Los usuarios de los bancos minoristas de América Latina indican que la política de inversión de su banco es el aspecto más crucial de su percepción de “finanzas sostenibles”, según un sondeo realizado en seis países por Sherlock Communications.
Al preguntarles qué esperan de un banco que se autodefine como sostenible, el 43% de los encuestados de la región considera que la transparencia en torno a la política de inversión del banco es primordial, superando a cualquier otro factor.
Además de ser el componente más destacado de las afirmaciones de sostenibilidad, el 81% de los encuestados cree que los bancos deben informar a sus clientes sobre cómo emplean los fondos de sus depósitos. Sin embargo, solo el 28% piensa que sus bancos proporcionan información clara sobre la inversión de su dinero, y otro 9% menciona que “los bancos comparten esta información pero tienden a ocultarla entre montones de texto”. Solo el 6% de los encuestados manifiesta que no le importa cómo invierten su dinero los bancos.
“Este sondeo muestra claramente que hay una brecha considerable entre las expectativas de los clientes en cuanto a transparencia por parte de los bancos sobre sus políticas y carteras de inversión, y la forma en que los bancos realmente se comunican con ellos”, dice Patrick O’Neill, socio director de Sherlock Communications.
En cuanto a lo que debería incluir la política de inversión de un banco, los latinoamericanos muestran un sólido respaldo a las políticas que prohíben a los bancos otorgar créditos a empresas con impacto social y ambiental negativo: el 83% considera que “las empresas que no respetan a las personas no deberían acceder al crédito”, y el mismo porcentaje está de acuerdo en que “las empresas que dañan el medio ambiente” tampoco deberían recibir préstamos.
Aunque la mayoría de los encuestados está a favor de cortar el crédito a empresas vinculadas al crimen organizado (80%), aquellas que causan desastres ambientales (79%) y el trabajo infantil (78%), también hay un apoyo notable para negar el crédito a ciertas industrias dominantes. Por ejemplo, el 49% considera que los bancos no deberían financiar a las petroleras, mientras que el 50% opina que las empresas de moda rápida también deberían ser excluidas del crédito, y el 58% desea que se prohíba el crédito a las industrias de plástico desechable.
“La encuesta indica que una parte significativa de los latinoamericanos cree que los bancos deberían usar sus políticas de inversión para influir en el comportamiento de las empresas, no solo de aquellas que operan al margen de la legalidad, sino también de las que están en industrias con impacto ambiental negativo”, afirma Pedro Gerhardt, socio director de la consultora de sostenibilidad Kaapora Finance y autor de ‘Finanzas Verdes: Guía de financiamiento sostenible para América Latina’.
Los bancos que adoptan políticas de inversión ASG podrían beneficiarse de nuevas cuentas y mayores depósitos. Un impresionante 62% de los mexicanos encuestados indica que preferiría un banco que invierta en acciones benéficas para la sociedad y el medio ambiente, y más del 70% cambiaría o consideraría cambiar de banco si supiera que invierte en empresas que causan desastres naturales.
Más de la mitad (52%) afirma que su elección de cuenta bancaria está influenciada por el desempeño socioambiental del banco, y el 75% cambiaría de banco si encontrara otra institución con mejores prácticas de sostenibilidad.
Solo el 11% no estaría interesado en trasladar su cuenta a un banco con políticas de sostenibilidad más estrictas.
“La movilidad de cuentas ha aumentado en América Latina en los últimos años, impulsada por las fintechs y las innovaciones regulatorias en torno a la banca abierta y los burós de crédito positivos. Los días en que los grandes bancos minoristas de la región tenían clientes ‘cautivos’ han pasado, y esta encuesta muestra que los ganadores en esta nueva era serán aquellos bancos con políticas de inversión sólidas y una comunicación clara y comprensible”, concluye Gerhardt.
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