En los últimos decenios hemos visto impactos negativos de la actividad empresarial, y el mundo se pregunta cuál es la responsabilidad de las empresas con los derechos humanos. Para disipar dudas, el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, encargó al profesor John Ruggie elaborar los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos.
Comentó Kofi Annan: “Los problemas de derechos humanos y empresas se instalaron de manera permanente en la agenda política mundial hace 20 años. Sin embargo, no existe un marco universalmente aceptado para abordar o reducir el impacto negativo contra los derechos humanos relacionado con las empresas”. John Ruggie asumió el reto de llenar ese vacío y logró mucho en poco tiempo. Cuando se trata de problemas aparentemente insolubles, es fácil creer que no hay nada por hacer o que solo los gobiernos pueden actuar. Él demuestra lo contrario y destaca la forma en que toda la sociedad debe hacer su parte para lograr resultados.
El punto decisivo lo constituye en 2011 la adopción unánime por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas de los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos. Así, la comunidad internacional reconocía una norma de conducta aplicable a todas las empresas de cada Estado sobre su responsabilidad con los derechos humanos. Estos Principios ofrecen parámetros de referencia para que las empresas gestionen el riesgo de provocar perjuicios a los derechos humanos. En pocas palabras: los Estados deben proteger, las empresas respetar y quienes se ven afectados deben obtener reparación.
La responsabilidad de respetar los derechos no se limita a cumplir leyes y reglamentos locales, pues entraña el respeto a todos los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Por ello, cuando los marcos locales ofrecen una protección insuficiente según las normas internacionales, las empresas deben atenerse a las normas más exigentes.
En un mundo cambiante y competitivo donde las empresas son importantes en la sociedad, los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos son una guía práctica para que estas contribuyan al desarrollo de una sociedad de mayor respeto y solidaridad. Esto es los estados reclaman de las empresas.