Es indispensable que continúe la colaboración articulada de todos los actores del ecosistema emprendedor
En México, las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) representan el 99.8% del total de las unidades económicas y generan 7 de cada 10 empleos, esto nos da un parámetro sobre la importancia de diseñar políticas públicas y programas que permitan impulsar su competitividad.
Al igual que en el resto de América Latina, el impulso a las MiPyMEs y emprendedores en México se aceleró en la última década. Sin embargo, uno de los principales retos que tenemos es el de “disminuir la brecha de productividad” para las MiPyMEs, ya que, en comparación con Estados Unidos, España, Turquía o algunos países miembros de la OCDE, su contribución al valor agregado es del 60% en promedio, casi el doble que, en México, donde apenas superamos el 30%.
Por lo anterior y tomando en cuenta la importancia de este sector, el gobierno de la república creó el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) en el año 2013, organismo que acompaña a los emprendedores y las MiPyMEs mexicanas en el desarrollo o crecimiento de su negocio, a través de cuatro líneas estratégicas: fortalecimiento de habilidades y capacidades; acceso a financiamiento y capital; incorporación y adopción de tecnología para la innovación, así como la articulación de cadenas de valor.
Estas acciones buscan que las empresas sean más competitivas y productivas, lo que a su vez ha contribuido a la reducción de la tasa de mortalidad de sus negocios, que, en nuestro país, actualmente, ronda en los ocho años.
Además, como una estrategia única de vinculación, el INADEM creó la Red de Apoyo al Emprendedor, a través de la cual organizaciones públicas y privadas ofrecen sus programas, productos, servicios y soluciones a todas aquellas personas que desean iniciar un negocio o quieren hacer crecer el que ya tienen.
Actualmente, esta red cuenta con 596 puntos en todo el país, ofrece 163 programas con los cuales se han atendido, en cinco años, a 1.6 millones de emprendedores y más de 630 mil MiPyMEs mexicanas.
Desde su creación, el INADEM ha trabajado para ampliar las oportunidades de acceso al financiamiento. A través del Sistema Nacional de Garantías ha beneficiado a más de 509,254 empresas logrando inducir crédito bancario a las MiPyMES y emprendedores por más de 609,564 mdp.
Ha impulsado el desarrollo de nuevos esquemas de financiamiento, como los ángeles inversionistas y los fondos de capital emprendedor, que representan una fuente de “dinero inteligente” para los emprendedores en etapas tempranas, ya que además de recursos, estos fondos brindan acompañamiento, se involucran en la toma de decisiones e impulsan a los emprendedores a implementar prácticas de gobierno corporativo, con lo que se logra un crecimiento más orgánico e impacta directamente en su competitividad y productividad.
Aunado a otros importantes esfuerzos de las políticas públicas de apoyo a las emprendedores y MiPyMES, estas medidas han contribuido a que actualmente México sea uno de los diez países más atractivos para invertir, según la UNCTAD (United Nations Conference on Trade and Development), así como el tercer país líder en innovación en América Latina, detrás de Chile y Costa Rica.
Sin embargo, aún hay un extenso camino por recorrer si lo que buscamos es reducir la brecha de productividad en la MIPYMES, que son la columna vertebral de la actividad económica e impulsores del desarrollo económico de México.
Para ello, es indispensable que continúe la colaboración articulada de todos los actores del ecosistema emprendedor para que, de manera conjunta, logremos seguir construyendo historias de éxito.
*Este artículo pertenece a Somos Iberoamérica.
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