¿Cómo valora los resultados de Río +20?
La UE ha dado un recibimiento cauteloso a los resultados de Río +20, aunque algunas de nuestras pretensiones no se lograron plenamente. Entre los éxitos figuran el reconocimiento de la necesidad de una economía verde, los compromisos en áreas claves para la acción futura y el progreso en las metas de desarrollo sostenible. En cambio, se han producido menos reformas institucionales de las esperadas inicialmente.
La UE secundó una serie de compromisos en áreas importantes como el agua, la energía, los ecosistemas, los alimentos y el consumo y producción sostenibles. En particular, se adoptó un marco de diez años para la acción sobre el consumo y la producción, con una serie de compromisos tales como el derecho al agua potable y el saneamiento, la necesidad de abordar la degradación del suelo y los océanos saludables. La UE defendió la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente con un mandato universal, pero únicamente se logró el fortalecimiento de una serie de funciones del PNUMA, el Programa Ambiental de las Naciones Unidas. En cambio, la Comisión acogió con satisfacción la manera en la que la declaración de Río+20 hace un llamamiento a las empresas y a la industria para participar en las prácticas responsables y sostenibles. Aunque el texto acordado no se corresponde con las ambiciones de la UE y los retos a los que se enfrenta el mundo, representa un paso en la dirección correcta.
¿De qué manera ha contribuido la RSE a impulsar la minimización de los impactos ambientales?
No hay duda de que la RSE tiene el potencial de generar acciones ‘virtuosas’ por parte de las empresas y puede proporcionar una gran cantidad de ideas creativas sobre cómo abordar las cuestiones ambientales y sociales. Nuestro objetivo es crear un enfoque común, sólido y verificable, sobre la base de la evaluación del ciclo de vida que cubra los principales impactos ambientales de determinados sectores.
Creemos que es importante que este enfoque sea promovido a través de acciones de RSE, como la vía preferida para tratar asuntos ambientales. Sin embargo, en virtud de la RSE, las empresas tienen total libertad para elegir cómo abordar estas cuestiones. Puede resultar difícil verificar sus afirmaciones y, debido a la multitud de enfoques utilizados, su rendimiento no es comparable en los distintos sectores. Es por eso que la CE tiene como objetivo general fomentar la verificabilidad de todas estas actuaciones y aboga por la comparabilidad y la fiabilidad de los datos comunicados, en lo que sería una especie de ‘transparencia responsable’.
¿Cómo está afectando la crisis europea a la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente en el viejo continente?
Cuando la gente está preocupada por sus empleos y sus hipotecas, es natural que sea quizás menos receptiva a los llamamientos para cambiar su comportamiento desde un punto de vista ambiental. Sin embargo, es la responsabilidad de los gobiernos recordar a ciudadanos y empresas que los cambios beneficiosos para el entorno a menudo también lo son para la economía. Una estrategia de crecimiento verde ofrece la oportunidad de convertir cantidades suficientes de capital financiero en inversión emprendedora para un futuro sostenible.
Estrategias de crecimiento verde y acciones de bajo carbono, basadas en regulaciones y en la credibilidad institucional, permiten una creciente eficiencia de los recursos y una reducción de emisiones. Además, contribuyen a la creación de trabajo, al aumento de la innovación, así como a la estimulación de la inversión
extranjera y al acceso a nuevos mercados.
Los ministros europeos de energía se han puesto de acuerdo para reducir en casi un 62% el objetivo de ahorro energético para el año 2020 en la propuesta de Directiva sobre la Eficiencia Energética. ¿Cuál es la razón de esta importante reducción? ¿Pone en peligro el liderazgo de Europa en el área del medio ambiente?
La Directiva sobre la Eficiencia Energética jugará un papel esencial de cara a proporcionar el marco jurídico para alcanzar el objetivo de eficiencia del 20%. No estamos en absoluto en el buen camino para cumplir este objetivo y es por eso que la Comisión ha presentado su propuesta. Es cierto que se ha diluido hasta cierto punto. Sin embargo, un acuerdo para lograr un objetivo de ahorro energético del 20% es todavía posible bajo la presidencia danesa.
Encontrarás la entrevista completa en el primer número de la revista Corresponsables. Consíguelo gratis aquí.