En 2014, Monsanto invirtió en la región 5,400 horas de voluntariado, el doble de horas de las que se invirtieron en 2013…
Así es, este fue uno de los éxitos de nuestro programa de voluntariado. Además de duplicar las horas, también triplicamos el número de proyectos en los que participan nuestros colaboradores. De esta manera, empezamos a armar una estructura en todos los sitios en los que operamos para transmitir a nuestros colaboradores esas ganas de participar.
¿Cuáles fueron las claves de estos éxitos?
Yo creo que algo muy importante para obtener estos resultados fue la manera de comunicar los logros a través de los testimoniales de los mismos empleados participando en los proyectos.
A estos logros también contribuyó el trabajar como en cualquier gran proyecto, con liderazgo. Ha habido mucha gente dentro de Monsanto que ha tomado liderazgo y ha influenciado en sus compañeros y ha sido capaz de inspirar exponencialmente las ganas de ser voluntario.
¿Cuáles son los retos en voluntariado para 2015?
En 2015, en términos de voluntariado nos gustaría volver a duplicar el tamaño. La cantidad de colaboradores que ha participado ya es muy grande, por ello, el reto para 2015 es que cada uno de esos colaboradores dediquen más horas. Mientras que el año pasado se produjo un crecimiento en número de personas o proyectos, lo que esperamos para 2015 es incrementar el número de horas per cápita.
Por otra parte, en 2015 nos involucraremos en proyectos más complejos que atacan de raíz algunos problemas. Por eso, yo comentaba que el reto es que la gente se tenga que involucrar más y dedicarle más horas. Si queremos ser capaces de duplicar las horas nuevamente tenemos que meter más horas y mas sitios de la región a participar en el programa. Todo esto se logra con más sitios en la región para que los voluntarios participen y con mucha comunicación, mucho liderazgo y compartiendo experiencias anteriores.
¿En qué consisten los programas de voluntariado de Monsanto?
Nuestro programa de RSC lo basamos en tres tipos de colaboraciones. Por ejemplo, participamos con las organizaciones de la sociedad civil. Por otro lado, contamos con Monsanto Fund, una de las iniciativas filantrópicas de la compañía que consiste en colaborar con organizaciones no gubernamentales para mejorar la calidad de vida de las comunidades. Un ejemplo puede ser la construcción de una aula para una escuela a la que van los hijos de nuestros empleados o que están en las comunidades en las que operamos. También puede ser la construcción de una capacidad para conectar agua de lluvia y después usarla de manera potable o para riego, o la formación de huertos urbanos. Con estos huertos, generamos un plan de capacitación dando la semilla y formando en la manera de cómo se tiene que cuidar esos huertos.
Y en tercer lugar, tenemos un nuevo programa que vamos a lanzar este año y que va a tener un fondo de 250 mil dólares. Se llama Semilleros del futuro y en él queremos que las organizaciones nos presenten sus proyectos y, a través de un comité interno, escogeremos aquellos que sean sustentables, que tengan mayor impacto en la sociedad y que empiecen a generar esas capacidades que se necesitan para el desarrollo rural. Estos proyectos están más centrados en enseñar a la gente nuevos oficios, mejorar la agricultura y mejorar aspectos que las comunidades en las que estamos necesiten.
¿Cómo ve el futuro de la RS y el voluntariado en nuestro país?
Yo creo que la RS y el voluntariado son muy necesarios. Las necesidades en México y en el mundo son enormes y básicamente nos tenemos que involucrar, meter cabeza, entusiasmarnos y comenzar a compartir estas experiencias porque de esta manera la gente se contagia y se anima a participar.
Yo veo el voluntariado creciendo dentro de la compañía y de la región de manera importante, no solo por el impacto que tienes en la comunidad sino por el beneficio que recibes como persona al dar tu tiempo. A fin de cuentas, el mayor beneficiado sigues siendo tú mismo. Entonces, yo le veo mucho futuro.