¿Qué opina referente al evento y el impacto que tendrá?
Un poco fuera de lugar para nosotros porque la universidad no es una empresa que produzca algo, al contrario, en ese aspecto nosotros somos consumidores. Para nosotros es muy importante que como consumidores sepamos las reglas de la Responsabilidad social para ejercer nuestro poder de compra y por eso es que hemos estado impulsando la capacitación de que los que toman las decisiones, las tomen dentro de los conceptos de la Responsabilidad Social.
Lo anterior con el objetivo de no incumplir y no hacer más daño. Por otro lado, el que estemos aquí nos da herramientas, porque el Pacto Mundial y la Agenda 2030 apoyan para que puedas hacer mejor las cosas y no tengas que inventarlas, simplemente echas a andar lo que ya se está trabajando. Conocer cada vez a más empresas que ven que la sustentabilidad no cuesta, sino al contrario deja más, es muy importante.
Nuestro primer contacto; por ejemplo con Biopapel, después de que compró Scribe, todos los productos de Scribe, dejaron de hacerse con árboles talados, que eran las reservas boscosas del estado de México, Puebla y de Morelos, ahora esos árboles ya se quedaron como reserva natural y siguen haciendo papel, lo hacen más barato y no están cortando árboles.
La Responsabilidad Social trasciende mucho, por eso creemos que esto y el poner en contacto a personas de diferentes áreas que están produciendo permite que lo que está haciendo bien algo se replique en otro lado, o sea no lo tienes que implementar tú, simplemente lo copias, lo adoptas y empiezas a trabajar.
El no saber que alguien más hace lo mismo que tú y que lo hace mejor es un perjuicio para ti y para tus clientes, entonces creo que esto es win-win
¿De dónde salió la iniciativa mencionada en el panel?
Nosotros tenemos en la Universidad una dirección de acompañamiento universitario, esta dirección empezó a trabajar con los tutores académicos. Este modelo de tutores académicos ya tiene alrededor de 20 años que se implementó, pero era únicamente para orientar a los alumnos qué estudiar, el curriculum era libre, tú podías elegir tus materias, entonces una persona con experiencia te tenía que decir, no tomes fisiología 2 antes de fisiología 1 porque te vas a confundir, para eso eran los tutores, pero los tutores están en contacto directo con los alumnos.
Ellos comenzaron a detectar alumnos de alto grado de vulnerabilidad, los que se quedaban huérfanos, los que se venían de una comunidad indígena, los que estaban con problemas visuales o las mujeres embarazadas, nosotros apoyamos a todos esos grupos vulnerables a solicitud de esa dependencia.
En una ocasión estábamos platicando, “fíjate cuantas embarazadas tenemos entre las alumnas, lo malo está que van a dejar la escuela, entonces les dije ¿y por qué la van a dejar? Pues es que la maternidad no es renunciable, o cuidan al niño o le dan de comer o estudian y el problema es que los papás no quieren que esté ya en su casa y el papá del niño no se hace responsable, pues vamos a garantizar que no salgan dándoles un apoyo, alguien cuide a su niño y no lo dejen abandonado en un cuarto”.
Hay un asilo muy conocido en Puebla que se llama “Casa del Sol”, con ellos hicimos el convenio de que los recibieran y nos pusimos en contacto con la “Fundación Cunas de Cartón”, les compramos las cunas, nuestras farmacias universitarias nos donaron una pañalera y artículos para el cuidado del bebé y unos miembros del consejo que son textileros nos regalaron cobertores, franelas, frazaditas, les armamos el kit para el bebé y en lugar de darles dinero les dimos una tarjeta de débito con la que pudieran comprar pañales y leche.
Ése fue nuestro programa de apoyo a madres, universitarias, estudiantes, porque luego se confunden que todas las madres solteras universitarias, a las trabajadoras no, a las alumnas, ninguna de ellas dejo la escuela, todas concluyeron. El impacto que tuvo ese programa fue bárbaro porque ninguna abandono la escuela.