En específico, el Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, consiste en hacer más y mejores cosas con cada vez menos recursos, es decir, garantizar el uso eficiente de los mismos. Esto reducirá notablemente los costos sociales, ambientales e incluso económicos, pues facilitará el acceso a servicios básicos, derivando en mejor calidad de vida y mayor competitividad en todas las áreas de desarrollo de un país. Es por eso, que los interesados van desde instituciones, empresarios, investigadores, consumidores, legisladores, ONG, medios de comunicación y muchos más.
Aquí la clave es la alianza y cooperación entre todos los miembros de la cadena de suministro, pues sólo involucrando a todos y concientizándolos respecto a lo importante que es su participación lograremos alcanzar este objetivo sistemáticamente. Los espacios de consumo más importante son la casa y los comercios. Ser un consumidor responsable significa procurar que los materiales que usamos a diario no solo sean resistentes para que no necesiten ser cambiados constantemente sino también renovables y sustentables. Materiales como el algodón, el papel y la madera son algunos ejemplos de materiales renovables que si se adquieren con certificación con normas y procesos sustentables en la cadena de suministro y que aseguran su sustentabilidad a través del tiempo.
En México, el FSC (Forest Stewardship Council por sus siglas en inglés) que es una organización mundial sin fines de lucro busca promover el manejo responsable de los bosques del mundo y es quien certifica productos de materiales de origen forestal como la madera, el papel y el cartón. Al comprar con el sello FSC aseguramos que los productos elaborados con materiales forestales, provengan de fuentes responsables que incentivan su Sustentabilidad en el largo plazo. Una de las formas de educar al consumidor a usar eficientemente los recursos es a través de información en etiquetas, normas y medios de comunicación (campa- ñas, páginas de gobierno, de nicho, etc.).
En este sentido, el FSC comunica los atributos de los materiales a través de su sello de certificación. Consumir más de lo que necesitamos, genera más demanda y por lo tanto mayor producción, esto quiere decir más extracción de materias primas y mayor uso de energías de todo tipo para procesarlas.
Si además, esta cadena de suministro, no está propiamente administrada bajo un enfoque de eficiencia y sustentabilidad, el daño es mucho mayor. Sin mencionar que las emisiones de desechos crecen con ello y deriva en degradación de tierra, sobrepesca, deforestación y uso de agua insostenible, entre otros. Consumiendo productos certificados, nos aseguramos de que los recursos sean bien administrados, garantizando su perdurabilidad. Encontrar juntos formas de hacer más eficiente nuestro consumo diario, así como planearlo a corto, mediano y largo plazo, es responsabilidad de todos. Promover el uso adecuado y eficiente de los recursos es una forma.
Eligiendo productos sustentables y provenientes de una cadena de suministro certificada y responsable es otra. Pensando en los materiales y su origen en todos los ámbitos, es una tercera. Así, el consumidor ayuda a generar empleos, fomentando y promoviendo el uso renovable de bosques en nuestro país y haciéndole frente a la tala ilegal y a la deforestación mientras adquirimos productos de calidad.