Desde que Naciones Unidas adoptara la Agenda de Desarrollo Sostenible en septiembre de 2015, las empresas españolas de economía social se han comprometido , aunque diría que lo hacen desde su nacimiento, con la consecución de los objetivos que la comunidad internacional se ha marcado alcanzar en el año 2030 para
construir un mundo mejor para las próximas generaciones. Es nuestra responsabilidad.
Esta nueva Agenda es una estrategia que nos hace partícipes y responsables a todos los actores públicos y agentes socioeconómicos, de generar un modelo económico basado en un crecimiento económico compatible con la salud del planeta, que garantice un reparto más equitativo de la riqueza y que ofrezca mejores oportunidades de vida a todas las personas. Y ha conseguido generar una gran unanimidad en todo el mundo.
En los cuatro añostranscurridos desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los gobiernos, las Instituciones Europeas y las Organizaciones Internacionales como Naciones Unidas, han situado a la economía social en el centro de la Agenda 2030,porque aporta un modelo empresarial que basa su razón de ser en la mejora de la calidad de vida de todas las personas y que demuestra que es posible compatibilizar la competitividad con la transparencia, la sostenibilidad, la solidaridad y la innovación social.
La economía social es una parte muy relevante del sector privado que genera el 7% del PIB y del empleo a nivel mundial. Aporta una forma de hacer empresa que promueve un crecimiento económico inclusivo a través de su fuerte compromiso con el trabajo decente, con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades y la inserción en el mercado laboral de colectivos en exclusión. El valor añadido de la Economía Social reside en su capacidad para promover una transformación social de la comunidad desde la que surge, contribuyendo a promover un cambio global desde y para los territorios, haciendo realidad los objetivos de la Agenda 2030 en el ámbito local.
El informe que CEPES va a publicar en breve sobre la contribución de la economía social a los ODS, pone de manifiesto que las empresas y organizaciones de la economía social están especialmente comprometidas en la consecución de los objetivos relacionados con la creación de trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), educación de calidad (ODS 4), igualdad de género (ODS 5), producción y consumo responsables (ODS 12), lucha contra el cambio climático (ODS 13), acceso a la salud y bienestar (ODS 3), fin de la pobreza (ODS 1), ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11), lucha contra el hambre (ODS 2), fomento de las energías sostenibles (ODS 7), respeto del medio marino (ODS 14), fomento de ecosistemas terrestres sostenibles (ODS 15), reducción de las desigualdades (ODS 10), acceso al agua (ODS 6) y generación de industrias sostenibles (ODS 9) y especialmente en el establecimiento de alianzas (ODS 17), objetivo fundamental para conseguir todos los demás, porque solos, ni instituciones, ni gobiernos, ni organizaciones podrán conseguirlo. Es el momento de la colaboración público-privada llevada al máximo nivel. Si el siglo XX ha sido el siglo de la Competencia, el siglo XXI ha de ser necesariamente el siglo de la cooperación, de las alianzas. Ahí va a radicar el éxito y la consecución de todos los objetivos.
Y ha sido este valor añadido el que ha hecho que la economía social haya adquirido un papel protagonista en las estrategias del gobierno de España para alcanzar los ODS en nuestro país. En 2018, el Plan de Acción aprobado por el Consejo de Ministros para la implementación de la Agenda 2030 incorpora a la Estrategia Española de Economía Social 2017-2020 como una de sus 9 políticas palanca. Y esta apuesta decidida por la economía social como actor clave de la Agenda 2030 se está impulsando desde nuestro país también a nivel internacional.
Las conclusiones de la reciente Academia de Economía Social y Solidaria organizada en Madrid por el Ministerio de Trabajo y la OIT en octubre de este año, en la que se dieron cita 150 expertos de 4 continentes para abordar el papel de la economía social en el futuro del trabajo insta a los gobiernos estatales, regionales y locales a incorporar a la economía social en sus políticas dirigidas a la consecución efectiva de los ODS.
Este compromiso internacional es también evidente cuando se aborda la contribución de la economía social a los ODS desde las políticas de cooperación al desarrollo, es decir, con aquéllas dirigidas a mejorar la calidad de vida de los países más desfavorecidos y a impulsar un desarrollo mundial más sostenible y equitativo. La Confederación Empresarial Española de la Economía Social, CEPES, está realizando un análisis de los proyectos financiados por fondos de la Cooperación Española en 37 países en 2016 y 2017 que cuentan con la participación de la economía social y los resultados confirman que es un actor transversal de la Agenda 2030 que contribuye a la consecución de los 17 ODS.
Desde CEPES vamos a seguir visibilizando este papel de la economía social, junto con otros actores privados y también de las Administraciones públicas para que cuente con los mecanismos que permitan aprovechar todo el potencial de estas empresas para generar un crecimiento sostenible en la nueva década que se inicia en las próximas semanas.