Fundación Verisure está viviendo su primer año de vida ¿cómo surge y cómo se deciden los proyectos en torno a los que trabaja?
Fundación Verisure es la fundación corporativa de Securitas Direct y surgió para dar respuesta a la necesidad que actualmente tenemos en la compañía de crear un vehículo con la suficiente potencia para desarrollar la acción social que deseamos. Esta necesidad está muy relacionada con el propósito que tiene Securitas Direct como empresa y con la sensibilidad social de nuestros colaboradores que exigen, de manera positiva, que hagamos cada vez más por la sociedad.
La idea de la Fundación comenzó a gestarse durante la pandemia. En ese momento, todos nuestros colaboradores, más de 2.000 personas, nos pedían hacer más por la sociedad. Querían ayudar, dado que estábamos confinados, y de esta forma, cerramos acuerdos rápidos con diferentes entidades del tercer sector. Estuvimos entregando comida a personas mayores, pañales para recién nacidos, libros a niños, entre otras acciones. Empezó a surgir lo que nosotros denominamos internamente como la “Marea Roja”. De ahí, nació un programa de voluntariado que nos hizo ver que podíamos continuar y ampliar ese esfuerzo, y así nació el sueño de crear nuestra propia fundación. Gracias al trabajo conjunto de muchas personas, hoy ese sueño se ha cumplido.
Fundación Verisure surge, por tanto, de la evolución natural de la estrategia de ESG de la compañía, pero ¿cómo se estructura el trabajo que se desarrolla y cómo se eligen los proyectos?
Dedicamos mucho esfuerzo a definir una línea clara de actuación, para tener siempre presente qué es lo que queremos lograr.
Esto lo basamos en dos aspectos fundamentales: primero, ser coherentes con lo que somos como empresa y, segundo, reafirmar el compromiso que hemos adquirido tanto como compañía como a nivel individual.
El proceso comenzó identificando a los colectivos a los que queríamos dirigir nuestra acción social.
Decidimos enfocarnos en tres grupos principalmente:
- Niños y jóvenes desfavorecidos, porque creemos firmemente que trabajar con ellos es clave para construir un futuro mejor. Si les ayudamos a desarrollar sus habilidades y capacidades, estaremos contribuyendo positivamente a la sociedad.
- Mujeres vulnerables, especialmente aquellas que han sido víctimas de violencia de género. Este es un colectivo con el que llevamos trabajando desde hace más de 14 años a través de medidas telemáticas para su protección. Conocemos de primera mano la gravedad de su situación y sentimos una responsabilidad profunda y una gran sensibilidad hacia ellas.
- Personas mayores vulnerables, un grupo que también hemos identificado como prioritario gracias a nuestra experiencia de negocio en Securitas Direct. Desde hace casi una década, con el lanzamiento de nuestro servicio de Protección Senior, hemos estado en contacto con la realidad de muchos mayores en España que viven solos y desprotegidos. Esto nos motivó a incluirlos dentro de nuestra línea de actuación, con el objetivo de ser parte activa en la solución a este problema.
La Fundación Verisure habla de alianzas con otras organizaciones para maximizar su impacto social. ¿Podría dar ejemplos concretos de colaboraciones exitosas y cómo estas alianzas han ampliado el alcance de sus proyectos?
Cada una de nuestras colaboraciones ha sido clave para el éxito de los proyectos que hemos emprendido. Es fundamental que nuestras iniciativas de acción social cuenten con el apoyo de aliados que aporten su experiencia, recursos y conocimiento. Trabajamos con organizaciones especializadas en cada una de las problemáticas que abordamos, lo que nos permite profundizar en las necesidades de los colectivos con los que colaboramos y generar un impacto más significativo.
Por ejemplo, hemos lanzado el proyecto de empleabilidad y formación para mujeres víctimas de violencia de género llamado “Renace”, en colaboración con la Fundación Quiero Trabajo.
Otro proyecto relevante es el programa “Protegidos ante el acoso”, creado en alianza con la asociación PAE, especializada en la prevención del acoso escolar. A través de esta iniciativa, llevamos a expertos a los colegios para educar a niños, padres y profesores sobre cómo identificar y actuar ante situaciones de acoso, promoviendo un entorno escolar más seguro.
Por último, destacamos el proyecto “Amigos”, que desarrollamos junto a la organización Amigos de los Mayores. Esta iniciativa busca combatir la soledad no deseada en las personas mayores, fomentando su socialización y brindándoles oportunidades para reconectar con su entorno y crear nuevas amistades.
Además de la protección directa, ¿qué otros tipos de apoyo proporciona la Fundación a las personas vulnerables? ¿Hay algún enfoque o área de trabajo que estén explorando actualmente para expandir su acción social?
Uno de los proyectos más transversales que hemos impulsado es “Educar para proteger”, centrado en la empleabilidad y en el desarrollo de habilidades clave para facilitar la inserción laboral de distintos colectivos. Creemos que la independencia económica, aunque no es la única causa de vulnerabilidad, sí puede romper con muchos ciclos de pobreza y exclusión social.
Hemos diseñado iniciativas específicas para cada uno de nuestros colectivos prioritarios: jóvenes, mujeres vulnerables y personas mayores. Aunque todos los programas persiguen el mismo objetivo —el acceso al empleo—, cada grupo enfrenta barreras diferentes en su búsqueda de oportunidades laborales. Esta es una línea de actuación que pretendemos seguir ampliando, con el objetivo de incrementar el impacto y la visibilidad de los problemas que enfrentan estos colectivos.
Como Fundación, nuestro inicio es muy reciente, estamos dando nuestros primeros pasos, pero con los objetivos bien definidos. Nuestro enfoque principal es consolidar lo que hemos logrado hasta ahora y, a la vez, expandir nuestras acciones para crear una cultura de seguridad que contribuya a mejorar las vidas de las personas vulnerables.
La soledad no deseada es un problema creciente, pero sobre el que existe poca concienciación social. ¿Cómo identifican esta necesidad y qué iniciativas pone en marcha Fundación Verisure para atajar la problemática?
La soledad no deseada fue un problema que descubrimos a través del servicio Protección Senior de Securitas Direct. Este servicio, que protege a las personas mayores tanto dentro como fuera de sus hogares, incluye una funcionalidad especial llamada Social Talk, un botón que permite a nuestros clientes mayores mantener conversaciones. Fue a través de esta herramienta que comenzamos a detectar numerosos casos de soledad no deseada.
Nos dimos cuenta de que existía una necesidad urgente de hablar y de mantener contacto humano. Investigando más a fondo, descubrimos una realidad alarmante: en España, más de dos millones de personas sufren de soledad no deseada. Estos son hombres y mujeres que viven en aislamiento, solos y sin ilusión.
Considero que es un problema que como sociedad hemos normalizado o simplemente ignorado. Si una persona joven nos dijera que no tiene ganas de vivir, nos alarmaríamos inmediatamente. Pero cuando una persona mayor de 80 años expresa lo mismo, parece que no genera la misma reacción. Esto es realmente preocupante. Además, la soledad no deseada no solo afecta a nivel individual, sino que también representa un factor de riesgo para muchas otras cuestiones, como el desarrollo de enfermedades.
Nuestro objetivo principal es visibilizar este problema y generar soluciones que realmente ayuden a estas personas. Hemos comenzado por crear acciones de socialización para personas mayores independientes, pero en el futuro queremos llegar a aquellos que, debido a su dependencia, no pueden salir de sus hogares y sufren aún más aislamiento. El reto más grande consiste en entender por qué hemos llegado a esta situación y qué podemos hacer para prevenirla en lugar de simplemente reaccionar ante sus efectos.
En relación con las campañas de sensibilización, ¿cómo miden la efectividad de estas iniciativas en términos de cambio social o aumento de la conciencia pública sobre los problemas que abordan?
Actualmente, medimos el impacto social de nuestras campañas a través de diferentes indicadores, tanto cuantitativos como cualitativos. En términos cuantitativos, registramos el número de personas beneficiadas o impactadas por nuestros proyectos. Sin embargo, los indicadores cualitativos, como las encuestas de satisfacción, son igualmente importantes para nosotros, ya que nos permiten entender si las acciones que estamos emprendiendo realmente están generando el cambio que imaginamos.
Una parte clave de este proceso de medición es la participación de nuestros colaboradores. Muchos de nuestros proyectos están basados en el voluntariado corporativo, lo que significa que nuestros empleados están directamente involucrados con los colectivos a los que ayudamos. El feedback que recibimos de ellos nos ayuda a medir el impacto real de nuestras iniciativas y a identificar áreas de mejora.
De cara al futuro, nuestro reto es no solo medir cuántas personas hemos ayudado, sino también evaluar la calidad del impacto que hemos tenido en sus vidas. Queremos asegurarnos de que nuestras acciones sean realmente transformadoras y marquen una diferencia significativa. Ser capaces de llevar la medición a un punto más allá.