Actualmente, algunos empresarios han tenido una participación activa en la difusión del tema. Desde hace tres años aproximadamente, un grupo de ellos se reunió con el fin de conjuntar las experiencias y la información obtenidas a lo largo de muchos años. De esta reflexión surge un modelo de responsabilidad social integral. Este modelo, por sus siglas MORSI, vio la luz este año 2014. Su objetivo general consistió en “alinear las diversas metodologías y conceptos relacionados con la responsabilidad social empresarial…” (Cfr. MORSI. Modelo de Responsabilidad Social Integral, 2014: 136), con la idea de acompañar a las empresas en el diseño e implementación de la RSE.
En este contexto, con MORSI se pretende reducir las dificultades de las organizaciones, al seleccionar los conceptos de la RSE más adecuados a su filosofía y objetivos, y eliminar los obstáculos que encuentran al aplicarlos. La virtud de MORSI se encuentra en el hecho de su visión integral. En primer lugar, parte de la consideración de que si la RSE no se encuentra alineada al core de la organización, ella se convierte en una estructura superpuesta susceptible de ser prescindible o contraproducente.
En segundo lugar, MORSI es el producto de una revisión profunda de los diferentes modelos de gestión responsable existentes tanto nacionales como internacionales. En ellos se analizaron definiciones, principios, normatividad, indicadores, herramientas y reportes. En tercer lugar, también se nutrió de la experiencia de consultores, empresas y organizaciones promotoras de la RSE. En cuarto lugar, los ámbitos que abarca este modelo son ética empresarial, calidad de vida, medio ambiente, mercadotecnia responsable y vinculación con la comunidad. Las actividades propuestas por este modelo son la organización, la normatividad, la difusión, medición, evaluación y la mejora continua.
Este modelo es un sistema de gestión que integra las normas internacionales y nacionales, de tal forma que las organizaciones que lo implanten cubran los aspectos y los requerimientos de los estándares más relevantes en el ámbito internacional, como por ejemplo, la norma ISO 26000, la Global Reporting Iniciative (GRI), AA1000, SA800, Distintivo ESR, Premio de Ética y Valores en la Industria.
Dadas las características de MORSI, este modelo puede ser adoptado por organizaciones de cualquier tamaño y de cualquier tipo, es decir, gubernamentales o sin fines de lucro.
Al crear a MORSI, sus autores buscaron proporcionar un indicador de confiabilidad de y para las organizaciones, o sea, la empresa que implemente el modelo reflejará su compromiso con la sociedad, haciéndose cargo de sus obligaciones legales y morales. Para implantar el modelo, la organización requiere pasar por tres fases. La primera está diseñada para generar una postura basada en principios de negocios establecidos en el Pacto Global, la Caux Round Table o el decálogo del Centro Mexicano de Filantropía, entre otros. Una vez, habiendo tomado una postura frente a ellos, debe identificar los elementos a los que está dispuesta a comprometerse y generar un código de conducta, reflejo de sus valores y su visión estratégica de responsabilidad social. La segunda fase parte de un enfoque de cadena de suministro y está diseñada para ayudar a la organización a identificar estrategias generadoras de valor. La fase tres permite a la empresa alinear sus programas, procesos, políticas y procedimientos a un sistema de gestión llamada congruente. Esta fase permite eliminar formas incorrectas de operar, como pueden ser el desconocimiento de programas en toda la empresa, la duplicidad de acciones o bien llevar a cabo prácticas no documentadas.
Hoy más que nunca un modelo como este se hace necesario. Tal como lo reconocen sus autores, “las empresas juegan un papel de cohesión social preponderante al integrar a personas de diversas generaciones, situaciones y lugares, que poseen capital, talento, equipo, experiencia. El sistema productivo y comercial tiene un impacto decisivo en la vida de prácticamente todos los seres humanos. Su influjo en el medio ambiente está generando cambios irreversibles para las generaciones actuales y futuras” (Cfr. MORSI. Modelo de Responsabilidad Social Integral, 2014: 9).
De acuerdo a esta obra, la economía de algunas compañías es mayor a la de las naciones enteras: de las 100 economías más grandes del mundo, 51 son empresas y sólo 49 son países. “En 2007 las multinacionales integraban 790 mil filiales en todo el mundo, correspondientes a 79 mil casas matrices. Si las transnacionales fueran un país, éste tendría más de cuatro mil 30 embajadas por nación” (Cfr. MORSI. Modelo de Responsabilidad Social Integral, 2014: 10). Es indispensable que contribuyan a la construcción de un mundo mejor y no a la explotación o contaminación, entre otros.