Según el reciente estudio Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe , que han publicado junto a la CEPAL, el desempleo en América Latina y el Caribe aumentaría en 2016 por deterioro económico regional. ¿Cuáles son las principales perspectivas del estudio?
Según las proyecciones de crecimiento económico de la CEPAL, igual que en 2015, en 2016 la economía regional sufrirá una nueva contracción, de un 0,6%. Esto necesariamente afecta la demanda laboral y la generación de empleo asalariado –que ya se desaceleró durante los últimos años –seguirá muy débil.En este contexto, por la necesidad de generar ingresos, muchas personas, sobre todo procedentes de hogares de bajos ingresos, se verán obligadas a llevar a cabo actividades informales que generalmente generan empleos de mala calidad.
El aumento de estos empleos de mala calidad no podrá compensar completamente la debilidad en la generación de empleo asalariado, por lo que es de esperar un marcado aumento del desempleo abierto, el cual a nivel general será más de 0,5 puntos porcentuales. Hay que enfatizar, sin embargo, que el desempeño de los países es heterogéneo y no en todos se espera un deterioro tan marcado en la situación laboral. En la coyuntura actual son sobre todo países sudamericanos los que sufrirán un deterioro de su situación laboral.
¿Qué recomendaciones hacen para evitar los datos pronosticados?
La dificultad de la actual situación económica es que se observa una desaceleración que se prolonga en el tiempo: una ‘crisis en cámara lenta’. Por lo tanto, algunas de las respuestas que funcionaron bien en la crisis financiera internacional del 2009, no funcionarían en el contexto actual. Sin embrago, hay opciones.
En un contexto de bajo crecimiento económico y, por lo tanto, débil generación de empleo se debería aplicar una estrategia mixta para contener el impacto en el desempleo: por un lado, limitar el aumento del desempleo. Además de políticas macroeconómicas y sectoriales para fortalecer el crecimiento y con ello la generación de empleo, desde las políticas laborales se pueden estimular mecanismos como los que algunos países de la región aplicaron durante la crisis de 2009, por ejemplo, la reducción de las horas de trabajo o financiar esquemas de capacitación de trabajadores para los cuales las empresas temporalmente no tienen demanda, con el compromiso de reinsertarlos posteriormente.
Por otro lado, fomentar la reinserción. Las posibilidades de reinserción de algunos cesantes mejora con una capacitación diseñada según sus necesidades y las de rubros con perspectivas de demanda laboral. Por lo tanto, se requiere un sistema público de empleo capaz de identificar las características y dinámicas de la oferta y demanda laboral, y sistemas de capacitación que pueden responder ágilmente a estas necesidades. También se debe proteger a los desempleados. Algunos países de la región tienen seguros de desempleo que limitan el impacto de la pérdida del empleo en los ingresos de los trabajadores que quedan cesantes.
En algunos casos, se pueden modificar los criterios de acceso a los beneficios por un tiempo limitado para enfrentar una crisis. En cambio, en los países que aún no tienen un seguro de desempleo funcionando, es difícil estructurar un seguro en el corto plazo y casi imposible en el contexto de desempleo creciente. Por lo tanto, es una tarea factible para muchos países de la región de diseñar este instrumento de protección para enfrentar futuras crisis.