La clave sobre quién será afectado por el calentamiento global se intuye en esta misma frase: todo el mundo. Es un problema mundial grave y todos los países del planeta están y seguirán experimentando efectos negativos medio ambientales hasta que adopten las medidas necesarias para cambiar el rumbo. Centro América ha sido considerada desde hace mucho tiempo una región muy vulnerable al cambio climático. México, por su particular ubicación geográfica (situado entre dos océanos), así como su latitud y topografía está expuesto significativamente a condiciones climáticas extremas, como sequías e inundaciones. Estos temas fueron sólo uno de los muchos discutidos durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP26.
Uno de los mayores problemas que enfrenta el país con respecto al cambio climático son las emisiones de carbono producidas individualmente por sus residentes y colectivamente por empresas que aún deben alinearse con prácticas sostenibles que respeten la biodiversidad y la conservación.
A pesar del cierre definitivo de más de un millón de empresas en el México debido a la pandemia, la importancia de las PYMES para la economía mexicana sigue siendo vital. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, generan el 72 por ciento del empleo y más del 50 por ciento del PIB de México.
El camino hacia la sostenibilidad de las Pymes
Es bien sabido que convertirse en un negocio sostenible es un reto y requiere una transformación en muchos sentidos. La clave para que las pymes lo logren, es entender que, con las herramientas correctas, el conocimiento, la financiación a largo plazo es posible que la sostenibilidad y la rentabilidad vayan de la mano y favorezcan una economía resiliente.
Puede parecer sencillo en teoría, pero como sabemos, no es así en la práctica. Por ejemplo, es posible que se desee utilizar menos plástico o sólo comer alimentos producidos orgánicamente, pero el costo y la disponibilidad de alternativas accesibles es a menudo imposible. Cuando se enfrentan al tema económico, las opciones se reducen drásticamente por cuestiones de presupuesto. Las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a estas mismas dificultades a mayor escala cuando se trata de integrar prácticas sostenibles dado el costo que implica esta transformación, la liquidez que normalmente tienen no es suficiente.
Por lo tanto, uno de los mayores retos a los que se enfrentan las PYMES para ser más sostenibles es el acceso a la financiación de mecanismos o prácticas especializadas además de la asesoría adecuada para desarrollar nuevas estrategias empresariales. Por otro lado, las PYMES son una gran parte de la economía mexicana, por lo que es imperativo que sean más sostenibles. Sin embargo, el mayor problema al que se enfrentan es que la mayoría de las instituciones bancarias aún no están en condiciones para proporcionarles apoyo financiero. Es por eso que iniciativas como eco.business Fund son cruciales para que existe un cambio trascendente.
El poder de las finanzas verdes
La misión del eco.business Fund es fomentar la financiación verde. Las inversiones centradas en el medio ambiente han aumentado considerablemente en los últimos años y, tras la pandemia, las oportunidades de financiación son más que bienvenidas. Después de la caída de la economía mexicana en 2020, las perspectivas de recuperación para 2021 se estimaron entre cuatro y cinco por ciento de crecimiento del PIB, con importantes oportunidades para los sectores manufacturero y agrícola vinculados al mercado de exportación de Estados Unidos. Las inversiones del eco.business Fund de más de USD 80 millones a instituciones financieras no bancaria (NBFI) en México también contribuyen a una recuperación verde en el país.
El fondo de inversión fue iniciado en 2014 por el KfW Development Bank de Alemania, el Conservation International Finance in Motion, y el apoyo financiero del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania. El Eco.business Fund está comprometido a promover prácticas empresariales y de consumo que contribuyan a la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales y la mitigación y adaptación al cambio climático.
Con el tiempo, ha quedado claro que los mercados de capital pueden desempeñar un papel fundamental en la financiación de la conservación y la sostenibilidad a largo plazo. Es por eso que nos apasiona aumentar el compromiso de las partes interesadas en el sector financiero en convertirse en agentes de cambio para impulsar una transformación verde. Por ejemplo, Mercader Financial, con sede en la Ciudad de México, que recibió un préstamo garantizado de US$15 millones del fondo, trabaja con PYMES en los sectores de manufactura, servicios y agronegocios. Al asociarse con Mercader, el financiamiento ayudará a generar impactos ambientales ya que es posible tener acceso a equipos eficientes para el procesamiento de alimentos, agricultura protegida o invernaderos, así como otras soluciones tecnológicas en las cadenas de valor de granos y frutas. Por otro lado, la financiación también contribuye a la reactivación económica de México y a la tan necesaria re-generación de fuentes de empleo.
Generación de impactos
Una inversión en la agricultura protegida por sí sola puede hacer una diferencia considerable en la reducción de la huella de carbono del sector agrícola. Por ejemplo, aumentar la productividad al mismo tiempo que se reduce la presión del uso de la tierra, disminuir el uso de agua hasta en dos tercios y reducir el uso de fertilizantes y pesticidas en un 40 y 67 por ciento, respectivamente – todo ello son factores críticos para mejorar la resiliencia climática de la agricultura mexicana. Gracias a la inversión del fondo, Mercader ha ampliado el acceso a financiamiento verde a clientes que quisieran implementar estos cambios pero no tienen acceso a financiamiento a largo plazo.
La estrategia ya se ha implementado en otros países, asegurando un enfoque de impacto específico, aprovechando alianzas estratégicas y estableciendo una sólida base de inversionistas para promover la financiación para la conservación. Además de América Latina, el fondo también proporciona fondos verdes dentro del Caribe y el África subsahariana, ya que son algunas de las regiones más biodiversas del mundo.
Utilizando una sólida teoría del cambio para medir el impacto generado, el fondo publicó en su último informe que, durante el período de diciembre de 2020, tanto sus actividades y sus socios han contribuido a ahorrar 4,5 millones de metros cúbicos de agua a través de la financiación del agua con tecnologías eficientes, así como evitar el uso de 37.000 litros de herbicida, entre otros logros.
Pero hacer que el financiamiento para la conservación se generalice no puede ocurrir en el vacío. Sólo la acción colectiva de todos los actores del ecosistema financiero, desde los inversores en el fondo hasta las instituciones financieras locales o los actores corporativos a lo largo de la cadena de valor, puede abordar verdaderamente el cambio climático. Porque cuando se trata de desacelerar y en última instancia revertir el calentamiento global, de nuevo, la clave está en el nombre – que necesita un enfoque colectivo y amplio para crear una solución sostenible.