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Con esta afirmación contundente publicada en el titular, Longinos Marín Rives resume no solo su visión sobre el papel de la empresa en la sociedad, sino también el eje que ha guiado sus más de veinte años de trayectoria académica e investigadora vinculada a la Responsabilidad Social. Catedrático de la Universidad de Murcia, director de su Cátedra de RSC desde 2010 y actual Vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia, ha sido una figura clave en la consolidación del pensamiento crítico y aplicado en torno a la responsabilidad social empresarial, con una destacada proyección nacional e internacional.
Su camino comenzó en el año 2000, cuando trabajaba en la empresa privada y conoció al fundador de la consultora Valores & Marketing, Ramón Guardia, también gran amigo y aliado de Corresponsables hasta que lamentablemente nos dejó hace pocos años, quien le transmitió el entusiasmo por una visión empresarial más comprometida. Desde entonces, ha sido un impulsor incansable del diálogo entre universidad, empresa y sociedad. “La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés y orientar la actividad empresarial de forma equilibrada y honesta.”
Autor de más de 30 artículos científicos en revistas internacionales de alto impacto, ha combinado la excelencia investigadora con la vocación docente y la transferencia de conocimiento a través de programas como el Máster en RSC de la Universidad de Murcia. Su labor ha acompañado el despertar de muchas organizaciones hacia prácticas más responsables, especialmente en la Región de Murcia. “Me enorgullece haber demostrado que la RSC no solo es ética, sino también rentable”, afirma con convicción.
Vinculado a Corresponsables desde su fundación en 2005, guarda un recuerdo especial del primer número de la revista, cuando Marcos González, fundador del medio, “viajó en autobús desde Barcelona hasta Murcia con cajas de ejemplares de Corresponsables para repartir en unas jornadas”. Desde entonces, ha sido testigo cercano del crecimiento de un medio al que reconoce como actor imprescindible en la expansión de la RSE en España y Latinoamérica: “Su constancia y perseverancia han sido claves para lograr el nivel actual de compromiso empresarial.”
En esta entrevista, repasa los grandes hitos de estas dos décadas —como la Ley de Información No Financiera o el debate sobre la ISO 26000—, reflexiona sobre el riesgo del greenwashing y aboga por un futuro donde el lenguaje de la sostenibilidad se consolide y se traduzca en una acción coherente y estratégica. A quienes se inician en este camino, les lanza un mensaje claro: “La confianza no se impone, se construye con hechos.”
¿Cómo llegaste Longinos a la Responsabilidad Social?
Mi acercamiento a la Responsabilidad Social comenzó en el año 2000, durante mi etapa en la empresa privada, cuando conocí a Ramón Guardia Massó, un excelente profesional que me transmitió su entusiasmo por la implicación empresarial en cuestiones sociales y ambientales.
En 2003 inicié mi tesis doctoral sobre este tema, que por entonces era aún muy incipiente. En 2005 conocí a Marcos González y fui testigo del nacimiento de Corresponsables, cuya primera publicación incluyó un especial sobre la RSC en Murcia. Recuerdo con cariño cómo Marcos viajó desde Barcelona hasta Murcia en autobús, transportando personalmente las cajas con los ejemplares que repartimos en unas jornadas celebradas en la Universidad de Murcia. Desde entonces he seguido de cerca su trayectoria, tanto en España como en América Latina. Ha sido admirable su esfuerzo por consolidar el proyecto y mantener a su equipo a lo largo de los años.
“Mi acercamiento a la Responsabilidad Social comenzó en el año 2000, durante mi etapa en la empresa privada”
Ya en 2007 defendí mi tesis y, desde entonces, me he dedicado por completo a la labor académica e investigadora en RSC, especialmente desde la perspectiva del consumidor.
¿Qué destacarías de tu trayectoria?
Destacaría dos hitos importantes en mi trayectoria: en 2010 lanzamos la Cátedra de RSC, con una intensa actividad formativa e investigadora; y en 2018 tuve el honor de asumir el Vicerrectorado de Responsabilidad Social y Transparencia en la Universidad de Murcia, una iniciativa pionera en el ámbito universitario español.
“La confianza no se impone, se construye con hechos”
¿Qué recuerdas de aquellos primeros años de la RSE?
En aquellos años, la RSC era aún muy desconocida, lo que generaba confusión tanto en el ámbito público como en el privado. Nos nutríamos de literatura académica estadounidense y de referentes como Ramón Jáuregui, Juan José Almagro, Ramón Pueyo o el propio Ramón Guardia. Recuerdo especialmente un debate en 2007 sobre la posibilidad de premiar al Ministerio de Defensa por publicar su primera memoria de RSC. Fue una discusión apasionante que ayudó a perfilar el verdadero significado de la responsabilidad social.
“La RSC era aún muy desconocida, lo que generaba confusión”
¿Cuál fue el primer proyecto de RSE en el que participaste?
Además de mis primeros trabajos académicos, guardo un especial recuerdo de la elaboración de planes y memorias de RSC, tanto para la Universidad de Murcia como para empresas de la región. Fue una etapa de gran entusiasmo e implicación.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?
En los inicios, los debates giraban en torno al papel de las empresas en la sociedad, si la RSC debía ser obligatoria y qué distintivos podrían acreditar a una empresa responsable. Recuerdo especialmente la discusión sobre la ISO 26000, finalmente reconocida como guía y no como norma, lo que causó cierta frustración.
“El concepto está más consolidado, aunque persiste confusión terminológica”
Hoy el concepto está más consolidado, aunque persiste una gran confusión terminológica. Términos como sostenibilidad, ASG o ESG tienden a solaparse, generando desconcierto tanto entre empresarios como entre ciudadanos. Todo apunta a que acabaremos unificando el lenguaje bajo el paraguas de la sostenibilidad, siempre entendida desde sus tres dimensiones: económica, social y ambiental. También se habla mucho más de comunicación, y, por desgracia, del riesgo del greenwashing.
Mucho hemos hablado de greenwashing en Corresponsables…
Habéis tenido un papel fundamental. Corresponsables ha contribuido de manera decisiva a la difusión del conocimiento sobre RSC y ha acompañado a muchas empresas en el camino hacia prácticas más responsables. Su constancia y perseverancia han sido claves para lograr el nivel actual de compromiso empresarial, tanto en España como en Latinoamérica.
¿Qué otros obstáculos encontraste al empezar en este ámbito?
En realidad, más que obstáculos, recuerdo la grata experiencia de ver cómo las empresas que asesoramos fueron incorporando la RSC y dándole continuidad en el tiempo. Muchas de las grandes compañías de la Región de Murcia iniciaron este camino a través de nuestra formación en la Universidad y en el Máster de RSC, y hoy aplican con convicción estos principios.
“Muchas grandes compañías de la Región de Murcia iniciaron este camino a través de nuestra formación”
¿Qué hitos destacarías como los más importantes en la evolución de la RSE y la sostenibilidad? ¿Qué factores han impulsado esos cambios?
Uno de los momentos clave fue la aprobación de la Ley de Información No Financiera en 2018. Las leyes, cuando están bien orientadas, pueden ser un impulso valioso para despertar conciencias. También guardo un gran recuerdo del reconocimiento que Corresponsables me otorgó en 2019 por mi trayectoria en la Universidad de Murcia.
“Las leyes, cuando están bien orientadas, pueden ser un impulso valioso para despertar conciencias”
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu trayectoria en el ámbito de la RSE?
Que muchas respuestas ya están en los clásicos. Por eso es importante releer a Séneca, Sócrates o Heráclito, como suele recordar Juan José Almagro. La confianza no se impone, se construye con hechos. La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés y orientar la actividad empresarial de forma equilibrada y honesta.
“La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés”
¿Cómo ha evolucionado tu propia trayectoria profesional en este campo durante estos 20 años?
En la universidad he pasado de ser investigador predoctoral a catedrático. Me siento afortunado de haber acompañado a tantas organizaciones en su camino hacia la responsabilidad y de haber demostrado que la RSC no solo es ética, sino también rentable. Pero, sobre todo, me enorgullece haber formado parte de una comunidad de profesionales con la que comparto no solo conocimientos, sino también amistad: Juan José Almagro, Salvador Ruiz de Maya, Pedro Cuestas, Inés López, Sergio Román, Alicia Rubio, Ana Jiménez Alfaro, Sylvia López, Lucio Fernández, Chesco Bastida, entre otros.
¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?
El futuro solo será posible para aquellas empresas que integren la RSC en su estrategia. También me gustaría destacar el valor de la investigación académica: he tenido la oportunidad de publicar más de 30 artículos científicos que demuestran cómo los consumidores se identifican más con empresas comprometidas con la responsabilidad social.
“He tenido la oportunidad de publicar más de 30 artículos científicos”
¿Cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?
Como un investigador que contribuyó a que las empresas de la Región de Murcia fuesen más competitivas gracias a su compromiso con la responsabilidad social.
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