La Oficina de Sostenibilidad entró en funciones en enero de 2019, forma parte de la Dirección de Educación Continua Internacional, Sostenibilidad y Centro de Empleabilidad de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, liderada por su decana, la Dra. Amybel Sánchez de Walther. Tienen más de 600 estudiantes en su programa “Quiero ser voluntario” y durante estos años han realizado ocho proyectos de responsabilidad social universitaria (RSU) que ha involucrado la movilización de más de 250 voluntarios. Según Andrea Bazán, responsable de la Oficina de Sostenibilidad de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la USMP, están respaldados por el Sistema Nacional de Voluntariado (Sinavol) y que es gestionado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables para todas sus actividades. Sostiene, además, que se encargan de toda la estrategia de la responsabilidad social siempre tratando de ir un paso más allá involucrando a otras áreas de la universidad.
¿Desde cuándo iniciaron con la propuesta de responsabilidad social y con cuántos alumnos cuenta esta facultad?
Como facultad, realizamos estas actividades con el enfoque de sostenibilidad desde el 2019, pero previamente ya se habían realizado actividades de responsabilidad social estudiantil con un área anterior. Realizamos proyectos RSU con mirada de sostenibilidad a los planes de estudio y en el trabajo integrado de nuestras autoridades en los proyectos universitarios y, con ello alentamos la participación de los estudiantes, docentes, egresado y personal administrativo en iniciativas alineadas a los ODS de la ONU con los que tratamos de contribuir. Además, contamos con un Comité de Sostenibilidad que integran nuestras autoridades de la facultad y a través de esta iniciativa las diversas áreas pueden trabajar encaminadas a un solo objetivo que es integrar a toda la comunidad universitaria en nuestros pilares de modelo de gestión que son: gestión interna, formación, investigación, bienestar y extensión social.
Mencionó el tema de la responsabilidad social universitaria ¿podría ampliar más sobre las acciones específicas que vienen realizando en el ámbito de la RSU?
En este aspecto, nos basamos en el trabajo que realizan nuestros voluntarios. Cabe resaltar, que buscamos que pongan en práctica habilidades y conocimientos que van aprendiendo en su formación profesional, y que pongan todo ese conocimiento al servicio de la comunidad. El voluntariado involucra a toda la comunidad universitaria, es decir, hemos tenido proyectos con estudiantes, egresados, docentes en las capacitaciones y personal administrativo.
Empezamos con proyectos activos de RSU desde el 2020, cuando implementamos el proyecto Transformación Digital para Pymes. Este proyecto fue inicialmente diseñado para ejecutarse de manera presencial, pero por la emergencia sanitaria debido al Covid-19 trasladamos esta iniciativa a un formato de asesorías virtuales a cinco Pymes de Lima Metropolitana, específicamente en el rubro de restaurantes y comidas para temas de diagnóstico, estrategias de comunicación, diseño e imagen corporativa, esto fue durante la primera ola de la pandemia donde muchos negocios tenían que reinventarse, formular nuevos planes para convertirse en minimarkets, fluir el tema del delivery y las plataformas digitales. Ese mismo año, también acompañamos a comunidades de Pucusana, donde trabajamos en alianza con la ONG Aprende con el que dimos soporte a mujeres emprendedoras en asistencia psicológica durante cinco semanas. Recordemos que nuestra facultad se compone de tres escuelas profesionales en Comunicación que ven el tema de diseños y estrategias comunicativas, Psicología con el soporte especializado de atención y Turismo que nos ayuda a desarrollar planes de negocio en ese ámbito.
El año pasado también tuvimos otros proyectos como el de “Virtualízate profe” en alianza con Yachayhuasi en el marco de la virtualización de la educación nacional, donde nuestros voluntarios de las tres escuelas, capacitaron a docentes de Cajamarca, Loreto, Cusco y San Martín en el uso de herramientas digitales y el soporte emocional de la educación a distancia que trajo la pandemia. Este proyecto ganó el segundo lugar en la categoría Integración y Competitividad del Concurso Haciendo Patria del proyecto Bicentenario que fue impulsado por el Ministerio de Cultura.
Otro proyecto que ejecutamos fue el de “Crianza positiva” en alianza con Despega y acompañando a comunidades y artesanos en el que se brindaron talleres de apoyo en temas de disciplina positiva con padres de familia y habilidades digitales para artesanos de Lambayeque.
El presente año, hemos realizado dos proyectos, “Juntos por la educación” para fortalecer las habilidades y formas de aprendizaje de niños en la zona de Carapongo en Chosica y al “Cole sin bullying” como programa preventivo de abusos digitales en los colegios de primaria y secundaria de la Institución Educativa Parroquial Niño Jesús de Praga de Piura. Hoy venimos buscando más acciones presenciales como para “Juntos por el cambio” que es nuestro programa de reciclaje en alianza con Aldeas Infantiles y Aniquem.
¿Qué tan importante es la comunicación para sus programas de responsabilidad social?
Es vital porque demuestra el compromiso y la responsabilidad que tenemos como institución con nuestros stakeholders que para nosotros es nuestra comunidad universitaria, nuestras alianzas y las poblaciones focalizadas. En nuestro caso, el área de comunicación estratégica de la facultad nos apoya en la difusión de estas iniciativas socialmente responsables y nos ayudan a llegar a nuestros distintos públicos que son bastante diversos con mensajes clave, a través de las redes sociales y también de comunicación interna. También nos tratamos de apoyar con nuestro equipo de voluntarios que nos ayuda a interiorizar y llevar la comunicación hacia nuestros aliados y con ellos medir el grado de satisfacción de nuestro público, a través de un monitoreo constante y otros canales digitales más dinámicos.
Definitivamente, para nosotros la comunicación es vital y que debemos tener con todos los participantes de nuestros proyectos y con todos los actores con los que está relacionado la universidad.
Finalmente ¿cuáles son los próximos retos y desafíos que ustedes tienen en el tema de sostenibilidad?
Nos encontramos en un proceso de retorno progresivo a la presencialidad, de acuerdo a las normas indicadas por las autoridades. Sabemos que aún sigue siendo un escenario bastante cambiante, pero siempre nos estamos preparando para nuevos tipos de proyectos y los nuevos retos de integración presencial, cuidando siempre la salud y la integridad de todos los participantes. Algunos retos de la virtualidad era que no teníamos mucho contacto con los voluntarios y cuando comenzamos con las iniciativas tampoco estábamos muy seguros cómo nos iba a ir con la fidelización y ahora para los proyectos estamos tratando de realizar algunas actividades de manera presencial y consideraos para ello todos los protocolos, y por ahí hay unos nuevos retos para continuar con nuestras actividades presenciales de integración y reforzando los lazos con nuestros voluntarios. Pero también tenemos otras actividades como el Foro de Sostenibilidad. Este año, nos tocaría hacer la segunda edición de la Feria de Voluntariado, todo esto había sido virtual y estamos viendo las estrategias para que tenga la misma acogida o la supere en el mejor de los casos.
Escucha la entrevista completa a Andrea Bazán aquí