La Organización de las Naciones Unidas llevó a cabo en 1992, la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro, Brasil, en la cual se enfatizó que tanto el ser humano como la naturaleza son elementos indispensables para un adecuado desarrollo sostenible. En ese evento global, los países miembros de la ONU, se comprometieron a reducir el impacto nocivo del avance industrial sobre el planeta. A la fecha los logros son limitados: la temperatura global se ha acelerado, los ecosistemas continúan siendo afectados y los océanos, mares y lagos están llenos de plásticos y otros contaminantes.
En un momento coyuntural para la humanidad, no hay tregua en el combate al cambio climático. Las iniciativas que se han planteado no parecen ser suficientes para preservar el equilibrio de los recursos naturales y, por supuesto, de la vida en la tierra.
En contraparte, la industria es un elemento clave del crecimiento económico y del bienestar de la sociedad. La necesidad de maximizar los resultados en las economías, sobre todo en los países en desarrollo, no ha dado prioridad a la preservación del medioambiente en sus procesos de planificación.
Frente a este panorama, existe la certeza de que es factible separar el desarrollo industrial de la devastación medioambiental, al reducir el consumo de recursos naturales y maximizar la eficiencia energética y, al mismo tiempo, contar con industrias limpias que ofrezcan grandes beneficios.
Existe una variedad de alternativas como parte de las soluciones que ofrece Veolia, líder global en gestión de residuos, agua y energía, así como de la operación y administración de recursos, que ayudan a las industrias y a una diversidad de instalaciones, a mejorar la productividad en el aprovechamiento del agua y otros elementos, y también a reducir las emisiones contaminantes. De forma paralela, impulsan la eficacia, facilitan la recuperación de materiales y fomentan las prácticas de reciclaje y reutilización.
Un ejemplo de estos procesos exitosos es la economía circular. La Organización de las Naciones Unidas ha manifestado que la aplicación de este modelo en los mercados, podría reducir hasta un 99% el total de los desechos de sectores industriales y las emisiones de gases de efecto invernadero, ayudando a combatir el cambio climático. Este tipo de economía se logra a través de la reparación, reciclaje, reuso y reelaboración de los productos.
La eficiencia energética se ha convertido en otro de los grandes temas que confronta productividad contra efectos en la naturaleza. Desde los hoteles, hospitales y las universidades hasta los supermercados y las fábricas, los grandes edificios pueden ser activos costosos con grandes facturas de energía. Estos elevados costos, aunados a las altas emisiones de carbono, se convierten en una alta prioridad para la mitigación del cambio climático, la presentación de informes y el cumplimiento de las normas ambientales. En este caso es posible asesorarse con expertos que brinden supervisión e información sobre el consumo de recursos, indicadores clave de rendimiento, medición inteligente, estrategia de carbono y sostenibilidad, así como auditorías de energía.
En nuestro país ya se usa de manera exitosa el Hubgrade, solución de Veolia que conjuga la tecnología con los expertos y que puede ser usada tanto por ciudades como industrias. Esta plataforma digital es capaz de generar indicadores para controlar el buen funcionamiento de las instalaciones en tiempo real. El análisis detallado permite no solo anticiparse a posibles riesgos sino que también optimiza el consumo, generando ahorros y ayuda a reducir la huella ambiental.
Otra opción para contribuir a la preservación del entorno natural es la obtención de combustible alterno a través del tratamiento de residuos industriales, los cuales al ser procesados se transforman en Combustible Formulado Sólido (CFS). Ejecutar este tipo de acciones reduce la cantidad de toneladas que se llevan a disposición final para minimizar el impacto ambiental y que empresas socialmente responsables disminuyan el uso de combustibles fósiles o nucleares.
Finalmente, a través de servicios como el Manejo Integral de Residuos o Total Waste Management®, expertos podrán clasificar, eliminar, reducir y reutilizar los desechos. Es decir, se cuenta con un equipo de especialistas que realiza la gestión de residuos desde las instalaciones de las empresas para poder vigilar, analizar y optimizar los recursos posibles, y con la trazabilidad de los mismos poder verificar que los residuos valorizables o no valorizables lleguen a su destino final.
La tecnología no sólo nos permite desarrollar nuevos productos, sino que también debemos tomarla en cuenta para cuidar nuestros recursos, porque estos son finitos. Es por ello que necesitamos protegerlos, preservarlos y re-utilizarlos para que reduzcamos el impacto ambiental y hagamos frente al cambio climático.