La extracción, elaboración y desecho de los materiales plásticos son una amenaza ambiental y de salud, contaminan nuestros ecosistemas y contribuyen al calentamiento global. Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares, es decir, lo equivalente a alrededor de 2,200 Torres Eiffeles juntas, según datos de la ONU. The Climate Reality Project América Latina exhorta a los gobiernos, empresas y organizaciones a implementar políticas inmediatas para disminuir la producción y consumo de plásticos y a gestionar correctamente los desechos plásticos existentes.
Los productos plásticos son altamente contaminantes porque están elaborados con base en combustibles fósiles como el petróleo, gas o carbón, además de que muchas empresas de combustibles fósiles poseen, operan o invierten en infraestructuras para la producción de plásticos, sin considerar el impacto ambiental que ocasionan para su extracción, producción y transporte, aunado a las grandes cantidades de energía que utilizan y las emisiones contaminantes que generan.
Los plásticos de un sólo uso son más difíciles de reciclar por sus múltiples y diferentes capas, lo cual ocasiona que su reciclaje sea más costoso lo que los convierte en una amenaza para el planeta. Ejemplo de ello, son las bolsas, cubiertos desechables, popotes y agitadores, globos, contenedores y recipientes; estos son los 5 principales artículos de un sólo uso que perduran y dañan los ecosistemas, principalmente a los océanos.
De acuerdo con la ONU, si para 2050 no se toman las medidas necesarias, existirán cerca de 12,000 millones de toneladas de desechos plásticos en vertederos y en el océano. Este material puede permanecer cientos de miles de años en los ecosistemas y afectar a la flora y fauna, ya sea porque los animales ingieren los materiales o porque quedan atrapados en ellos.
En la misma línea, el problema aumenta cuando las empresas o compañías utilizan el greenwashing para atraer clientes potenciales y generar una buena imagen corporativa, cuando en realidad no existe ningún esfuerzo o beneficio para el medio ambiente. Según un estudio realizado por la Unión Europea aproximadamente el 42% de las empresas práctica greenwashing. Es importante considerar que, las compañías o empresas que realmente están comprometidas con el medio ambiente, sus productos o servicios cuentan con sellos o distintivos avalados por organizaciones o asociaciones.
En América Latina y el Caribe se generan diariamente 17,000 toneladas de residuos plásticos, de los cuales el 30% aún se dispone en basureros a cielo abierto, afectando a más de 40 millones de personas. Ante esta situación, es importante informar a la población en general, sobre el grave impacto ambiental que generan los residuos y responsabilizar a las empresas involucradas para que se hagan cargo de reciclar y gestionar sus propios desechos.
A nivel mundial, cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico y la mitad de este material se concibe para una vida útil de un sólo uso. Menos del 10% se recicla, según la ONU.
Existen soluciones que pueden implementar los gobiernos para disminuir el problema ambiental que ocasionan los plásticos, tales como dejar de subsidiar los combustibles fósiles, gravar con impuestos y transitar hacia modelos de desperdicio cero. La organización Climate Action Network (CAN) propuso opciones financieras como el impuesto a las súper ganancias de las 50 compañías más grandes del sector carbón, petróleo y gas; las ganancias de este año de dichas empresas, podrían alcanzar hasta $250 mil millones de dólares por lo que un impuesto del 20% proporcionaría $50 mil millones para la lucha contra el cambio climático.
En lo individual, acciones sencillas para evitar el consumo de plásticos pueden llevarse a cabo, como optar por productos biodegradables, evitar productos con envolturas o sobre empaque, promover la economía circular, informarse sobre los productos que consumes así como sus métodos de producción, revisar las etiquetas, consumir local, apoyar y exigir la implementación de políticas y leyes para detener la producción de plásticos, entre otras.
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