De los diferentes ámbitos de la Responsabilidad Social –ambiental, social, laboral–, ¿cuáles cree que están más avanzados en México?
En el ámbito laboral, ha habido una trayectoria enorme desde hace unos 50 o 60 años que se ha centrado en buscar prácticas para el desarrollo de los trabajadores, en general. Hay mucha normatividad, lo cual es muy importante, en materia de seguridad en el trabajo, higiene, prestaciones, etc. que obligan a cierto comportamiento con relación a los colaboradores. En general, creo que hay una gran cantidad de empresas que tienen prácticas laborales positivas, en la línea de la Responsabilidad Social. Lo que ocurre es que no salen mucho hacia fuera, pero eso es más o menosnatural.
En el ámbito ambiental, toda la publicidad que se ha hecho en relación al cambio climático va a crear una nueva actitud a la que las grandes empresas se resisten porque implica cambios en los procesos de muchísima inversión. Ya se sabe que cuando no hay un beneficio inmediato, se genera resistencia. A la normatividad ambiental le falta mucho en México para llegar a un control de las emisiones, etc. No obstante, se va despertando la conciencia ambiental. Aquí hemos sufrido muchísimo por los efectos climáticos: inundaciones, sequías, etc.
Finalmente, estamos fatal en el tema de la equidad en la distribución de la riqueza. México es de los primeros entre los países en desigualdad. Existe una situación muy complicada de explosión demográfica, y por lo tanto, de gran oferta de trabajo. Esto, junto a las restricciones para conseguir un empleo, tiene unas consecuencias muy graves. Las clases medias y bajas se resienten. Se ha ampliado la desigualdad. Hay más clase media, pero la diferencia entre los de arriba y los de abajo se ha agrandado. No hay una actitud, estrategia, política, para el aumento de los ingresos de la clase pobre. Esto obliga a manejar un país a través de subsidios para tratar de aliviar la falta de ingresos. Pero esto no se logrará a través de una acción política sino de impulso y facilidad a la creación y desarrollo de empresas competitivas. No se ha concretado. Hay mucho discurso, pero la realidad es que la creación de empleo sólido y atractivo no alcanza a captar la demanda. Por lo tanto, el nivel de salarios es muy bajo. Hay gente que trabaja muchas horas, para ganar muy poco.
Para lograr cambiar ciertas cosas desde el mundo empresarial es imprescindible el apoyo de la alta dirección, aunque cuesta conseguir el compromiso.
¿Cómo se percibe en México este compromiso de la alta dirección? ¿Cómo se podría avanzar en este sentido?
El movimiento de la Responsabilidad Social ha tocado, por expresarlo así, a una cantidad muy pequeña de empresas. Según nuestros cálculos, llega a unas 40.000 empresas y en México hay más de cinco millones de unidades productivas. Entonces, la dimensión, aunque en el mundo de productos de publicidad y medios impresos parece muy grande, en realidad no es tanto.
La permeabilidad de la alta dirección a la Responsabilidad Social tiene muchas motivaciones o razones, de tipo técnico, legales, para mejor el rendimiento de la empresa, para motivar moralmente, como justicia, etc. Pero es obvio que para gestionar una empresa con visión de Responsabilidad Social es fundamental el compromiso de la alta dirección. Si no existe esta empatía y esta aceptación de lo que implica una RSE integral, no vamos por un buen camino, ya que las políticas de la empresa van por un lado y las de la RSE por otro, y eso es lo que no queremos que pase. Si no hay una sintonía de enfoques, todo queda en filantropía y no se pasa de ahí. En general, observo que no hay un rechazo pero de ahí a la proactividad hay mucha senda.
¿Cómo ha de ser este camino?
Hay mucha senda intermedia. Ya se observará con el tiempo. Muchas empresas llegan por la mercadotecnia y a los tres o cinco años se dan cuenta de que no es ese el objetivo y tienen que revisar sus prácticas y decisiones estratégicas.
Uno de los grandes retos en la RSE es conseguir que las pequeñas y medianas empresas se impliquen. ¿Cómo se las puede puede incentivar a las pymes para que apuesten un poco más por la Responsabilidad Social Empresarial?
Uno de nuestros objetivos en AliaRSE es, a través de distintos mecanismos, de agencias gubernamentales, asociaciones y cámaras empresariales, hacer difusión de la RSE de una manera muy pública, muy sencilla y acompañando documentación que explica cómo aplicar este paradigma en una pequeña empresa. Facilitamos instrucciones para la confección de indicadores para que vean cómo hacerlo; un código de comportamiento
que defina las características o valores por los cuales la clientela, la comunidad, los proveedores, han de reconocer a la empresa. Se expresa todo de una manera muy simple y práctica. Una meta que tenemos es en dos años ampliar el rango de empresas que apuestan por la RSE y superar esas 30.000 que comentaba al principio. Sobre todo, queremos incidir en estas pequeñas y medianas empresas. Las más grandes ya saben de qué va y han oído hablar de la RSE; si no quieren entrar o no lo han hecho tendrán sus motivos. Pero hay otras organizaciones que ni han oído hablar al respecto, no saben identificar sus buenas prácticas, y necesitan que se les explique el concepto y sus beneficios.
Siempre se habla de la Responsabilidad Social a nivel empresarial pero también existe una necesidad en el terreno de las organizaciones civiles como las ONG, los sindicatos. ¿Cómo están los diferentes grupos de interés desarrollando la Responsabilidad Social en México?
Las organizaciones grandes, estructuradas, sólidas, tienen muy clara la apuesta por la RSE. Las más pequeñas, con una visión más filantrópica, más culturales, depende del caso. Algunas tienen una visión más integral de todo este tema pero a otras les cuesta. De todas maneras, casi todas la organizaciones creadas con una perspectiva social ya son parte de este movimiento de la Responsabilidad Social. Hay una riqueza muy grande en México en este sentido. Son más de 60.000 los mexicanos que colaboran activiamente en alguna organización con carácter social.
¿Y cómo ve el papel de los medios de comunicación respecto al impulso de la RSE? ¿La están apoyando o por el contrario no se hacen eco de informaciones en este sentido?
Los medios de comunicación son muy importantes para sensibilizar a la gente. Hace falta mucha más difusión aquí en México. En el caso del cambio climático, por ejemplo, Al Gore y los medios de comunicación han conseguido que en unos pocos años haya habido un proceso de sensibilización muy importante.
Aquí en México si no estamos hablando de un asunto con un componente de negatividad importante, es difícil que salga en los medios. Si no es un ataque al Gobierno, tampoco. La comunicación constructiva se da sólo en un porcentaje bajísimo. Existen algunos medios que tienen más persistencia en divulgar otros temas, pero a veces se diluyen entre esos dos grandes polos de información que son la violencia y el Gobierno. La gente está cansada y estas informaciones contribuyen a un malestar creciente. No se ha llegado al nivel de las manifestaciones públicas como en España, pero empieza a notarse movimiento. Cada vez hay un espíritu más crítico y constructivo. Los ciudadanos se vuelven más exigentes.