durante unos años ambos marcos. Solamente vamos a pedir que la empresa sea clara con respecto a si utiliza un estándar u otro. Pero sí que hay una pequeña indicación. Estamos monitoreando las visitas a nuestra página web y vemos que la gran parte está visitando el G3.1; lo están bajando en varios idiomas, lo que indica que muchos lo van a usar. Pensamos que tampoco es tan difícil el paso de uno a otro, porque realmente es el G3 más unos cambios.
¿Cuál era el objetivo de GRI al lanzar esta versión?
El G3.1 incluye algunas mejoras específicas que ya habíamos anunciado cuando se lanzó el G3, que fueron cambios en los indicadores del pacto comunitario sobre los Derechos Humanos. Esos cambios están construidos a partir de un trabajo y sobre los principios de John Ruggie. También estamos introduciendo indicaciones y pidiendo más contenidos sobre género, no solamente en términos de igualdad de oportunidades en el ámbito laboral, sino también en otras dimensiones relativas al género, como los modelos de empresa, de producto y las relaciones con la comunidad. Esto es en pocas palabras el G3.1.
¿Es una preparación hacia la nueva guía G4? ¿Qué novedades tiene previsto incorporar?
El G4, a diferencia del G3.1, ya es una versión completa. Estamos en el punto en que las memorias de sostenibilidad están saliendo de la fase de experimentación; están pasando de ser algo innovador a empezar a ser una práctica normal, que se utiliza cada vez más en los negocios, entre empresa e inversores, entre empresa y empresa, empresa y sus empleados, empresa y clientes, empresa y la comunidad. En este momento, pensamos que era necesario adecuar la guía; que había que ponerla al día y construirla a partir de una experiencia mucho más amplia, ya que son muchas las empresas que hoy en día están informando sobre sostenibilidad utilizando el GRI. Ese es el primer propósito, volver la guía más sólida, robusta, para que la información sea más precisa y más adecuada para ser utilizada en las transacciones diarias; para que se vuelva normal. Queremos que las memorias no solo hablen de cuáles son las implicaciones financieras a corto plazo sino que se hagan con miras al futuro, y que incorporen cuáles son las implicaciones de una visión más integral de la empresa y de sus productos y servicios sobre el impacto en la sociedad, en el medio ambiente, y de cómo internalizan las proyecciones de la sostenibilidad en el futuro y la estrategia de la empresa.
¿Es el camino hacia el reporting integrado?
El concepto de reporting integral está surgiendo ahora. El GRI está participando en el grupo International Integrated Reporting Community con los proveedores de los estándares de reporting financiero, con grandes inversores, con el mundo de los contables y auditores, y con otras organizaciones interesadas en este tema para desarrollar un marco conceptual sobre reporting integral. Ese va a ser el primer objetivo del Comité Internacional sobre Reporting Integral. Pero este marco conceptual no va a ser un estándar completo. Para empezar a hacer un reporting integral se necesita el marco conceptual más los estándares para el reporting financiero y el reporting de la sostenibilidad. G4 también va a ser desarrollado para cuadrar dentro de esta arquitectura y ofrecer dentro de un estándar para el reporting sobre la sostenibilidad que se puede utilizar dentro del concepto de reporting integrado. Ese es el segundo objetivo principal.
¿Cómo van a hacer este estándar más accesible a las pequeñas y medianas empresas y otro tipo de organi- zaciones?
Ese es el tercero de los objetivos. Tenemos que hacer la guía más fácil de utilizar y accesible a empresas grandes y pequeñas. El estándar tiene que ayudar a las organizaciones a enfocar realmente su memoria en lo más importante, lo más material. También hemos considerado el factor tecnológico. Prevemos que en el futuro, la mayoría de intercambios de información van a ser por vía electrónica. ¿Qué implicaciones va a tener esto en el formato y en la divulgación de la información? El G4 va a tratar de avisar y ayudar sobre nuevos formatos, la implicación en la utilización de tecnología, etc. Finalmente, queremos que queden aún más claras las convergencias entre el Pacto Mundial y la OCDE, y vamos a hacer referencias más directas a los marcos normativos, explicando cuál es la relación entre esas normas importantes a nivel mundial y el GRI como marco para el reporting.
¿Van a cambiar los diferentes niveles que actual- mente se otorgan a los informes de sostenibilidad? En España, hay polémica al respecto ya que tienden a confundirse el nivel máximo de reporte sobre sos- tenibilidad con el de integración de la sostenibilidad en la organización.
Sobre ese tema vamos a hacer una revisión, dada por ejemplo la experiencia en España donde reina la confusión en este aspecto. Algunas empresas no acaban de entender la implicación de los niveles y están utilizándolos como una indicación de calidad de la sostenibilidad, cuando no es esa la intención. Los niveles simplemente hacen referencia a la aplicación de la guía y a que el informe está enfocado hacia la información más material de la organización. Escuchando y observando la crítica, ya hemos aplicado algunos cambios este año, por ejemplo, hemos quitado la autodeclaración como marco que está reconocido como un sello del GRI. Pero en el G4 vamos un poquito más allá y la definición de los niveles de GRI va a ser sujeta a revisión.
¿Para cuándo está previsto el G4?
Se lanzará en mayo de 2013.
¿A nivel legislativo, qué sistema apoya GRI? Se está hablando de que hay países que obligan a reportar empresas públicas, otros que no… Desde GRI, ¿cuál es la propuesta?
No tenemos una propuesta que pensamos que tenga que ser la válida. Lo más importante es que, en sí, también las partes políticas y el gobierno, las autoridades privadas como las bolsas de valor, deben asumir una responsabilidad para ampliar la práctica. Evidentemente, si vamos a avanzar hacia una economía sostenible y hacia una empresa sostenible en este contexto, se debe ver normal que no solamente examinemos las dimensiones financieras o el desempeño financiero de una organización, sino su actuación en sostenibilidad. Sin información, un mercado no puede integrar esas dimensiones. Los mercados funcionan solamente cuando tienen la información.
Ahora el sistema existe, pero todavía hay muchas empresas que no lo están practicando. Y pensamos que es importante que todo aquel que tiene responsabilidad para una buena gestión de los mercados señale que la expectativa hoy en día es que las empresas informen. Hasta hace poco, esto solo lo hacían los pioneros, los innovadores. Estamos llegando a otro momento. Ya son miles las empresas que han demostrado el valor, tanto para la empresa misma como para la sociedad y el medio ambiente, de ser transparentes en materia de sostenibilidad. Ahora, es el turno de los demás, los que todavía no lo están haciendo y tendrán que explicarlo. Como mínimo, lo que GRI está promoviendo es un acercamiento al sistema de ‘reportar o explicar’ y así lo vamos a proponer en la cumbre de Río +20. Más allá de este principio general, existen otras maneras y otras iniciativas que se pueden tomar dependiendo de las circunstancias del contexto, que es diferente en los diversos países. El acercamiento del Gobierno español nos parece correcto y tiene todo el sentido. Son un muy buen ejemplo para los demás y sabemos que, de hecho, también la Unión Europea lo está estudiando y se puede esperar que lance una regulación al respecto.