Un nuevo informe de Global Witness, en colaboración con socios internacionales, revela que al menos 177 defensores de la tierra y el medio ambiente perdieron la vida el año pasado mientras luchaban por la protección del planeta. Esto equivale a un asesinato cada dos días. Estas cifras actualizan el total de asesinatos de defensores a 1,910 en el período comprendido entre 2012 y 2022.
Antes de la COP28 en noviembre en los Emiratos Árabes Unidos, donde los países evaluarán el progreso del Acuerdo de París de 2015, Global Witness publicó un informe resaltando el papel esencial de los activistas en la lucha por la justicia climática. El informe revela que desde la aprobación del Acuerdo en 2015 hasta finales de 2022, al menos 1,390 defensores fueron asesinados, subrayando la peligrosa situación que enfrentan quienes luchan por el medio ambiente y el cambio climático.
Colombia lideró la lista de países con la tasa de homicidios más alta a nivel mundial, con un total de 60 muertes, lo que representó más de un tercio de los asesinatos reportados. A pesar de que en octubre de 2022 Colombia ratificó un acuerdo regional de gran importancia, legalmente vinculante, que obliga al gobierno a prevenir e investigar los ataques contra defensores, esta cifra casi duplica el número de asesinatos registrados en 2021.
La mayoría de los homicidios registrados en 2022, un 88%, tuvieron lugar en América Latina. En esta región, otros países que también experimentaron una alta tasa de ataques mortales el año pasado incluyen a Brasil, con 34 asesinatos; México, con 31; y Honduras, con 14. En Filipinas, se reportaron un total de 11 defensores asesinados.
La investigación también destacó nuevamente que las comunidades indígenas en todo el mundo enfrentan un nivel desproporcionado de agresiones mortales. A pesar de que representan aproximadamente el 5% de la población mundial, estas comunidades fueron víctimas de más de un tercio (34%) de los asesinatos a nivel global el año pasado.
Lamentablemente, a lo largo de los últimos 11 años, los responsables de estos asesinatos rara vez han sido llevados ante la justicia. Esto se debe a la falta de investigaciones adecuadas por parte de los gobiernos, lo que genera un clima de impunidad que, a su vez, alimenta nuevos actos de violencia contra los defensores del medio ambiente y los derechos humanos.
La Amazonía se destaca como uno de los lugares más peligrosos del mundo para los defensores del medio ambiente, con 39 asesinatos el año pasado, que representan más del 22% de los asesinatos a nivel global. Entre las víctimas se encuentran el periodista británico Dom Phillips y Bruno Pereira, experto en pueblos indígenas, ambos asesinados en junio mientras exploraban territorio indígena en la región amazónica de Brasil. Desde 2014, se han registrado al menos 296 asesinatos de defensores en la Amazonía.
El informe examina amenazas que enfrentan comunidades indígenas en la selva tropical debido a actividades como la minería de oro y la explotación forestal. Se señala que empresas con sede en el Reino Unido, la Unión Europea y los Estados Unidos están vinculadas a violaciones de derechos humanos contra estas comunidades.
“Los estudios han demostrado una y otra vez que los pueblos indígenas son los mejores custodios de los bosques y, por tanto, son imprescindibles en la mitigación de la crisis climática. Sin embargo, en países como Brasil, Perú y Venezuela los están asediando precisamente por llevar a cabo esa labor. Cada día tenemos noticias de nuevos ataques y nuestro informe destaca algunas de esas historias”, resalto Laura Furones, asesora principal de la campaña de las personas defensoras de la tierra y el medioambiente.
El informe señala que los datos sobre asesinatos de defensores no reflejan completamente la magnitud del problema debido a restricciones a la libertad de prensa y falta de seguimiento en muchos países, especialmente en África, Asia y Oriente Medio. Además, destaca un patrón global preocupante de silenciamiento de activistas a través de la criminalización, donde las leyes destinadas a protegerlos se utilizan en su contra.
La situación en Perú
Según Global Witness, entre 2012 y 2022, se han documentado 54 asesinatos de defensores en Perú, y más de la mitad de estos ocurrieron en la región amazónica peruana.
Perú, debido a su extensa superficie de bosques tropicales, que es la cuarta más grande del mundo (después de Brasil, la República Democrática del Congo e Indonesia), se encuentra entre los 10 países más peligrosos del mundo para los defensores del medio ambiente y la tierra. Esto se debe a que estas áreas son objeto de interés para actores criminales involucrados en la producción y tráfico ilegal de hoja de coca.
Además, comunidades indígenas como los kakataibos, shipibo-konibos y otras que residen a lo largo de los ríos Aguaytía, San Alejandro y Sungaroyacu en las regiones Ucayali y Huánuco de la Amazonía peruana, han estado denunciando durante años las invasiones a sus tierras ancestrales y la explotación ilegal de sus recursos naturales. Esto incluye la extracción de madera para dar lugar al cultivo de coca.
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