¿En qué momento se encuentra en general Latinoamérica en cuanto a concienciación sobre la necesidad de proteger por el medio ambiente?
Mariana Castillo (MC): América Latina es una región altamente vulnerable a los impactos del cambio climático, tanto por cuestiones geográficas, como por cuestiones institucionales y sociales. También es una región cuyo potencial para convertirse en líder en soluciones y acciones frente al cambio climático es enorme. En este sentido, la importancia de hacer frente al cambio climático, a través de medidas nacionales está creciendo en la región.
Son cada vez más los países que comienzan a trabajar en el diseño de marcos legales y de políticas públicas en materia de cambio climático. Y la coyuntura que se presenta con la COP20 en Perú, está siendo catalizador para que esto suceda. Sin embargo, aún hace falta mucho para que éste sea un tema transversal y prioritario, ya que aún es evidente la prioridad que otros sectores, como el energético, tienen sobre los demás. Desafortunadamente, al no ser el cambio climático un eje verdaderamente transversal y mientras no sea incorporado desde un diseño y planeación de las políticas sectoriales, seguiremos siendo testigo de políticas públicas en la región de corto plazo que no contribuyen con soluciones reales al problema.
¿Destacan algunos países más que otros?
MC: Hay países que ya cuentan con un marco legal e institucional en materia de cambio climático, como México y Brasil. Mientras que otros se encuentran en proceso de aprobar legislación en la materia, como Perú.
El avance en la construcción de estos marcos legales es de vital importancia. Sin embargo, resulta igualmente importante avanzar en la regulación e implementación de los mismos y que el cambio climático se convierta en un tema verdaderamente transversal y tomado en cuenta al momento de diseñar proyectos de desarrollo.
Enrique Maurtua (EM): Ecuador por ejemplo tiene el cambio climático en su misma constitución. Colombia está trabajando en un plan Nacional de Cambio Climático, Chile ha avanzado en impuestos al Carbono, y Costa Rica sostiene su compromiso de ser Carbono Neutral para el año 2021. Como primera etapa Costa Rica asegura que para el año 2016 será 100% dependiente de energías renovables.
Bolivia por su parte tiene la Ley de la Madre Tierra, que comprende temas muy relevantes para la protección del Clima.
¿Cómo es la situación en relación a otras partes del mundo como Norteamérica o Europa o los grandes asiáticos como China o la India?
EM: Muchos países de Latinoamérica están trabajando en línea con lo que es constructivo. En algunos casos, los objetivos que se proponen son hasta más ambiciosos que los mismos países desarrollados que son los que mayor responsabilidad histórica tienen, los que ya tendrían que haber hecho mucho más y que debieran haber apoyado substancialmente a los países más necesitados. China está trabajando hacia un 40% de reducción de emisiones. Esto es un objetivo muchísimo más ambicioso que el de los mismos países desarrollados están haciendo. Sin embargo, China sigue teniendo un largo camino por delante ya que sigue siendo el país con mayores emisiones actualmente.
¿Cuáles son los principales frenos a la economía verde en Latinoamérica como región?
MC: La energía desempeña un rol de especial importancia dentro del diseño de las políticas de desarrollo por el impacto que tienen en la calidad de vida de la población, por ser un insumo imprescindible para todo el aparato productivo, y el destino de una considerable magnitud de las inversiones. En este sentido, el sector energético además de ser el principal causante de la emisión de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, es un sector que presenta grandes oportunidades para que nuestras sociedades transiten hacia paradigmas distintos.
En el entendido de que no existe un único modelo de solución, ni una única solución, desde CAN-LA promovemos para nuestros países el bienestar bajo en carbono, en donde la participación de energías renovables en la mezcla energética, las medidas de eficiencia energética y la movilidad sustentable sean la prioridad, reduciendo de manera creciente nuestra dependencia a los combustibles fósiles, misma que en algunos países llega a ser mayor al 80%.
Los frenos para movernos hacia sociedades de bajo carbono y resilientes al clima se encuentran en las decisiones a corto plazo que siguen privilegiando nuestros países. Los combustibles fósiles, siguen siendo la apuesta de nuestros gobiernos y esto frena la inversión y despliegue de soluciones a largo plazo y que verdaderamente reduzcan nuestra huella de carbono. Para esto, es fundamental que se construyan políticas integrales, de largo plazo que además de enfocarse a la reducción de emisiones de GEI, busquen minimizar impactos ambientales y sociales negativos, mejorando así la calidad de vida de las personas y asegurando un futuro seguro de los impactos del cambio climático.
EM: Asimismo, promovemos que los países prioricen la adaptación al cambio climático frente a los nuevos escenarios que vendrán; para esto tiene que estar disponible la cooperación internacional porque los costos en muchos casos serán superiores a lo que los países pueden cubrir. Los países más responsables, ricos y capaces tienen la obligación de hacerlo.
¿Qué papel deben asumir los Gobiernos para apostar por una economía verde?
MC: El papel de los gobiernos es fundamental para hacer frente al cambio climático y transitar hacia sociedades de bajo carbono y resilientes al clima; es decir buscar el bienestar de las personas. Ellos deben ser la guía y velar para que las acciones y medidas sean de largo plazo y beneficien a la mayoría y a todos los sectores. El gobierno debe enviar las señales correctas, en el sentido de que las prioridades nacionales son de largo plazo, para eliminar los incentivos a seguir apostando a soluciones inmediatas. Lo que sucede actualmente es que las señales y la certidumbre continúan centradas en la explotación de combustibles fósiles, poniendo en riesgo el bienestar de las personas.
Y las empresas, ¿cuál es su responsabilidad?
MC: Todos los actores y sectores deben contribuir a la construcción de soluciones al cambio climático. El sector privado tiene un rol fundamental ya que los recursos que se requieren para las acciones de adaptación y en materia de bienestar bajo en carbono, pueden no ser suficientes. Sin embargo, es también fundamental que los gobiernos nacionales no sigan invirtiendo en acciones que contribuyen al problema y que se reubiquen esos recursos hacia acciones.
¿Cuáles son los principales proyectos en los que trabaja CAN en Latinoamérica?
EM: CAN-LA esta apoyando iniciativas nacionales de sociedad civil organizada sobre cambio climático en 7 países de la región y sigue las negociaciones internacionales desde hace 5 años, haciendo reportes, análisis e incidencia política con los representantes de gobierno.