México, a pesar de ser uno de los países con mayor extensión de bosques y selvas, tiene un déficit en la balanza comercial forestal de 5,000 millones de pesos. Solo seis de los 27 millones de metros cúbicos de madera que se consumen en nuestro país se producenen México.
La sociedad requiere garantizar tanto la proveeduría de bienes, en beneficio de la economía, como el abasto de los servicios ecosistémicos de bosques y selvas, por ejemplo agua, por lo que debería premiar el manejo forestal responsable nacional, activar el mercado interno y brindar los incentivos para la compra de madera mexicana, ya sea legal o certificada, sobre la madera ilegal o importada.
El papel de la iniciativa privada es fundamental. Las empresas, bajo sus criterios de Responsabilidad Social deben tener políticas de compras sustentables y estrategias de desarrollo de proveedores de bosques mexicanos. Hacer esto no solo significa reducir riesgos operativos, reputacionales y legales, sino que también representa la oportunidad de participar en la activación y desarrollo empresarial del sector forestal.
Existen herramientas para analizar los riesgos y oportunidades en la cadena de valor asociadas a la deforestación por uso de carne, piel, aceites (de palma y de soya), madera, papel y biocombustibles. El Forest Footprint Disclosure Project (Reporte de Huella Forestal) proporciona a las empresas que reportan sus estrategias de mitigación, información comparativa y detallada sobre su sector. Las empresas con mejor desempeño son más atractivas a cierto tipo de inversionistas y consumidores. En el caso específico de la madera, se estima que en México al menos cuatro millones de metros cúbicos de los seis millones que se producen en el país son de origen ilegal. Solamente 650 mil metros cúbicos de madera tiene un origen certificado de buen manejo forestal.
Existe un proceso para identificar si la empresa está adquiriendo este producto de manera adecuada. Es necesario verificar que la madera está respaldada por un permiso de aprovechamiento forestal. Dicho permiso está otorgado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y está garantizando que la extracción de madera se basa en un plan de manejo, avalado por un técnico forestal acreditado y, por lo tanto, no está poniendo en peligro la viabilidad del bosque. En México existen certificaciones de estándares nacionales para los ejidos y comunidades forestales, como la Certificación del manejo forestal sustentable NMX-AA-143-SCFI, e internacionales como el Forest Stewardship Council (FSC) y Programa para el Reconocimiento de la Certificación Forestal (PEFC), siendo FSC el más alto estándar en México.
Ante la futura escasez de combustibles fósiles, debemos de prever que los productos forestales de otros países incrementarán sus costos para traer sus productos a nuestro país. La sustitución de madera por plástico no será sostenible. Es necesario contar con proveedores nacionales que garanticen al sector privado su desarrollo sustentable. Tanto el sector privado como el sector social requieren invertir tiempo de manera comprometida para generar los diálogos que conlleven a construir la confianza entre ambos sectores. Al final del día, es la mentalidad de negocio la que hay que desarrollar en el sector rural y son las personas del sector privado quienes, a través de su experiencia empresarial, pueden complementar el fortalecimiento del sector forestal.
Según expertos, el cambio climático traerá consigo sequías que pondrán en riesgo nuestra seguridad nacional. La sustentabilidad forestal se convierte en una herramienta para mitigar el cambio climático y en una estrategia necesaria para adaptarnos al cambio. A mayor fortaleza forestal, menores serán los riesgos ambientales, sociales y económicos. Con bosques sanos, la proveeduría de bienes y servicios ambientales para nuestro desarrollo estará en gran medida garantizada.