Actualmente operan en más de 50 países del mundo, en el 2020 alcanzaron a beneficiar a 25 millones de personas con un desembolso de USD500 millones de dólares. En el 2021 su contribución logró ayudar a 200 mil personas afectadas por el hambre, la desnutrición o desastres naturales en Centroamérica, gracias al motor sinérgico de las alianzas, lo que desde siempre formó parte de su estrategia.
¿Cuándo nace y a qué se dedica Acción contra el Hambre?
Somos una ONG internacional que surge en Francia en 1979, con un marcado carácter humanitario; como dice su nombre su objetivo es luchar contra el hambre, atendiendo tanto sus consecuencias, especialmente las que afectan a la infancia, como a sus causas entre las que destacan la carencia de alimentos, el acceso a agua potable, la mejora de las condiciones de higiene o de salud que repercuten finalmente en el estado nutricional. En nuestra labor se integran otros factores que son más estructurales, como el acceso a empleo, el apoyo al emprendimiento y la incorporación de personas al mercado laboral; además, de acciones de prevención contra desastres que siempre impactan en la productividad de las familias, en su capacidad para generar ingresos y dañan infraestructuras, tema que también nos lleva a otra de nuestras líneas de trabajo que es la asistencia humanitaria tras un desastre o en respuesta de un conflicto armado, como el que ahora asistimos en Ucrania. Para poder llevar a cabo nuestra labor en contexto muy diversos y complejos de todo el mundo, es esencial que nuestro trabajo responda siempre a los principios institucionales de Acción contra el Hambre; independencia, neutralidad, no discriminación, acceso libre y directo a las víctimas, profesionalidad, y transparencia.
¿En qué países se encuentran trabajando?
Trabajamos en más de 50 países. Tenemos sedes en España, India, Gran Bretaña, Canadá, Estados Unidos, Francia o Alemania y operaciones para América Latina, en países como Guatemala, Honduras, Nicaragua, parcialmente en El Salvador, a través de socios, y luego Colombia, Venezuela y Perú donde actualmente tenemos oficinas operativas y desarrollamos nuestros proyectos.
¿Cuántas personas vienen siendo beneficiadas gracias a Acción contra el hambre?
Nuestro accionar en el 2020 benefició a 25 millones de personas movilizando un presupuesto de 500 millones de dólares. En el caso de Centroamérica nuestro trabajo alcanzó a 200 mil personas en el 2021, y lo principal de nuestra labor fue dar respuesta, ese mismo año, a las consecuencias dejadas por los huracanes de máxima categoría Eta e Iota que golpearon a Nicaragua, Honduras y Guatemala, fue hacer un monitoreo de la situación de la seguridad alimentaria en Centroamérica.También destaca nuestra labor de monitoreo de la situación de seguridad alimentaria de los hogares centroamericanos, una tarea que nos permite llamar la atención sobre algunos lugares donde se intensifica la necesidad o la inseguridad alimentaria, y esto se combina con una labor de monitoreo nutricional de la infancia, de madres lactantes y embarazadas, por ser los grupos de población en los que una buena alimentación resulta fundamental para el desarrollo futuro de niños y niñas. También tenemos proyectos de rehabilitación de agua y saneamiento, proyectos de transferencias económicas a poblaciones de especial vulnerabilidad y proyectos de apoyo a población migrante.
¿Y cómo trabajan este seguimiento y accionar a favor de las poblaciones que no tienen alimento y que muchas veces se acuesta si haber ingerido alimento alguno?
Lo primero que hacemos es llamar la atención de la existencia de ese problema, muy intenso en el llamado Corredor Seco centroamericano, y esto implica un trabajo de campo, con visita a comunidades y hogares, de conversación con las personas y de encuestas normalizadas con indicadores estándares internacionales; tras esta etapa de diagnóstico se ponen en marcha programas de asistencia por un tiempo limitado que en los últimos años suelen implicar la entrega de dinero en efectivo para aquellas familias que se encuentran en una situación de mayor carencia alimentaria, para que puedan comprar alimentos de su preferencia en los mercados locales. Ya no es tan común la distribución de alimentos, porque esto implica un esfuerzo logístico muy complejo y porque restringe la libertad y las preferencias de las personas que requieren de esta ayuda.
¿Y cómo se determina el promedio de ayuda a estas familias?
En zonas rurales del llamado Corredor Seco centroamericano, entre mayo y agosto tenemos el periodo de “hambre estacional”, meses en los que las familias no disponen aun de sus cosechas de maíz y frijol, y tampoco se encuentra trabajo como jornaleros, por lo que deben reducir los tiempos de comida, o bien las cantidades consumidas, lo que finalmente repercute en un aumento de la desnutrición infantil. Es en este periodo en el que se concentra nuestra ayuda. En cuanto al dinero que se transfiere a estas familias beneficiadas son montos de entre 100 y 150 USD durante uno a tres meses, según los recursos disponibles y también de la intensidad de la carencia alimentaria.
¿Cuál es la importancia que tiene la comunicación para Acción contra el hambre respecto a la responsabilidad social que vienen trabajando?
Acción contra el Hambre es una organización humanitaria plenamente inserta tanto en las sociedades de los países en los que intervenimos y proporcionamos ayuda, como en los países de donde procede parte de la solidaridad que se canaliza en proyectos. Lo que nos permite la comunicación es conectar con la población y partes interesadas, nos permite visibilizar los problemas, llamar la atención y también aportar evidencias de lo que se podría hacer para mitigar esos problemas de los que hemos hablado.
Y también fundamental en el trabajo que realizan con las alianzas determinadas en los ODS 17 ¿cómo ven la evolución de la responsabilidad social y de las alianzas que se generan para acabar con el hambre en el mundo?
Lo primero, con la convicción de que sin ese tipo de alianzas es muy difícil avanzar, las alianzas son esenciales, porque ningún actor, por sí solo, es capaz de superar y encontrar soluciones a los múltiples desafíos a los que se enfrentan nuestras sociedades, sobre todo en países como Guatemala y Honduras. La construcción de alianzas exige ser pragmático, alejarse de dogmatismos; reconocer que todos los actores son importantes y que deben buscarse colaboraciones y sinergias con la mayoría de ellos.
Además del claro papel que tienen los Gobiernos y el sector privado, es importante reivindicar la importancia de las Universidades por su capacidad para generar conocimiento, además de ser espacios de referencia en la formación de profesionales. También es esencial la participación de la sociedad civil por su capacidad para actuar, fiscalizar, llamar la atención y evitar que se olviden determinados problemas. En definitiva, mediante la combinación de estos cuatro actores se favorece el avance de las sociedades y las economías.
Finalmente ¿cuáles son los retos y desafío que tiene Acción contra el hambre sobre responsabilidad en el marco de esta crisis alimentaria que ya se habla en el mundo?
En ese contexto, hoy nuestro trabajo se justifica más que nunca, estamos totalmente imbuidos en esta situación, en el que todos los indicios apuntan a que atravesaremos un periodo de crisis alimentaria, sobre todo en África, Medio Oriente y sin duda también tendrá una repercusión en América Latina. Por ello para nosotros es clave reforzar nuestra labor de monitoreo y de incidencia pública para llamar la atención sobre los problemas alimentarios, reforzar nuestra búsqueda y construcción de alianzas que incluyen a empresas y universidades. Entre nuestros compromisos internos de responsabilidad social destaca nuestra clara voluntad de reducir la huella de carbono derivada de nuestras actividades, al tiempo que ayudamos a las comunidades en las que trabajamos a que mejoren sus condiciones de vida y de adaptación ante el cambio climático.
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