Si bien las obligaciones rutinarias de los colaboradores hacen que encontrar tiempo libre sea la mayor problemática para las empresas, existen modelos de trabajo que nos permiten eficientar este recurso y aprovechar al máximo los espacios que tenemos disponibles. Uno de ellos es contar desde el inicio de nuestro proceso con un mapeo de grupos de interés objetivo y preciso. Este análisis acompañado de un ejercicio de materialidad interna nos ayuda a guiarnos, a construir los lineamientos que respaldan nuestro modelo de gestión sustentable, justifica dónde y cómo invertir.
Con base en nuestra experiencia, los resultados de un mapeo de grupos de interés son muy variables. Sin embargo, en el 95% de los casos, un grupo de interés resulta siempre destacado: nuestros colaboradores. Cabe mencionar aquí que nuestros colaboradores no constituye realmente un grupo de interés tomando en cuenta que se puede y debe desglosar en varias categorías, que tienen todas sus peculiaridades y aspiraciones diversas. No obstante en esta columna, por fines prácticos emplearemos el termino: nuestros colaboradores.
A menudo las organizaciones están poco dispuestas a cambiar su forma de actuar con su personal, porque ésta es la base de su gestión es decir, su idiosincrasia. En su defecto, prefieren invertir primero en la comunidad o en el medio ambiente, que en el bienestar de sus colaboradores.
Las consecuencias de este tipo de gestión son drásticas. Para los empleados en primera instancia, de los cuales no se toman en cuenta las aspiraciones y no se ven beneficiados de manera adecuada (parece complejo de esta manera poder hablar de gobierno corporativo). Ellos son sin lugar a duda los más afectados. No obstante aquí quisiera adoptar el enfoque de las consecuencias para el negocio.
Tomamos un ejemplo sencillo: ¿Han estado en una tienda dónde el cajero que les propone redondear no tiene la menor idea de qué se trata el programa de redondeo o de que es este sello de empresa socialmente responsable? Bien, y ¿qué nos dice eso de la empresa y de su labor de sensibilización hacia sus colaboradores? Para tener buenos voceros tenemos que generar adhesión a nuestro modelo de RSE, de lo contrario, tendremos que enfrentar el haber invertido mucho en imagen sin haber generado el impacto esperado.
Si deseamos que nuestros colaboradores tengan la “camiseta puesta” con todos los beneficios que esto conlleva, necesitamos dialogar claramente las cosas con ellos y tomar sus aportaciones en cuenta. Si bien la empresa no tiene que contestar de manera positiva a todas las expectativas que plantean, necesitamos conocerlas y evaluarlas gracias a un modelo de negocios sustentable del cual la comunicación es el pilar.
La única forma responsable de comunicar hacia adentro como hacia afuera, es comunicar la verdad. Asimismo, podemos tener la respuesta adecuada al eterno debate de saber si comunicar sus acciones positivas es o no algo justificable: es aspiracional cuando se trata de la realidad que se vive, de lo contrario es oportunismo. A la hora de comunicar, la pregunta del “¿cómo?” es fundamental.
Las herramientas que se usan condicionan en gran parte el hecho de tener una capacitación y una campaña de comunicación exitosa. En Cámara Verde nuestro compromiso es la gente: identificar los grupos de interés, llegar a ellos con las mejores herramientas de comunicación, capacitarlos.
En consecuencia hemos trabajado modelos de capacitación y comunicación muy distintos de una organización a otra, y es un trabajo complejo. La buena noticia es que siempre hay una forma de entenderse y generar adhesión de nuestros stakeholders para que crezca la Sustentabilidad con la participación de todos.