El informe Circular Gap Report 2023 destaca que en los últimos 50 años la cantidad de materiales vírgenes extraídos se ha triplicado, debido al aumento de la población mundial y a la demanda de recursos, de los cuales más del 90% no son aprovechados, convirtiéndose en residuos que permanecen por años en los ecosistemas.
Además señala que la demanda de recursos también ha ocasionado un sobregiro en el planeta que supera cada vez más su capacidad de regeneración. ,Por ejemplo, se estima que actualmente para satisfacer los estilos de vida y consumo actuales se necesita lo equivalente a 1.75 planetas Tierra.
Ante este escenario, Kolibri, consultora de impacto en Latinoamérica, señala que la circularidad o economía circular es el modelo ideal para construir un futuro más sostenible, en el que los recursos se utilicen de forma eficiente y se reduzca la generación de residuos.
Carolina Perez Guzmán, Gerente Senior de Flujo de Materiales en Kolibri, sostiene que la economía circular es clave para fomentar un cambio cultural en el que se adopten modelos de negocio que tengan como base optimizar el uso de recursos para satisfacer las necesidades de las personas, promoviendo la salud, la educación y el empleo digno, en lugar de modelos lineales que se centren en la acumulación y desperdicio de materiales.
La economía circular tiene un impacto positivo en el plano económico y laboral. Europa y Asia lideran el camino hacia la circularidad, mientras que en América Latina empiezan a adoptarse medidas al respecto. En el caso de México, recientemente entró en vigor la Ley de Economía Circular, la primera en el país que aborda la creación de alternativas económicas que aprovechen los recursos, sin dañar el ambiente.
¿Cómo se debe avanzar hacia la circularidad y ser más responsable con el planeta?
Kolibri destaca las cuatro estrategias principales de la economía circular “reducir, ralentizar, regenerar y circular”. Además distingue cuatro oportunidades circulares que pueden ayudar a reducir la brecha de circularidad actual:
Diseñar para la circularidad: implica la creación de productos y servicios priorizando su durabilidad. Es decir, que estos puedan ser reparados y reutilizados, y cuyos materiales se puedan reciclar o reinsertar en la economía.
Fortalecer los modelos de negocio circulares: la adopción de modelos de negocio circulares aumenta la eficiencia de los recursos. Estos modelos incluyen la reutilización, la reparación, el reciclaje y la venta de servicios en lugar de productos.
Fomentar la colaboración en la cadena de valor: implica trabajar con los diferentes actores de la cadena para maximizar el valor de los insumos y recursos, reducir los residuos y mejorar la eficiencia de los materiales.
Fortalecer las políticas públicas y regulaciones: contar con políticas públicas y un marco regulatorio es importante para impulsar la transición hacia una economía circular, ya que éstas pueden establecer objetivos concretos y proporcionar incentivos para la adopción de prácticas circulares.
Kolibri apunta que para lograr una transición a la circularidad e impulsar un verdadero cambio en la forma en la que se producen y consumen los productos y servicios se necesita la colaboración de todos los actores del sistema económico actual: empresas, gobierno, consumidores y la población en general.
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