¿Qué hitos destacaría de la RSE en 2015, tanto para México como para nivel mundial?
Ha sido un año en el que se han llevado a cabo dos eventos internacionales que crean un momento sin precedente. Uno de ellos, evidentemente, es el lanzamiento de la agenda 2030, una agenda en la que, a través del sistema de las Naciones Unidas, los principales actores internacionales -entiéndase los 193 países que la firmaron, pero también los diferentes sectores que cada país como el público, el privado y el social-, han llegado a un compromiso para lograr la agenda que es bastante prometedora y que, a diferencia de sus antecesores, los famosos Objetivos de Desarrollo del Milenio, cuenta con KPI, indicadores, métricas y oportunidades que hablan de desarrollo, no tanto de temas emergentes.
Se trata de un asunto internacional que debe ser reflejado a nivel local. Somos los actores internacionales locales los que podemos aterrizarlos hacia México.Otro de los eventos que han marcado la actualidad es el Acuerdo Climático de París, que también pone muy claras las cartas sobre la mesa.
Estos son los elementos internacionales que afectan de forma directa a México, pero también, por ejemplo, podemos hablar de la propuesta de ley de reforma energética, que sabemos que juega un papel clave para conseguir el uso responsable de la energía y para crear una cultura de medición y de registro.
¿Cómo ve la situación de la Responsabilidad y la Sostenibilidad en el mundo académico?
Lo veo desde una perspectiva totalmente optimista. Las nuevas generaciones venimos convencidas de la RSE y la Sustentabilidad y cada vez es mucho más notorio de que es una convicción. Ya no es necesario convencer de la Sostenibilidad. Sería un camino muy largo y no es estratégico ponernos a convencer de por qué vale la pena ser sostenibles. Ya son muchos los que vienen con esta línea, que por sí mismos empiezan a hacer algún cambio.
La academia que yo conozco reconoce a la Responsabilidad Social como un tema holístico, es decir, no como algo independiente o una asignatura concreta. En cualquier materia, en cualquier profesión es fácil encontrar esa responsabilidad con los diferentes grupos de interés. Creo que esa es la clave, que esté implícita de forma transversal en los diferentes contenidos académicos, sobre todo en las formaciones un poco más especializadas en educación superior. México está siendo pionero, no sé si en investigación, pero sí al menos en formación en temas de Responsabilidad Social.
¿Cuál cree que es el papel de los medios de comunicación con respecto a la Responsabilidad Social?
El modelo de gestión que el Pacto Mundial presenta para sus participantes y para alcanzar el desarrollo sostenible incluye en su último paso la comunicación. Hay que comunicar y de una forma responsable, no comunicar buscando únicamente la reputación positiva, porque eso es riesgoso y contraproducente.
Hay que presentar la comunicación como una oportunidad de diálogo y de retroalimentación. Esa premisa es igual para los medios de comunicación. La Responsabilidad Social del medio de comunicación con su mercado es difundir contenido de valor. Tienen que asumir la responsabilidad del impacto que puede tener lo que están difundiendo.