Entrevistamos a Teresa Millán, Directora de Asuntos Corporativos de Lilly España para hablar sobre las iniciativas puestas en marcha por la compañía del sector famaceútico para paliar los efectos de la crisis provocada por el COVID-19.
La Directora de Asuntos Corporativos da detalles también sobre la estrategia de Responsabilidad Social y sostenibilidad y cómo protegen la salud de los empleados y sanitarios.
Ante esta crisis sanitaria provocada por el COVID-19, ¿qué medidas o plan de contención y/o seguridad se ha adoptado desde Lilly para hacer frente al impacto generado por el COVID-19 especialmente en el sector farmacéutico?
En primer lugar, hemos adoptado las medidas necesarias para proteger a nuestros empleados y nuestra planta de producción. Las adoptamos unos días antes de que se decretara el estado de alerta y se basaban en que sólo acudieran al lugar de trabajo los empleados de la fábrica que no pueden realizar su trabajo en casa. Ese grupo de empleados además han cambiado muchos de sus procesos de trabajo para asegurar la máxima protección de su salud, fundamental para asegurar el suministro de nuestra planta. Lilly exporta a más de 120 países y es vital que sigamos haciendo llegar los medicamentos a los miles de pacientes que lo necesitan en todo el mundo.
¿Cómo se enmarcan estas iniciativas/medidas frente al COVID-19 en la estrategia y gestión de la Responsabilidad Social y sostenibilidad en Lilly?
Nuestra estrategia de Responsabilidad Social y sostenibilidad se basa en responder a nuestros grupos de interés en toda nuestra cadena de valor. Lo primero fue proteger la salud de nuestros empleados y también interrumpir las interacciones con los profesionales sanitarios para protegerles a ellos también, así como proteger la planta de producción en colaboración con nuestros proveedores. Seguidamente, hemos reorientado nuestra actividad para responder a las necesidades que tienen en estos momentos nuestros grupos de interés.
Como decía, pensando en los pacientes, pusimos en marcha de plan de contingencia para asegurar la producción de medicamentos la planta de Alcobendas. También nos hemos coordinado con Farmaindustria y el Ministerio de Sanidad para asegurar la distribución de medicamentos a los hospitales y a las farmacias para que lleguen a los 800.000 españoles que usan nuestros tratamientos.
Pensando en las necesidades que pueden tener los profesionales sanitarios, hemos desarrollado materiales específicos para pacientes, bajo el programa #CuídateEnCasa y estamos utilizando nuestros canales de comunicación para reforzar los mensajes de interés público. Nuestro departamento de educación médica proporciona información a los profesionales sanitarios que en estos días se focaliza en aspectos relacionados con este problema. En la misma línea, el programa Lilly Plus intensifica su actividad de apoyo a los pacientes crónicos, en este momento con preguntas relacionadas con COVID-19. Hemos enviado a hospitales mascarillas y guantes y también máscaras de protección que compañeros de fábrica han impreso en 3-D, en colaboración con los “Coronavirus Makers”.
En el área de investigación, a nivel global, Lilly ha establecido una alianza con una compañía biotecnológica para desarrollar conjuntamente terapias con anticuerpos para el tratamiento y prevención de COVID-19, Lilly colabora con varios grupos de investigación en todo el mundo incluyendo España, para generar evidencias sobre la posible eficacia de un fármaco ya comercializado por Lilly para el tratamiento de casos graves de SARS. Además, varios compañeros del Departamento Médico se han unido a la iniciativa coordinada por Farmaindustria para participar en tareas de investigación sobre la COVID-19.
En el caso de los empleados, estamos desarrollando iniciativas para hacer un seguimiento de su salud y también para apoyarles en el confinamiento, como por ejemplo, un programa de apoyo para que realicen ejercicio, diseñen menús saludables y también para cuidar su estado emocional y hemos cambiado las condiciones de pago para los proveedores más pequeños adelantándoles todo lo posible el pago de los bienes o servicios que nos proveen.
Más allá de nuestra cadena de valor, hemos querido apoyar a los colectivos más vulnerables. Por eso Lilly ha hecho una donación inicial de 100.000 euros para la campaña de United Way España #unetealosqueayudan. Gracias a esta contribución, se atenderá a aquellas familias que ya estaban en riesgo de exclusión social y ahora doblemente golpeadas por esta crisis sanitaria. La ayuda de United Way España se canalizará a través de Banco de Alimentos de Madrid, Cruz Roja España, Fundación José María de Llanos, Save the Children, Fundación Secretariado Gitano, Uninicio e YMCA. Hemos pedido a los empleados que se sumen durante el mes de abril a esta iniciativa y todo lo que donen Lilly lo va a igualar, así que esperamos entregar a United Way una cantidad importante. Además, llevamos donados un centenar de ordenadores para familias con dificultades, para que sus hijos no pierdan clase por falta de la tecnología necesaria.
¿Cómo ha evolucionado la estrategia de comunicación y sostenibilidad de Lilly en estos últimos años hasta la actualidad? ¿cuáles son sus principales líneas de actuación?
En la última década nos hemos esforzado para que los departamentos de la empresa olvidaran la idea obsoleta de vincular la Responsabilidad con la acción social y la filantropía y entendieran que la RSE va mucho más allá, porque tiene que ser estratégica y atañe a todos los departamentos de la empresa. También hemos incorporado nuevos elementos de gestión de forma transversal y hemos insistido en la idea de que la reducción del impacto en el medioambiente es importante no sólo en la planta de producción sino en cada cosa que hacemos. La incorporación de criterios responsables en toda la cadena de valor ha sido fundamental, pues ahora, cuando se empieza a valorar por parte de los grupos de interés, lo tenemos avanzado y es más fácil introducir las mejoras necesarias para ser cada vez mejores.
¿Qué papel tiene la comunicación de la RSE y la comunicación responsable? ¿qué destacaría?
La comunicación de la RSE es muy importante, porque los grupos de interés tienen derecho a conocer, además de las características del producto o servicio de la empresa, cómo lo hace, es decir, cuáles son los esfuerzos que ha hecho la empresa para impactar de forma positiva al llegar al final del proceso.
La comunicación de la RSE tiene muchos riesgos, pues puede parecer oportunista. Hay empresas que se quedan en acciones aisladas, sin haber integrado una gestión responsable en su estrategia y al final el consumidor ve que algo no le gusta y lo entiende como una operación de maquillaje. Es complicado, porque aún haciéndose muy bien no siempre el ciudadano tiene los elementos necesarios para distinguir unos casos y otros. Aún así, creo que cuando la RSE de la empresa es estratégica y se trabaja con honestidad y transparencia para que los grupos de interés conozcan además de los logros, las posibles áreas de mejora, los riesgos en la comunicación se minimizan.
¿Cuáles son las principales ventajas y beneficios de apostar por una comunicación responsable?
La ventaja es que tus grupos de interés conozcan realmente qué empresa eres. Cuando conoces a una persona es más fácil que te guste su manera de ser, conoces sus virtudes y defectos y eso te da confianza. Cuando conoces muy poco a una persona, no sueles conocer sus defectos, pero no apostarías por ella sin conocerla. Con las empresas ocurre lo mismo. Si tus grupos de interés te conocen es más probable que te respeten, te entiendan e, incluso, te apoyen.
¿Cuáles son, en su opinión, los principales errores que se siguen cometiendo en la actualidad en torno a la comunicación de la RSE y la sostenibilidad? ¿cómo subsanarlos?
Creo que algunas empresas se están apuntando a la RSE como a una moda y no es una moda, es una forma de hacer las cosas. Si se lleva a cabo una acción sin más, de forma aislada, se volverá en contra de la empresa. Hay que trabajar por igual las tres patas de la RSE, es decir, ambiente, sociedad y gobierno (ASG). La parte de gobierno a veces se olvida, porque establecer procesos sostenibles dentro de la empresa es complicado y luce menos, pero tiene que haber un equilibrio entre las tres.
¿Cómo están fomentando en Lilly la comunicación y el diálogo con los grupos de interés, cómo lo llevan a cabo y cuáles son las principales buenas prácticas qué destacaría?
En Lilly siempre hemos dialogado con nuestros grupos de interés, pero ahora lo hacemos desde la RSE. ¿Cómo? apoyándonos en la materialidad. Nos hemos dado cuenta de que en las mesas de diálogo debemos añadir temas que no incluíamos pero que, siendo relevantes para la empresa y para ese grupo, tienen que estar presentes. También hemos incorporado una sistemática para recoger el resultado de esos ejercicios de diálogo y lograr avances.
¿Cuál considera que es el papel de los medios de comunicación ante la RSE? ¿Están cumpliendo actualmente ese papel?
El papel de los medios de comunicación es fundamental y cada vez más necesario. Las redes sociales, en las que todo el mundo opina, a veces sin el suficiente conocimiento, generan mucho ruido informativo. Los medios tienen que ayudar al lector a descubrir cómo es la empresa que hay detrás de la noticia: esa empresa que sufre una crisis, pero que estaba haciendo las cosas muy bien o a esa otra que ha hecho una campaña maravillosa para contar una acción espectacular, pero cuyo recorrido es más que dudoso. Los medios tienen que aportar una perspectiva crítica y didáctica para que la audiencia conozca los elementos necesarios que le permitan crearse una opinión fundamentada.
Finalmente, ¿cuáles son los retos y desafíos de su organización en torno a la comunicación responsable y a la RSE? ¿cómo los piensan llevar a cabo?
En estos momentos tenemos dos retos importantes: adaptar nuestra agenda a una nueva realidad ocupada por la crisis de la COVID-19, para incorporar las nuevas realidades y necesidades de los grupos de interés y poder darles respuesta. El otro reto es no aparcar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se estaba logrando una concienciación importante por parte de toda la sociedad y sería una pena que entre las terribles consecuencias de esta pandemia se encuentre también el olvido de los ODS. En cuanto a la comunicación responsable, pues creo que seguiremos siendo transparentes, contando todo lo que hacemos, pero huyendo del oportunismo.