International Youth Foundation es una organización que viene trabajando 33 años en más de 100 países conectando iniciativas relacionadas a mejorar las condiciones de transición entre la educación y el primer empleo. A lo largo de estos años ha beneficiado a más de 7 millones de jóvenes de forma directa y más de 12 millones de manera indirecta. En México ya lleva más de 12 años.
No obstante que el mundo ha avanzado económicamente en muchas regiones y países, este progreso no ha sido sincrónico con la población y se han generado importantes brechas económicas y de acceso a la educación de calidad.
En ese sentido, la Internacional Youth Foundation conecta la necesidad de los mercados laborales con los jóvenes y así ayuda a sus familias a mejorar sus ingresos económicos.
“Incursionamos a través de programas de habilitación, de habilidades socioemocionales, habilidades técnicas y educación de calidad, lo cual es pertinente para conectarlos con la realidad económica y así provocar dinámicas donde podemos incrementar el ingreso de las familias y de esta manera promover la prosperidad”, señala Miguel Armendariz, director de país para International Youth Foundation en México.
A través de aliados, la International Youth Foundation se acerca a los jóvenes y genera una narrativa de lo útil y fundamental que es la educación para avanzar en la vida, de tal manera que los motive a continuar con sus estudios.
“Las maestras que son nuestro brazo aliado para llegar a tantos jóvenes, y les damos diversos contenidos actualizados pertinentes, conectados a la vanguardia de la industria. Entonces ahí empieza la magia, así llegamos a los jóvenes a través de convocatorias de ONG y con organizaciones”, subraya.
Asimismo, para los jóvenes que han dejado la escuela por algún motivo y no estudian ni trabajan, aplican otra estrategia, a través de organizaciones locales, para capacitarlos y conectarlos con el mercado laboral.
“Para que puedan ir a buscar un trabajo e incrementen significativamente lo que pueden negociar para recibir como un salario en el mercado formal. Así es como lo hacemos”, señala Armendariz.
En ese sentido, refiere que para llegar a más jóvenes implementan campañas de comunicación, utilizan a los aliados locales, siempre escuchando y dialogando con las mesas de los consejos empresariales, los clusters productivos conformados por industrias.
De otro lado, refiere que el mundo ha cambiado “drásticamente” como sociedad tras el paso de la pandemia del Covid-19, en la forma de trabajar y estudiar, que da paso a nuevos retos.
“Entonces el gran reto de la de la Fundación es cómo adaptarnos de manera rápida a esas necesidades que son exponenciales y de manera creciente, que van de día a día con la inteligencia artificial ¿Cómo serán los trabajos del futuro?¿A que nos enfrentamos?¿Cómo estamos mitigando los riesgos que esto implica?”, señala.
Otro gran reto de la Fundación es la salud mental, que es un componente para tratar de enriquecer el tejido social de los programas a fin que estén alineados al bienestar del ser humano.
“No estaríamos trabajando en todas las demás esferas, si no concebimos al ser humano como el eje rector de nuestras iniciativas, de lo contrario estaríamos caminando por un sentido en equivocado”, señala.
“Entonces estos son los grandes retos, mantener el ritmo, mantenernos en la narrativa y mantener a todos nuestros actores con ese interés de seguir invirtiendo por la juventud, invirtiendo por quienes te rodean”, puntualiza.