Por años, la tecnología para la fabricación de tarjetas de pago tradicionalmente estuvo enfocada casi en su totalidad de materiales derivados 100% del petróleo, cuya producción emite los mismos contaminantes que componentes de autos, cómputo y productos domésticos. Sin embargo, la conciencia medioambiental está aumentando en todo el mundo y los bancos quieren aportar su granito de arena para avanzar hacia una economía baja en carbono.
Durante muchos años, las empresas en todo el mundo se han ejecutado bajo un mantra ‘tomar-hacer-desperdiciar’, que ahora está dando paso gradualmente a ‘reutilización y reciclaje’. En todo el mundo, organizaciones como las Naciones Unidas y gobiernos hasta los mismos consumidores, y la gente en todas partes está pidiendo a gritos bienes y servicios sustentables y condescendientes con el medio ambiente, cuyos factores son ahora clave en las finanzas estrategias operativas de las instituciones.
En el campo financiero, un dato relevante en ese sentido es que más del 87% de los consumidores globales esperan que su banco ofrezca tarjetas hechas de materiales amigables con el medio ambiente. Es de esta forma como un proveedor de tarjetas de pago como IDEMIA juega un rol preponderante para consolidar esta necesidad para apoyar a los bancos a satisfacer los requerimientos de los clientes finales y los objetivos de la sociedad en la práctica, creando una oferta de tarjetas de pago ecológicas, servicios sin papel y reciclaje de tarjetas vencidas para un sistema bancario sostenible a futuro.
El policloruro de vinilo o PVC es la alternativa ecológica para la fabricación de tarjetas bancarias recicladas por su combinación química de carbono, hidrógeno y cloro. Sus componentes provienen en un 43% del petróleo bruto y de un 57% de la sal. En pocas palabras, es el plástico con menos dependencia del petróleo.
Para ayudar a los bancos a ser ecológicos, IDEMIA ha perfeccionado lo que llamamos ‘Enfoque GREENPAY de principio a fin’, mismo que se orienta en la producción de chips y módulos rediseñados con un factor ecológico, así como materiales de embalaje y transporte y la implementación estratégica de ubicaciones de manufactura a distancias más cortas debido a los centros de servicio, lo que implica menos emisiones de carbono. Asimismo, las tarjetas de pago hechas de materiales ecológicos, servicios sin papel, reciclaje de tarjetas caducadas y análisis de compensación de carbono relacionada con productos y servicios vienen a completar esta orientación.
Los beneficios de implementar tarjetas de pago recicladas de PVC son diversos, pero destacan la creación de soluciones sostenibles para el pago de extremo a extremo en toda la cadena, y que considera desde tarjetas de pago verdes y servicios en línea hasta el reciclaje de tarjetas vencidas que compensa la huella de carbono. Adicional a eso, incorporar tarjetas recicladas de PVC permite compartir los mismos valores con los clientes mediante una tarjeta amigable con el medio ambiente que elevará el valor de la marca del banco ante los ojos de consumidores conscientes y que sin duda, generará un impacto positivo en la institución y sus agremiados.