Casi imperceptible, la iluminación es un elemento primordial para el bienestar de las personas y la productividad. Conforme avanzan las tecnologías, los usuarios y los constructores se van haciendo más conscientes de esta importancia, incentivando una industria en constante innovación.
Esto ha impulsado que los ingresos en México del mercado “lámparas e iluminación”, lleguen a los 756 millones de dólares (mdd) a finales del 2023, con un crecimiento anual del 4.32% entre 2023 y 2028 según Statista. Por su parte, el segmento de “confort e iluminación” sumaría unos 87.8 mdd en ingresos para este año, con un avance interanual del 16.51%, resultando en un volumen de mercado de 188.4 mdd para 2028, detalla otro análisis de la fuente.
Hablando concretamente del 2023, ¿cuáles fueron las tendencias en iluminación que marcaron el año? De acuerdo con Juan Carlos Laso, CEO de Grupo Construlita, al que pertenece la marca mexicana experta en iluminación profesional Construlita, la respuesta son tres puntos, que van de la comodidad y personalización, a la sustentabilidad y algo de diseño.
“La gente espera que los productos de iluminación les permitan hacer varias cosas, y no entreguen siempre el mismo resultado. Ahora, valoran demasiado la capacidad de configurar el tipo de luz para estudiar y hacer home office, por ejemplo, o adecuarla a las temperaturas de color recomendadas para dormir, ver televisión, leer, etcétera”; comenta.
Las temperaturas de color, medidas en grados Kelvin (K), se refieren a la característica de la luz visible que determina si parece más rojiza-anaranjada o más azulada. Existen de tres tipos:
· Luz cálida (menos de 3000K): Al producir una una luz más amarilla o anaranjada, crea un ambiente acogedor y relajante. Se usan comúnmente en en hogares, restaurantes y espacios que buscan una atmósfera íntima.
· Luz neutra (3000K-5000K): De tono más blanco y neutral, es ideal para oficinas, cocinas, baños y áreas de trabajo donde se necesita una buena visibilidad. Ofrece equilibrio entre un ambiente acogedor y una iluminación eficiente para desarrollar tareas.
· Luz fría (más de 5000K): Produce luz azulada, similar a la de un día soleado, y es la recomendable para entornos comerciales y áreas donde se requiere una alta concentración y visibilidad, incluyendo hospitales y fábricas.
Esto se logra con la iluminación inteligente, que ha ganado terreno y se diversifica cada vez más para atender todo tipo de necesidades. “Ahora, la mejor solución son los luminarios LED que llevan la personalización a un nuevo nivel, al poderse configurar con apps que controlan desde el color e intensidad, hasta el momento de encendido o apagado automáticamente, entre otros parámetros. Dicha automatización ya no se limita a la iluminación solamente, sino que hoy en día también se puede llevar a otros dispositivos como sensores, por ejemplo”; explica Juan Carlos Laso.
2. Minimalismo eficiente
En iluminación y arquitectura, la tendencia del minimalismo se centra en la utilización de formas geométricas básicas y la reducción de elementos a lo esencial.
“Se trata de crear espacios que sean funcionales y estéticamente agradables, sin excesos ni complicaciones innecesarias. Aquí aplica la famosa frase ‘menos es más’. Diseñando proyectos que aprovechen la mayor cantidad de luz natural en los espacios, para no consumir la artificial aunque ésta sea LED y energéticamente muy eficiente, en comparación con otras tecnologías en camino a la obsolescencia. Lo mismo se nos pide a los fabricantes en cuanto a materiales empleados”; señala el CEO de Grupo Construlita.
Algunas características de esta corriente, son:
· Simplicidad en el diseño: El minimalismo favorece líneas limpias y claras, evitando la ornamentación excesiva y detalles superfluos. Se enfoca en la funcionalidad y la forma pura.
· Espacios abiertos y despejados: Los espacios suelen ser abiertos, amplios y con poco mobiliario, para crear ambientes que transmitan tranquilidad y un despeje visual.
· Iluminación integrada y sutil: Aquí la iluminación juega un papel crucial, dando preferencia a fuentes de luz discretas y bien integradas en la arquitectura; por ejemplo, tiras de LED ocultas, luminarias empotradas y la maximización de la luz natural.
· Funcionalidad y eficiencia: Cada elemento en el diseño minimalista tiene un propósito. No hay lugar para cosas puramente decorativas sin función práctica.
3. Ciudades amigables
Por último, el experto en iluminación profundiza en el papel de la arquitectura en la contaminación lumínica. “La contaminación lumínica en las ciudades o desde el punto de vista arquitectónico, se refiere al exceso de luz artificial en el ambiente nocturno, que es innecesaria, intrusiva o mal dirigida. Con la integración de luminarios a base de LED, aquí también hay oportunidades de optimización, ya sea en el ámbito público o en el privado. En el caso de los edificios, ya hay herramientas de automatización tipo industrial que no sólo fomentan un uso inteligente de la luz, sino también de otros consumos de electricidad”.
Esta forma de contaminación tiene varias implicaciones negativas para el medio ambiente y la naturaleza, así como para los seres humanos. Puede desorientar a los animales nocturnos, alterar los patrones migratorios de las aves y los ciclos reproductivos y de alimentación de diversas especies; además, los ecosistemas que dependen de la oscuridad natural pueden verse perturbados, afectando el equilibrio ecológico. Mientras que la exposición excesiva a la luz artificial durante la noche puede modificar nuestro ritmo circadiano, que es esencial para el sueño y otros procesos corporales, llevando a problemas de sueño y otros relacionados con la salud.
Para combatir la contaminación lumínica desde el punto de vista tecnológico y arquitectónico, se pueden tomar varias medidas, como: El uso de iluminación dirigida a través de luminarios que transmitan la luz hacia abajo, donde es necesaria, en lugar de hacia el cielo; la implementación de sistemas de control, que ajusten la intensidad de la luz según las necesidades y que apaguen o reduzcan la iluminación en horas innecesarias; aparte de un marco normativo que limite la cantidad y tipos de iluminación permitida en ciertas áreas, especialmente cerca de zonas sensibles como reservas naturales.
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