En sus inicios conociéndosele como sustentabilidad corporativa, un concepto estadounidense que aborda de manera íntegra lo ambiental, económico y social; que establece como principales incentivos la competitividad y la sobrevivencia de la empresa a largo plazo, en vez de un deber moral.
Las empresas han incluido prácticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), debido a que los altos directivos, ven la correlación que lleva el alinearse a esta estructura de negocio y el crecimiento conjunto con sus colaboradores, clientes y proveedores, mismos que demuestran ser sus grupos de interés más prioritarios. Como actores de negocio, cada vez estamos viéndonos más forzados a valorar a aquellos socios comerciales que demuestran prácticas éticas de mercado, actuación conforme a la ley y con transacciones transparentes.
Es notorio cuando una empresa decide llevar a cabo prácticas de sustentabilidad basadas meramente en su mercadotecnia a otra que la implementa en todas las áreas de su negocio, así mismo esta última se ve reflejada con mayores beneficios en todos los ámbitos que conlleva.
Cada vez los empresarios son más conscientes de que ser Socialmente Responsable no solo entregar despensas en un albergue o implementar un programa de redondeo, saben que un compromiso de actuación más integro con cada uno de sus diferentes grupos de relación. Paulatinamente han ido evolucionando en su pensar, por ejemplo al considerar que la importancia de no tirar basura “porque se ve mal en nuestras calles” a un pensamiento más profundo asumiendo la importancia del reciclaje “porque están en riesgo los recursos naturales y como consecuencia impacta en la economía de la empresa”. Este entendido, es asumido porque resulta fundamental para la sobrevivencia de la empresa, porque cada día se le acortan las opciones de hacer negocios con otras empresas si no cuida el ambiente o si contrata a proveedores que no tengan este pensamiento de Responsabilidad Social.
La RSE no es una obligación legal, es un compromiso que asume, que para poder llevar a cabo nuestra labor empresarial, debemos contar con todos los permisos, certificaciones y acreditaciones que exige la ley.
Así como las empresas trabajan en profesionalizar sus procesos de producción, ahora también están trabajando en la profesionalización de su RSE, buscando establecer ámbitos sociales afines a su rubro de negocio y de igual manera en que su inversión social tenga un mayor impacto en el ámbito social para el cual están enfocándose.
Antes se otorgaban donativos a la causa filantrópica que más les simpatizaba, ahora se ha convertido en un proceso más selectivo donde un donativo está consensuado por un Comité de RSE que investigo las mejores opciones para que sus aportaciones sean destinadas para causas que brindaran beneficio a los grupos de interés y un retorno a la empresa.
A pesar de que la Organización de las Naciones Unidas menciona que la RSE es una tendencia cuya adopción empresarial va en aumento, todavía no es suficiente para lograr el cambio que este planeta necesita.