”Una mujer que ama su territorio y un país millonario en naturaleza y cultura”. Así se define Hilda Cortés y a México, su país natal. Al ser hoy el Día Mundial de las Abejas, fecha que busca conmemorar al antófilo, nos comenta de manera detallada su historia y cómo la sostenibilidad, sin preguntárle por alguna buena práctica de su empresa, Abeja Reyna, forma parte de sus operaciones día tras día, a quien pone como slogan de organización “mi empresa cuida y atiende abejas”
Sin tener ancestros y de puro accidente comenta que fue su ingreso a la Apicultura. Relata que, en ese entonces, era empresaria en Jalisco y fue a través de un joven que se iba Estados Unidos a perseguir el “Sueño Americano” y dejaba sus 150 colmenas. Al inicio este joven quiso vender la colmena y daba información rápida, pero fue el significante “polinización” que llamó la atención de Hilda.
“No se acerque mucho sin tener un traje”, le dijeron en su visita a la colmena. Aún así, el deseo de poder descubrir a las abejas fue mayor y entró sin traje sin impotar que le piquen. Caminaron hacia ellas, levantaron la tapa de la caja, saca un alza y ve el trabajo de las abejas, siendo un momento impactante “al ver su grandeza y que hacían mucho sin pedir nada”. Hilda comenta que fue la bondad y riqueza por parte de las abejas que pidió a aquel joven un tiempo para aprender, aunque tenía que estar en dos semanas en EE.UU. Cinco minutos después, la Fundadora de Abeja Reyna compró las abejas y se regresó con su familia a Michoacán.
Aquella historia sucedió hace treinta y tres (33) años. Hoy llega a ser una historia que le cambió la vida para empezar a trabajar en Abeja Reyna, vendiendo productos que van desde artefactos de belleza como jabones hasta miel en polvo, la cual es un producto dificil de procesar. Desde París trajo las fórmulas para las cremas, jabones, perfumería, pero toda materia prima debía ser de su tierra. Esto lo hizo junto a sus siete sus hijos y, hoy en día, también con sus tres nietos, quienes siguen con ella trabajando en su empresa.
Al momento de hablar de las prácticas laborales, habla de las oportunidades que brinda a mujeres adultas. “En este país si tienes 38 a 40 años ya no dan trabajo a las mujeres”, lo dice con una voz de desilución, pero luego recuerda el gran aporte intelectual y comercial que le brinda tanto a Abeja Reyna como a si mismas trabajando en distribución y como embajadoras de la marca. Argumentó también que posee en primer lugar a la familia para respetar sus métodos de trabajo con sus colaboradores, con lo cual pudo hacer que a las mujeres que trabajan en su emrpesa les de inspiración; han colgado sus títulos para que sepan lo que han logrado y al mismo tiempo, una vez que temrinan sus labores, ellas también han retomado a su tiempo en familia, trabajando ambos puntos.
Invitar a informar que pueden tener hasta a tres colmenas. Hoy es un llamado de la naturaleza, ya que, afirma, si se acaban las abejas, entonces se acaba el ser humano y se acaba lo verde.
No fue hasta un rato más que se inició el cuestionamiento sobre el comportamiento de las abejas: Se habló de las afirmaciones que son necesarias y responsables de que nuestro planeta tenga vida, hasta la creencia de que son insectos que solo dan miel y picaduras que pueden provocar la muerte en algunos seres humanos. Ahí recuerda a su madre, quien le dijo en un día de campo que “las abejas son animales que pican mucho y sólo da la miel, y que si uno puede, que la mate”. Hoy es más que claro que la impresión de aquel día fue erronea, pues las entiende y sabe que, como todo ser vivo, se defiende. Por eso, afirma, va sin bañarse por dos días antes de verlas para que la abeja pueda percibir las hormonas y conocerla. “Ahí la abeja sabe quien es, te conoce y te hace su familia. Entonces le dice a la gente que quiere subir, que se ponga el equipo y sigan la regla para que no perciba peligro. “Sucia, pero con tanto amor y respeto que ellas (las abejas) me cuidan”. añade a la conversación.
Aquella última experiencia pide repetirla con las personas que visitan las colmenas. Un caso son los músicos que van a tocar el violín: Les pide que vayan sin uniforme protector y sin bañarse los dos días. Las abejas con la música y vuelvan arriba de la cabeza de los músicos. Afirma que deberá añadir una toma, ya que no existe material audiovisual por el moemnto, pero está segura que a la ciencia y a toda la población, sobretodo a quienes aún mantienen ciertos estereotipos de las abejas, les encantará.