El término responsabilidad social se integró al lenguaje empresarial mexicano hace aproximadamente 30 años y aunque pareciera que estamos entrando a una etapa de maduración de este modelo, aún existen muchos vacíos respecto a su adecuada aplicación y conceptualización. Nos enfrentamos principalmente a un problema: no hay claridad entre el concepto de filantropía y el de responsabilidad social corporativa en México.
Esto en algunos casos incluso puede generar pérdidas económicas a las empresas.La presencia de estas concepciones distorsionadas, afectan los objetivos de negocio, incidiendo en el desarrollo y alcance de las buenas prácticas, además de que se limita el impacto positivo que se busca generar en la sociedad. Al respecto, Yesenia Becerril, especialista en responsabilidad social y directora de marketing en Bindiva, realizó un listado de los 5 errores más comunes que impiden que un programa de responsabilidad social funcione eficientemente y que por lo tanto, limiten el crecimiento de las empresas mexicanas:
1) Confundir la RSC con filantropía
La Responsabilidad Social Corporativa debe cumplir, según el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) con 4 pilares: ética empresarial, vinculación con la comunidad, calidad de vida y cuidado del medio ambiente. Bajo estos preceptos, la RSC tiene el objetivo de gestionar un negocio de manera tal que los beneficios alcancen a los colaboradores, proveedores, clientes y a la comunidad.Por lo tanto, la RSC debe estar vinculada estrechamente al modelo de negocio de una empresa, mientas que la filantropía se caracteriza por un trabajo social desinteresado y donatario que, si bien beneficia a un grupo vulnerable de la población, no produce beneficios directos o indirectos para la empresa.
De ahí la importancia de ejecutar un plan de RSC que beneficie como acción filantrópica y al mismo tiempo impulse el desarrollo de la empresa de forma que pueda seguir apoyando a su entorno.
2) Hacer un gasto y no una inversión
Para que un plan de RSC sea exitoso, debe basarse en prácticas que sean reales. Los resultados se ven reflejados más allá de la comunicación de estas buenas prácticas hacia afuera, donde se pueden perder gran parte de la inversión si no se redirige a los objetivos prioritarios de un plan de RSC, que es hacer sostenible la compañía.
3) Trabajar individualmente
Un error de las empresas es planear acciones responsables que no vinculan a organizaciones e instituciones que puedan aportar a la estrategia o aumenten el impacto y beneficios. Aislar a la empresa en el ámbito de la responsabilidad social limita sus posibilidades de darse a conocer entre sus propios colaboradores y la comunidad donde realiza sus actividades.
4) No vincular acciones sociales al modelo de negocio
Una acción de responsabilidad social, eficiente, debe despertar el interés de generar un modelo de economía circular que, por ejemplo, respete las reglas esenciales del reciclaje, disminuya su impacto ambiental, exhorte a sus colaboradores a ser parte de ella mediante condiciones óptimas de trabajo, invite a sus proveedores a respetar ciertos estándares de calidad y que convierta a la marca en promotora entre sus clientes del consumo responsable de productos sostenibles.
5) No determinar un retorno de inversión
Una diferencia más entre una acción filantrópica y la RSC es el retorno de la inversión hecha para una acción responsable. Si el plan de responsabilidad social es real, las ganancias serán, por ejemplo, el sentido de pertenencia de los colaboradores hacia la compañía por sus buenas prácticas. Si se integra la RSC como parte del modelo de negocio y los clientes ya han sido beneficiados con un producto o servicio sostenible, será natural que la publicidad se dé de boca en boca. Incluso, los mismos clientes recomendarán un producto por iniciativa personal y esto es un ejemplo del retorno de inversión.
Las acciones filantrópicas son muy importantes para el desarrollo de grupos vulnerables y hoy existen organizaciones de la sociedad civil enfocadas en impulsar este modelo, incluso existe vinculación entre las OSC y la iniciativa privada en pro de generar programas de responsabilidad completos. Por ello, si una empresa busca posicionarse social y económicamente mediante acciones en favor de la comunidad, es fundamental que considere ir más allá de las acciones filantrópicas.